Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify |
Deuteronomio 6:4-13,17-18 NVI
»Escucha, Israel: El SEÑOR nuestro Dios es el único SEÑOR. [5] Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. [6] Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. [7] Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. [8] Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; [9] escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades. [10] »El SEÑOR tu Dios te hará entrar en la tierra que les juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Es una tierra con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, [11] con casas llenas de toda clase de bienes que tú no acumulaste, con cisternas que no cavaste, y con viñas y olivares que no plantaste. Cuando comas de ellas y te sacies, [12] cuídate de no olvidarte del SEÑOR, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud. [13] »Teme al SEÑOR tu Dios, sírvele solamente a él, y jura solo en su nombre. [17] Cumple cuidadosamente los mandamientos del SEÑOR tu Dios, y los mandatos y preceptos que te ha dado. [18] Haz lo que es recto y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR les juró a tus antepasados.
Vamos a orar.
Amado Señor, gracias por tu palabra que me da vida y libertad, pues solo tu conoces cada uno de mis días y de mis pensamientos, hoy me entrego a ti y te ruego que esta palabra quede grabada en mi corazón para siempre, Pues tu eres mi único Señor y solo anhelo amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y todas mis fuerzas; cuando me acueste y cuando me levante, que sea tu voz escrita en todo mi ser, para no olvidarme de donde me has traído y para servirte completamente enamorado, pues cuando regreses quiero que me encuentres haciendo tu voluntad, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 30 Agosto. Shemá.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Deuteronomio 6:4-13,17-18 NVI
»Escucha, Israel: El SEÑOR nuestro Dios es el único SEÑOR. [5] Ama al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. [6] Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. [7] Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. [8] Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; [9] escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades. [10] »El SEÑOR tu Dios te hará entrar en la tierra que les juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. Es una tierra con ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste, [11] con casas llenas de toda clase de bienes que tú no acumulaste, con cisternas que no cavaste, y con viñas y olivares que no plantaste. Cuando comas de ellas y te sacies, [12] cuídate de no olvidarte del SEÑOR, que te sacó de Egipto, la tierra donde viviste en esclavitud. [13] »Teme al SEÑOR tu Dios, sírvele solamente a él, y jura solo en su nombre. [17] Cumple cuidadosamente los mandamientos del SEÑOR tu Dios, y los mandatos y preceptos que te ha dado. [18] Haz lo que es recto y bueno a los ojos del SEÑOR, para que te vaya bien y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR les juró a tus antepasados.
Vamos a orar.
Amado Señor, gracias por tu palabra que me da vida y libertad, pues solo tu conoces cada uno de mis días y de mis pensamientos, hoy me entrego a ti y te ruego que esta palabra quede grabada en mi corazón para siempre, Pues tu eres mi único Señor y solo anhelo amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y todas mis fuerzas; cuando me acueste y cuando me levante, que sea tu voz escrita en todo mi ser, para no olvidarme de donde me has traído y para servirte completamente enamorado, pues cuando regreses quiero que me encuentres haciendo tu voluntad, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes