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Mateo 5:38-42 NVI
»Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. [39] Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. [40] Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa. [41] Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. [42] Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.
Yo creo que todos cuando leemos esta palabra, legamos a sentir dentro de nuestro ser, que eso de perdonar y de pasar por alto y de poner la otra mejilla y de dar mas de lo que nos pidan no se da en la practica de la manera como lo presenta la bendita palabra de Dios.
Y entonces nos preguntamos, como lo puedo lograr?, como lo puedo hacer realidad en mi vida? y la respuesta a esta petición, solo la podemos encontrar en la comunión con Dios en su palabra, pues no hay otra manera de conseguir la comunión, que significa también reposo y descanso en Dios, que pasando tiempo con El, en su palabra.
Es impresionante, pero llega un momento en que de manera especial, cada verso que leemos, no solo llega hasta el tuétano de los huesos, sino que ella misma, logra discernir las intensiones y los pensamientos del corazón y es ahí donde caemos rendidos ante su petición y necesitamos perdonar, poner la otra mejilla, dar la milla extra y no negarnos de ninguna manera a hacer la voluntad de Dios, pues si no la hacemos, sentimos y entendemos que estamos siendo infieles con quien ha sido completamente fiel. Es un proceso claro esta, y comienza, solo cuando cada palabra, cada letra y cada momento a su lado nos estremece completamente la vida para bien.
Vamos a orar…
Como te amo Señor, fuerza mía, redentor mío y dueño de todo lo que soy; hoy te pido que esta palabra penetre hasta el tuétano de mis huesos y me permitas perdonar, limpiarme de la amargura, del resentimiento y por fin perdonar, llevar la carga extra, y hacer realidad en mi vida completamente todo este consejo tuyo, que no hace mas que conducirme a la libertad y a la vida en abundancia que planeaste para mi desde la eternidad, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 31 Agosto. Tú puedes dar más….
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Mateo 5:38-42 NVI
»Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. [39] Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. [40] Si alguien te pone pleito para quitarte la camisa, déjale también la capa. [41] Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. [42] Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.
Yo creo que todos cuando leemos esta palabra, legamos a sentir dentro de nuestro ser, que eso de perdonar y de pasar por alto y de poner la otra mejilla y de dar mas de lo que nos pidan no se da en la practica de la manera como lo presenta la bendita palabra de Dios.
Y entonces nos preguntamos, como lo puedo lograr?, como lo puedo hacer realidad en mi vida? y la respuesta a esta petición, solo la podemos encontrar en la comunión con Dios en su palabra, pues no hay otra manera de conseguir la comunión, que significa también reposo y descanso en Dios, que pasando tiempo con El, en su palabra.
Es impresionante, pero llega un momento en que de manera especial, cada verso que leemos, no solo llega hasta el tuétano de los huesos, sino que ella misma, logra discernir las intensiones y los pensamientos del corazón y es ahí donde caemos rendidos ante su petición y necesitamos perdonar, poner la otra mejilla, dar la milla extra y no negarnos de ninguna manera a hacer la voluntad de Dios, pues si no la hacemos, sentimos y entendemos que estamos siendo infieles con quien ha sido completamente fiel. Es un proceso claro esta, y comienza, solo cuando cada palabra, cada letra y cada momento a su lado nos estremece completamente la vida para bien.
Vamos a orar…
Como te amo Señor, fuerza mía, redentor mío y dueño de todo lo que soy; hoy te pido que esta palabra penetre hasta el tuétano de mis huesos y me permitas perdonar, limpiarme de la amargura, del resentimiento y por fin perdonar, llevar la carga extra, y hacer realidad en mi vida completamente todo este consejo tuyo, que no hace mas que conducirme a la libertad y a la vida en abundancia que planeaste para mi desde la eternidad, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes