Romanos 12:2 NTV: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Como quisiéramos saber bien, cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas y es más, conocerla a plenitud en toda su dimensión buena, agradable y perfecta. Lo cierto es que este verso de Romanos, es bastante revelador y nos aclara cuál es su perfecta voluntad. 

Primero, nos dice que Dios desea que no imitemos las conductas, ni las costumbres de este mundo, y creo que tiene toda la razón pues en la medida en que avanza la humanidad, podemos ver más y más disparates y locuras extravagantes que quieren llegar a ser modelo de vida, cuando realmente no lo son.

Y en segundo lugar, Dios nos invita de la manera más sencilla a que permitamos que Él mismo nos transforme en personas nuevas al cambiarnos la manera de pensar, pues de esta manera llegaremos a entender y a llevar a la práctica su perfecta y buena voluntad para nuestras vidas.

Todo esto implica tomar la decisión de conocer a Dios y de entregarle nuestras vidas completamente para que se haga en nosotros como lo dice el padre nuestro: «Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo».

Vamos a orar. 

Amado Señor, yo te necesito y quiero hacer tu voluntad, y nada más que tu voluntad. Enséñame Señor, pues quiero renovar mi mente y todo lo que soy.

Así mismo, no quiero imitar las conductas ni las costumbres de este mundo, sino parecerme a ti, tener tu carácter y aprender a relacionarme con las personas a mi alrededor, de la manera como tú lo harías, sin juicio, sin prejuicio y descansando completamente en tu perfecta voluntad, en el nombre de Jesús. Amén.

Salmos 16:2 NTV: Le dije al SEÑOR: «¡Tú eres mi dueño! Todo lo bueno que tengo proviene de ti».

Muchas personas consideran que son ricas y que lo tienen todo y eso puede pasar cuando tenemos estabilidad económica, una familia estable, un trabajo donde somos reconocidos, elogios por lo que somos y hacemos y todas aquellas cosas que el mundo nos dice que deberíamos hacer o que deberíamos tener para encontrar la felicidad completa y celebrar.

Lo cierto es que cuando conoces del Señor, tus prioridades cambian y lo que antes era importante de lograr y de tener, llega a tener un segundo plano en las celebraciones de la vida. Por eso dice el verso (Salmos 16:2 NTV) Le dije al SEÑOR: «¡Tú eres mi dueño! Todo lo bueno que tengo proviene de ti».

Y sí, esa es la verdad que nos permite vivir celebrantes todos los días de nuestra vida; el reconocer y saber que tenemos un dueño y que todo lo que podemos vivir y experimentar y lograr en la vida, solo proviene de Él, y con las características que eso merece, es más que suficiente para estar confiados, tranquilos y dichosos.

Hoy yo celebro que tengo un propósito por el cual vivir y un dueño que me hizo suyo con cuerdas de ternura y que poco a poco me ha mostrado que no necesito de todas esas cosas que desde afuera parecen ser necesarias y que más bien con su presencia, su ternura y su amor, es más que suficiente para vivir.

Por eso dice su palabra (Salmos 23:1 NTV) El SEÑOR es mi pastor; tengo todo lo que necesito. Y gracias a Dios como lo dice también (Juan 17:7 NTV) Ahora saben que todo lo que tengo es un regalo que proviene de ti.

Vamos a orar. 

Gracias Señor por el incomparable milagro de conocerte y de saber que eres mi dueño y que cada uno de mis días los escribes tú y han sido diseñados por ti desde la eternidad.

Hoy celebro la vida y el regalo de vivir a tu lado, pues sin ti no sabría qué hacer, ni qué pensar, ni cómo decidir cada uno de mis días. Te necesito Señor dueño y redentor mío. Enséñame, guíame y no me permitas apartarme de ti ninguno de los días que aún me quedan por vivir, pues sabes que (Salmo 17:15) Me bastará con verte cuando despierte.

En el nombre de Jesús, amén.

Hechos 20:24 NTV pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.

Con el pasar de los años, solo puedo reconocer con claridad qué es lo que quiero y qué no. Y lo único que quiero es que cuando Dios me vea encuentre en mí algo verdadero. Anhelaría que Dios encontrara en mí pureza, verdad, coherencia, amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

Y todos esos atributos quisiera verlos y experimentarlos a través de mis ojos, de mis pensamientos y de lo que pasa por mi corazón. Lo único que quiero realmente es hacer nada más que la voluntad de Dios y que con ello mueran de verdad todo ímpetu, toda incomodidad, todo doblez, toda insatisfacción, toda prepotencia y todo orgullo, también toda arrogancia y jactancia, de tal manera que pueda estar completamente en la voluntad de Dios y no en la mía.

Lo único que quiero es cuando veas mi vida encuentres algo verdadero Señor, un perfume agradable, una disposición total y hambre de ti, pues cada año que pasa en mi vida finalmente significa dicha, pues eso significa un día más cerca de ti y de nuestro anhelado encuentro. Me bastará con verte cuando despierte Señor (Salmo 17:15).

Vamos a orar. 

Amado Señor, como necesito tener conciencia plena de ti, pues si la pierdo me pierdo y si la pierdo es porque no estás tú, y solo quiero tenerte conmigo Señor, ser uno solo contigo y entender los propósitos y planes que tienes para mí.

Abre mis oídos para escucharte y mis ojos para verte y de esa manera no perderme nada de la vida contigo. En el nombre de Jesús. Amén.

Juan 8:32 NTV: y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Un día en la noche, resulté diciendo a mi esposa, me siento como triste y como preocupado y de inmediato también le dije que lo que estaba pasando por mi mente era antibíblico, pues se supone que en Cristo debemos dejar todas nuestras ansiedades y preocupaciones, ya que no podemos ser el Dios de nadie ni solucionarle la vida a nadie, pues esa tarea sólo le corresponde hacerla a Dios, quien lo sabe todo, lo puede todo y está en todos los lugares.

Recuerdo que de inmediato oré y dije en voz alta: “renuncio a la mentira en el nombre de Jesús, que me dice que debo estar preocupado por las situaciones a mi alrededor y por las personas que amo y sus vidas y acepto la verdad de que en Cristo (Romanos 8:28 NVI) Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, y los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

Y yo creo que en todas nuestras situaciones de debilidad, conflicto familiar y estrés, debemos orar de la misma manera; renunciando a toda mentira y confesando la verdad del evangelio sobre nuestras vidas.

Vamos a orar. Amado Señor, hoy me someto a ti y resisto a la tentación de pensar que puedo ser el dios y redentor de las personas y las situaciones que ocurren a mi alrededor y renuncio a la mentira que me dice que debo estar preocupado, triste o temeroso de lo que pueda pasar y más bien confieso y creo la verdad que dice que (Colosenses 3:1-3 NTV) hemos sido resucitados a una vida nueva con Cristo, y por eso pongo la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios.

[2] Y así mismo pienso en las cosas del cielo, no en las de la tierra. [3] Pues he muerto a esta vida, y mi verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Quien es mi Señor, mi redentor y salvador. En el nombre de Jesús, amén.

Efesios 3:17 NTV: Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes.

Muchas personas, soportan años de los años para ver resultados en su vida en muchas áreas, como los negocios, el estudio, la ciencia y la propia vida y todas esas cosas, como nos podemos dar cuenta, toman tiempo.

Por eso el verso de hoy nos habla de nuestra relación con Dios, y de la manera como Él puede venir a habitar en nosotros, pero como lo podemos ver; hay una condición, y es la confianza y por eso dice el verso que «a medida que confíen en él, echaremos raíces profundas en el amor de Dios, y esas raíces nos mantendrán fuertes y eso si que toma tiempo. 

Y yo creo que es hora de evaluar nuestra relación con Dios y de verificar el tamaño de nuestras raíces de nuestra relación, pues como la misma palabra de Dios lo dice, Mateo 15:8 NTV «Este pueblo me honra con sus labios, pero su corazón está lejos de mí.

Por eso la pregunta que nos podemos hacer hoy es: ¿Tengo raíces profundas en mi relación con Dios? ¿Tenemos una verdadera amistad? ¿Lo conozco como la palma de mi mano? ¿Es mi confidente? ¿Mi amigo? ¿Mi todo?

Vamos a orar. 

Amado Dios, sabes que solo deseo conocerte más y hacer de ti el todo de mi vida, conocerte más y más y consolidar unas raíces fuertes en nuestra relación que me permita vivir la vida en tu voluntad y no la mía, seguro, aceptado y confiado en ti, perdonado, feliz, estable y lleno de la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Hoy te entrego todo aquello que me traiga desazón e inestabilidad y aquello que ahí dentro de mi corazón me dice que no pertenece a ti y tu perfecto amor. En el nombre de Jesús, amén.

1 Corintios 15:33 NVI: No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».

En el transcurso de la vida, se nos van cruzando por el camino personas buenas, personas incondicionales, personas que no nos dan mucha confianza, personas que nos han engañado, personas oportunistas y personas que a la larga pasan como lo dicen por ahí sin pena ni gloria.

La realidad es que siempre y en todo momento, debemos estar vigilantes, pues no todas las personas que se nos acercan, lo hacen con los mejores propósitos ni con las mejores intenciones.

Una de esas cosas que nos pueden pasar cuando le damos vía libre a una relación con alguien, es que esa persona nos aleje de los principios y valores que siempre nos caracterizaron y con sus enredos vengan a traumatizar nuestra vida y a cambiarnos todo nuestro ADN familiar.

Así mismo, como lo dice el verso no nos debemos dejar engañar, pues las malas compañías corrompen las buenas costumbres y todo aquello que nos aleje de la voluntad de Dios, siempre será un indicador de que esa amistad no nos conviene.

Finalmente nos podemos dar cuenta que al inicio, todas las cosas podrán verse color de rosa, pero con el paso del tiempo, esas amistades revelarán sus verdaderas intenciones y es en ese momento, cuando viene el control, los celos, la manipulación el chantaje y hasta las amenazas de muerte.

Vamos a orar. 

Gracias Señor por advertirme de nuevo y darme a entender que debo estar vigilante y atento a reconocer lo que yo mismo estoy construyendo como amistades, de tal manera que pueda ser selectivo, y sobre todo prudente, al momento de emprender amistades con personas que a la larga me van a apartar de hacer tu voluntad y de vivir la vida en abundancia que tú planeaste para mí desde la eternidad.

Tuyo soy Señor, hoy decido tomar distancia de todo aquello que me aleje de los principios y valores que aprendí en mi hogar y de todo aquello que me pueda alejar de ti. En el nombre de Jesús, amén.

Deuteronomio 7:21 NTV: »No, no les tengas miedo a esas naciones, porque el SEÑOR tu Dios está contigo y él es Dios grande e imponente.

A veces cuando nos metemos en relaciones que no nos favorecen y que a la larga resultan siendo amistades peligrosas; pues incitan al consumo, al desorden, a la promiscuidad, la mentira, el engaño, la división, la rebeldía y el caos, podemos llegar a sentir miedo y mucha impotencia, pues pensamos que fácilmente no vamos a lograr salir.

Muchas amistades, con el tiempo, se pueden volver intimidantes y amenazantes, lo cual puede terminar en desastre y muerte; y en este caso, es mejor recurrir a los papás para recibir de ellos su apoyo y dirección y en el caso que corresponda a las  autoridades competentes para que nos ofrezcan su apoyo y protección.

Aún así, Dios que todo lo sabe y que todo lo ve, se da cuenta de nuestra ingenuidad y de la manera como caímos en esa red y como lo dice el verso; el mismo nos alienta a que no tengamos miedo, sino que más bien le busquemos a Él, de tal manera que podamos encontrar de su mano y de su dirección la mejor manera de salir.

Dios nos promete que no debemos tener miedo ante ninguna relación amenazante, porque Él mismo como Señor y Dios, si le entregamos nuestra situación estará con nosotros, nos defenderá y nos librará de todos nuestros enemigos.

Vamos a orar. 

Amado Señor, yo me entrego a ti y te pido perdón por las decisiones que he tomado y que me han alejado de ti. Hoy reconozco que me equivoqué y que necesito de ti para salir de ese lugar.

Guárdame Señor y acércame más a ti, pues estoy seguro de que solo en ti puedo encontrar refugio, dirección y protección. En el nombre de Jesús. Amén.

Deuteronomio 20:4 NVI: porque el SEÑOR tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo y te dará la victoria sobre tus enemigos».

Ni sé cuántas veces y de cuántas maneras nos podemos engañar, pensando que lo que hacemos está bien y que las relaciones o compañías que tenemos también lo son. Los enemigos para Dios, no solo vienen vestidos con armas y se muestran directamente como los malos, no. Los enemigos del camino, de la verdad y de la vida, se camuflan mucho más de lo que podemos imaginar; se visten de “amigos” de “amigables”, “comprensivos”, “atentos”, y detrás de toda su estrategia no buscan más que seducir y enredar a sus víctimas para que finalmente terminen haciendo su voluntad.

Esos enemigos te pueden apartar de la voluntad de Dios para tu vida y con la excusa de “no pasa nada” “yo te amo” “esto es normal” “tienes derecho” simplemente embaucan y enredan para lograr sus objetivos. 

Son muchos los niños y niñas, jóvenes y jovencitas que fácilmente caen en relaciones de caos, desorden, contra natura, en temas de pornografía y prostitución, a causa de esos “amigos”, que aparentando ser buenos, son enemigos.

Aún así, como lo dice el verso, tenemos un Dios que todo lo puede y que todo lo ve, y en medio de nuestra indefensión, viene a rescatarnos de la oscuridad y a traer su luz, ayudándonos a ver lo que sin Él no se puede ver y a recapacitar en la búsqueda del camino correcto que da vida, libertad y descanso, ya que cualquier enemigo, no viene más que para matar, robar y destruir (Deuteronomio 20:4 NVI) porque el SEÑOR tu Dios está contigo; él peleará en favor tuyo y te dará la victoria sobre tus enemigos».

Vamos a orar. 

Amado Dios, ayúdame a entender si los que ahora se dicen llamar mis amigos, realmente lo son. Muéstrame si lo que hacen y me incitan a hacer, corresponde al camino de la vida, o si definitivamente todos ellos son caminos de muerte, perversión, abuso, engaño, mentira y finalmente soledad.

Quiero hacer tu voluntad Señor y no la mía. Te ruego me guíes y me llenes de tu paz, de tal manera que pueda elegir seguirte a ti y no a mis propios deseos. En el nombre de Jesús. Amén.

Apocalipsis 22:1-2 NTV: Luego el ángel me mostró un río con el agua de la vida, era transparente como el cristal y fluía del trono de Dios y del Cordero. [2] Fluía por el centro de la calle principal. A cada lado del río crecía el árbol de la vida, el cual produce doce cosechas de fruto, y una cosecha nueva cada mes. Las hojas se usaban como medicina para sanar a las naciones.

Comienza un nuevo mes y tenemos la posibilidad de conocer a Jesús y de darnos cuenta que la vida sin Dios es más difícil de lo que nos podemos imaginar y sobre todo más insignificante dentro de los límites del egoísmo y el orgullo de ser, existir y tener. 

Seguramente te puedes dar cuenta que existen experiencias mucho más allá de lo que podemos ver y tener, más allá de la fama, del dinero, de la opulencia y de las apariencias.

Mucho más allá de todo esto que podemos ver a nuestro alrededor, sabemos que existe un Dios, creador del cielo y de la tierra al que no se le escapa nada de lo que hacemos y somos. Por eso el verso dice que solo Dios nos puede mostrar esos ríos de agua viva de los que necesitamos beber, transparentes como el cristal y que fluye del Cordero y del trono de Dios.

De esa experiencia especial en el Espíritu de conocer a Dios, vienen las mejores cosechas de la vida, pues Él es el árbol de la vida y el que puede hacer producir las cosechas que den fruto y una cosecha cada mes. Por eso al iniciar este nuevo mes tienes la oportunidad de hacerlo de manera inteligente y duradera, buscando las cosas de arriba donde está Jesús esperando que le digas que sí y en donde podrás encontrar los verdaderos tesoros que Dios diseñó para ti desde la eternidad.

Vamos a orar. 

Te amo Señor, hoy reconozco que nada puedo hacer si no estás en mi vida, pues cada cosecha, cada logro, cada día que puedo vivir existe porque tú me lo das. Tuyo soy Señor, solo quiero conocerte más y saber cuál es tu voluntad para mi vida. Lléname Señor, lléname de tu amor, y de una fe verdadera que me acerque completamente a tu presencia. En el nombre de Jesús. Amén.

Romanos 1:21 NVI: A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos y se les oscureció su insensato corazón.

Muchas personas consideran que conocer a Cristo es más que suficiente y que una vez recibido su favor de perdón de nuestros pecados no tenemos que glorificar a Dios, ni mantener una relación estrecha con Él. Y la verdad no solo se trata de una relación oportunista en la que recibimos el perdón de nuestros pecados, sino que debemos ir más allá y conocer al que nos da la vida, el entendimiento y todas las cosas.

Por eso el verso dice que «a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, y eso significa que no le conocieron, y que se extraviaron en sus inútiles razonamientos y en su absurda comodidad. Es así como nos volvemos insensatos y pensamos que solo Dios tiene obligaciones con nosotros, pero que nosotros no tenemos ninguna responsabilidad con Él.

Y es tan sencillo finalmente lo que pide Dios que se resume como lo dice su palabra en que le amemos con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma.

Vamos a orar. 

Señor, gracias porque hoy sé que no basta solo con recibir la salvación como ese regalo de amor que tienes para mí y que me has dado, sino que más allá de eso, debo conocerte, amarte, entregarte mi vida, mi corazón y todo mi ser para que lo hagas tuyo, pues tuyo soy y te pertenezco, en el nombre de Jesús, amén.

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