Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify |
Efesios 4:31 NTV. «Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.»
A veces nos preguntamos por qué la vida se nos vuelve monótona, aburrida y sin propósito, y de igual manera nos preguntamos por qué nuestro cuerpo nos duele, o no podemos dormir tranquilamente. La verdad es que todo nuestro ser responde de manera sincrónica a lo que le damos, pues es una máquina inteligente y perfecta que Dios creó para que la cuidemos y de acuerdo a cómo la alimentemos, como le demos el combustible que necesita para vivir, de esa misma manera va a responder.
Por eso debemos tener cuidado con el tipo de combustible que le pongamos a nuestro cuerpo y a nuestro corazón, pues de ello depende el buen funcionamiento de esta pequeña y frágil maquinita que Dios nos ha dado para que vivamos.
En este sentido, el verso de hoy nos dice que nos debemos librar de todo aquello que nos hace tanto daño, como la amargura, que más que traer descanso a nuestra vida, como lo dice su propia estructura, trae un sabor amargo, un dolor, una condición de vida que nos lleva a la muerte, pues de tanto administrarle al cuerpo y al corazón amargura, terminamos por enfermarnos y morir.
Así mismo, el verso nos dice que necesitamos abandonar el enojo, la ira, las palabras ásperas, la calumnia y toda clase de mala conducta, pues si no lo hacemos, esto se puede convertir en un veneno que de tanto en tanto nos produce la muerte espiritual y, por efecto directo, la muerte física.
Yo sé que no es fácil luchar con todo este tipo de emociones que nos pueden sorprender en la cotidianidad y desenfocarnos completamente, pero si te pasa alguna vez, o en algún momento, ya sabes que la mejor salida, como lo dice el verso de hoy, es abandonarlo inmediatamente y para siempre, pues la dicha de Dios es renovarnos cada mañana y darnos nuevas oportunidades para perdonar y sacar de adentro todo aquello que nos hace tanto daño.
Vamos a orar.
Amado Señor, perdóname por mi carácter traicionero que no he podido controlar ni domar. Hoy me entrego a ti, pues reconozco que solo no lo puedo hacer y necesito de ti para poder estar alerta y cambiar todo aquello que me hace tanto daño y necesito sacar de mí para siempre. Te entrego mi vida, mi carácter y mi manera de ser y de responder a la vida, y te pido que me perdones y me ayudes a cambiar verdaderamente, descansando en ti y en tu perfecta paz. Tuyo soy, Señor, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Salmos 4:1 NTV
Respóndeme cuando clamo a ti, oh Dios, tú que me declaras inocente. Libérame de mis problemas; ten misericordia de mí y escucha mi oración.
Yo creo que Dios, siempre que nos presentemos ante El, nos va a declarar inocentes, pues no hay cosa que más le agrade a Dios y es que vengamos ante el arrepentidos.
Como lo dice el verso, solo Dios nos puede liberar de los problemas, sea cual sea la situación por la que estemos pasando.
Solo necesitamos pedirle que nos rescate y nos limpie para que en su misericordia, atienda nuestra oración y nos responda.
Escucha, amigo, no hay nada por lo cual debas tomar distancia de Dios, al contrario, más bien todo lo que nos pasa, es un motivo para buscar su perdón y gracia, de tal manera que podamos empezar de nuevo.
Vamos a orar
Amado Dios, hoy me rindo a ti, a tu voluntad y tu amor. Te pido perdón, límpiame Señor de mi maldad y mi culpa y dame una nueva oportunidad. Declárame inocente, líbrame de mis problemas y borra todos mis pecados, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 6:7 NTV. «Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente.»
En el mundo del trabajo encontramos de todo: personas excelentes, personas innovadoras, otras que inspiran y muchas otras más que son como «normales», del común. ¡Qué pereza que nosotros estuviéramos catalogados como los del común! Pues la verdad, creo yo que todos, absolutamente todos, fuimos diseñados por Dios, como lo dice su palabra, para brillar y ser los mejores en todo.
Por eso dice el verso: «Trabaja con entusiasmo, sea cual sea el trabajo que te toca hacer, o el jefe que te haya tocado, o la remuneración que tengas, trabaja de buena gana», pues cuando lo haces recibirás las mejores recompensas de parte del Señor. Si no viene por un lado tu recompensa, vendrá por otro, pues Dios sabe mirar y reconocer lo que se hace de buena gana y con entusiasmo, responsabilidad y absoluta entrega.
Finalmente, el verso dice que si trabajamos de esta manera, como si lo hiciéramos para el Señor y no para la gente o para que nos miren, Él mismo nos recompensará (Efesios 6:8 NVI): «A cada uno le dará según lo que haya hecho, sea esclavo o sea libre.»
Vamos a orar.
Enséñame, Señor, a trabajar, a ser diligente y el mejor en la tarea que estoy haciendo y en las que me permitas hacer mientras viva, pues quiero agradarte y estar agradecido con lo que tenga, pues sé que tú eres el dador de todo lo que tengo y de todo lo que soy. Te entrego mi vida, mis fuerzas, mi trabajo y mi voluntad, pidiéndote que me hagas el mejor en el lugar donde me lleves, en el nombre de Jesús, amén
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:2-3 NTV. «Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor. [3] Hagan todo lo posible por mantenerse unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz.»
Por algo este verso, en una de sus partes, dice «esfuércense», pues la verdad, creo que necesitamos esforzarnos mucho para lograrlo. A muchos de nosotros nos cuesta dificultad ser pacientes y humildes, sobre todo cuando se trata de mostrar quienes somos y lo que hemos logrado alcanzar con nuestros estudios, o con nuestras empresas, etc.
Lo cierto es que se nos dificulta ser pacientes los unos con los otros, sobre todo cuando tratamos de arbitrar la vida de los demás y de controlarlo todo. Así mismo, dice el verso que debemos hacer lo posible por mantenernos unidos en el Espíritu y enlazados mediante la paz, pues Dios mismo sabía de antemano que la lucha del carácter que todos enfrentamos en la cotidianidad es algo con lo que debemos lidiar y, sobre todo, tratar en la vida para evitarnos muchas complicaciones.
Vamos a orar.
Amado Dios, te pido perdón por mi carácter y mi forma de ser. Yo mismo sé que necesito arreglo y mantenimiento permanente. Ayúdame y enséñame, Señor, pues quiero ser amable, compasivo, generoso, mantener la unidad con los demás y ser un espejo de tu amor. Yo te lo ruego, Señor, hazme nuevo, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Romanos 12:2 NTV. «No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.»
No sé cuántas personas en la humanidad solo quieren imitar e imitar lo que ven en TikTok, y en las redes sociales, y por eso vemos secuencias de bailes y de gestos, monerías, y tantas tonterías en las que la gente solo quiere imitar lo que los demás hacen o lo que está de moda. Terminamos siendo copias que copian a otras personas que se copiaron de otras más, y de esta manera perdemos la capacidad de ser originales, auténticos y la persona que en realidad somos.
El verso nos dice: «No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo», y la verdad es que la mayoría de las personas no hacemos más que imitar modelos y maneras de ser, y cuanta cosa aparezca como viral en las redes, con lo que perdemos la capacidad creativa y original de hacer las cosas para las cuales fuimos diseñados y para las cuales Dios nos dio un talento especial y un carácter especial para que las hiciéramos.
No necesitas ser la copia de nada ni de nadie, pues tú mismo, tal y como eres, ya eres lo suficientemente original como para buscar ser la copia de algo o de alguien. Termina el verso diciendo que (Romanos 12:2 NTV)… más bien debemos dejar que Dios nos transforme en personas nuevas al cambiarnos la manera de pensar, pues de esta manera, vamos a aprender, a conocer y a entender, cuál es la voluntad de Dios para nosotros, la cual es buena, agradable y perfecta.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, por querer imitar lo que los demás hacen y olvidar que me hiciste único y particular para ser una persona auténtica y real tal y como soy. No me permitas amoldarme al mundo actual, ni mucho menos imitar las conductas de este mundo, y más bien ayúdame a encontrarme y a ser la persona original que tú diseñaste para que fuera. En el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:22 NVI. «Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos.»
Conozco a muchas personas que, debido a su condición, dicen: «Quiero cambiar de vida; ya no quiero seguir siendo un borracho, un mentiroso, un embaucador, un hombre infiel, un adicto, un hombre con una doble vida.» Y en ese momento, nos damos cuenta de que muchos de nosotros podemos estar luchando con una enfermedad, con una condición o con una conducta que nos hace mucho daño, y por eso, en algún momento, simplemente decimos: «Quiero cambiar de vida, ya no quiero esto para mí.»
Por eso, el verso de hoy nos muestra la intención de Dios de rescatarnos de la vida que llevamos y ayudarnos a salir de ahí para empezar de nuevo y cambiar completamente de rumbo. Obviamente, si estamos pasando por esta situación, sabemos que solos no lo vamos a lograr, o que necesitamos de la intervención divina de Dios para lograrlo.
Lo mejor de todo es que Dios sabía de antemano que este tipo de situaciones las íbamos a vivir, y por eso dice en su palabra (Efesios 4:22 NTV): «Desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño.» Y eso es lo que debemos decidir: al pegarnos a Dios, entender que eso que nos pasa no es más que un engaño del diablo para matarnos y destruirnos y acabar completamente con nuestra vida, pues detrás de ella no hay más que corrupción, mentira y engaño.
Vamos a orar.
Señor, sabes que solo no puedo y que he luchado durante mucho tiempo con esto. Hoy decido rendirme a ti y descansar en ti. Te pido perdón, Señor, y te pido un nuevo respiro y una nueva oportunidad, pues quiero cambiar de vida. Tómame, Señor, y rescátame. Renueva mi voluntad y pelea la batalla por mí. Me rindo completamente a tu voluntad y decido ser dócil para que me hagas nuevo, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:25 NTV. «Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos, porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo.»
Yo sé que las mentiras duelen y más allá de esto, también nos pueden meter en muchos problemas. Además de ello, la mentira se nos puede volver un hábito que nos hace mentirosos y nos conduce a la falta de credibilidad. Terminamos siendo personas en las que no se puede confiar y esto sí que puede arruinar nuestra vida.
Los peores momentos de la vida pueden venir por causa de las mentiras: las separaciones, las infidelidades, los robos, los despidos, los enredos, y todas esas cosas por causa de las mentiras. Por eso, como lo dice el verso, Dios nos invita a dejarlas y a decidir hablar siempre con la verdad.
Y es que la verdad trae unidad, confianza, cercanía, respeto, credibilidad y más allá de eso, nos trae una paz que nada ni nadie nos la puede dar. Hablar con la verdad siempre nos permitirá tener la conciencia tranquila y andar con la cabeza en alto, pues la verdad siempre nos traerá libertad.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por mostrarme una vez más que debo dejar tanta mentira y engaño, incluso conmigo mismo. Enséñame, Señor. Decido romper con toda mentira que haya en mi vida y con todo engaño y secreto que no me haga bien, pues hablar con la verdad quiero y quiero también ser una persona libre, tranquila y confiada. Lléname de tu verdad y no me permitas perderme más en mis propias mentiras y argumentos, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:32 NTV. «Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.»
Una de las cosas que más problemas nos causa y, además de ello, nos mantiene en retroceso, es la falta de perdón. La verdad es que nos envenenamos tan fácilmente y, aparte de ello, nos queremos quedar ahí, atascados, y sí que lo logramos.
Yo creo que nuestra humanidad no hace más que engañarnos cuando nos permitimos quedarnos en esos estados alterados de conciencia de donde no podemos salir porque nos enceguecemos y perdemos el control y no queremos perdonar, ni ser amables ni mucho menos de buen corazón.
Por eso, el verso de hoy nos dice, como una instrucción de las más amorosas y tiernas de Dios, que debemos ser amables unos con otros y perdonarnos tantas veces como sea necesario, pues Dios nos ha perdonado y, como Él lo ha hecho con nosotros, así mismo lo debemos hacer con los demás.
Así que lo más práctico en la vida es definitivamente no engancharnos con nadie ni de ninguna manera, ni mucho menos dar cabida a la falta de perdón y a la amargura que esto produce en nuestras vidas.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por recordarme que debo sacar toda espina de mi corazón, todo agravio, todo dolor y toda amargura, y en vez de ello, decidir perdonar y seguir adelante. Hoy yo decido perdonar y soltar para siempre a esa persona y el dolor que me causó, y descansar en ti, pues listo quiero estar para cuando vengas por mí, pues te espero con ansias Señor, y todo esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
Efesios 4:31 NTV. «Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta.»
A veces nos preguntamos por qué la vida se nos vuelve monótona, aburrida y sin propósito, y de igual manera nos preguntamos por qué nuestro cuerpo nos duele, o no podemos dormir tranquilamente. La verdad es que todo nuestro ser responde de manera sincrónica a lo que le damos, pues es una máquina inteligente y perfecta que Dios creó para que la cuidemos y de acuerdo a cómo la alimentemos, como le demos el combustible que necesita para vivir, de esa misma manera va a responder.
Por eso debemos tener cuidado con el tipo de combustible que le pongamos a nuestro cuerpo y a nuestro corazón, pues de ello depende el buen funcionamiento de esta pequeña y frágil maquinita que Dios nos ha dado para que vivamos.
En este sentido, el verso de hoy nos dice que nos debemos librar de todo aquello que nos hace tanto daño, como la amargura, que más que traer descanso a nuestra vida, como lo dice su propia estructura, trae un sabor amargo, un dolor, una condición de vida que nos lleva a la muerte, pues de tanto administrarle al cuerpo y al corazón amargura, terminamos por enfermarnos y morir.
Así mismo, el verso nos dice que necesitamos abandonar el enojo, la ira, las palabras ásperas, la calumnia y toda clase de mala conducta, pues si no lo hacemos, esto se puede convertir en un veneno que de tanto en tanto nos produce la muerte espiritual y, por efecto directo, la muerte física.
Yo sé que no es fácil luchar con todo este tipo de emociones que nos pueden sorprender en la cotidianidad y desenfocarnos completamente, pero si te pasa alguna vez, o en algún momento, ya sabes que la mejor salida, como lo dice el verso de hoy, es abandonarlo inmediatamente y para siempre, pues la dicha de Dios es renovarnos cada mañana y darnos nuevas oportunidades para perdonar y sacar de adentro todo aquello que nos hace tanto daño.
Vamos a orar.
Amado Señor, perdóname por mi carácter traicionero que no he podido controlar ni domar. Hoy me entrego a ti, pues reconozco que solo no lo puedo hacer y necesito de ti para poder estar alerta y cambiar todo aquello que me hace tanto daño y necesito sacar de mí para siempre. Te entrego mi vida, mi carácter y mi manera de ser y de responder a la vida, y te pido que me perdones y me ayudes a cambiar verdaderamente, descansando en ti y en tu perfecta paz. Tuyo soy, Señor, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
2 Timoteo 2:15 NTV. «Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.»
Cuando vemos lo que pasa en nuestro país y escuchamos la multitud de críticas e inconformidades de un lugar y del otro, yo creo que lo más sano y salomónico es aplicar lo que dice Dios acerca del desempeño de las personas y de cada uno de nosotros en el lugar en donde Dios mismo nos ha puesto, ya sea un alto cargo en el gobierno o un lugar de servicio voluntario y comunitario.
Por eso es muy común escuchar en este tiempo palabras como rendición de cuentas, medición de niveles de desempeño, evaluación de cargo, pruebas de competencia y muchos más que nos dicen cómo debería ser el desempeño de las personas en un cargo determinado. Lo cierto es que todos nosotros, tengamos un cargo o no, estamos siendo medidos en nuestro nivel de desempeño o en nuestro nivel de competencia todo el tiempo para hacer lo que tenemos que hacer.
Y como lo dice el verso, en primer lugar, debemos esforzarnos para presentarnos aprobados delante del Señor, y eso significa que a todos, literalmente a todos, nos toca esforzarnos cuando de dar lo mejor se trata. En segundo lugar, dice el verso que haciendo esto recibiremos la aprobación de Dios, y eso es mucho mejor que recibir aprobación del jefe o de las personas que trabajan con nosotros, pues finalmente, si hacemos las cosas con excelencia y como para Dios, el premio será mucho mayor.
En tercer lugar, el verso nos dice: «Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse», y esa es la mejor medida que nos podamos poner para vivir la vida, la de tratar de hacer todas las cosas sin tener motivos ni razones para sentir vergüenza, ya sea por nuestra mediocridad, por nuestra mentira o nuestra falta de dedicación.
Finalmente, nos dice el verso que todo lo que hagamos en la vida, debemos hacerlo con la verdad, y eso significa hablar con la verdad, pensar con la verdad y experimentar la verdad en todos los aspectos de nuestra vida, lo cual nos ayuda a entender la manera en que Dios comprende y anhela que seamos unos obreros aprobados por Él.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, mi mediocridad, mi desgano, mi comparación, mi queja y mi insatisfacción. Ayúdame a ser más esforzado en todas mis tareas y deberes, y a ser un obrero de tu arado. Lléname de ti, para que en esa medida me pueda dar a los demás. Perdona todos mis pecados, en el nombre de Jesús, amén.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS
2 Timoteo 2:14 NTV. «Recuérdales estas cosas a todos y ordénales en presencia de Dios que dejen de pelearse por palabras. Esos altercados son inútiles y pueden destruir a los que los oyen.»
Qué impresionante es entender que la palabra de Dios habla de nosotros, de lo imperfectos que somos y de lo buenos que podemos llegar a ser, cuando nos proponemos hacer las cosas a la manera de Dios y no a nuestro acomodo.
Todo el país pudo presenciar esta semana cómo el consejo de ministros se convirtió en una pelea de intereses que más que mostrar el orden y la cohesión que hay para gobernar, no deja de mostrar las fracturas internas y las divisiones que tanto daño le hacen a toda la sociedad.
En el verso de hoy, Timoteo nos dice: «Recuérdales estas cosas a todos y ordénales en presencia de Dios que dejen de pelearse por palabras. Esos altercados son inútiles y pueden destruir a los que los oyen.» Y la verdad, yo creo que los más afectados fueron todos aquellos que escucharon, como lo dice el verso, estos altercados y se pudieron dar cuenta de que son realmente inútiles y conllevan a la destrucción.
En otra versión dice (2 Timoteo 2:14 NVI): «eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes.» La verdad, yo creo que más allá de las críticas y murmuraciones que escuchamos sobre lo que está pasando, debemos unirnos en oración por nuestros gobernantes y ministros y pedirle a Dios que todo lo que venga de aquí en adelante sea bajo su perfecta dirección.
Vamos a orar.
Señor, perdona tantas peleas y divisiones en el gobierno, las empresas, los hogares y en cuanto lugar que delibere acciones en pro de la sociedad. Perdona la corrupción y las discusiones inútiles, perdona tanta ambición, tanto individualismo y tanto orgullo. Gobierna, Señor, en mi corazón y en el corazón de aquellos que están encargados de trabajar por nuestro bienestar y cuidado, de tal manera que el fruto de sus acciones sea la justicia y la equidad, la transparencia y la bondad. En el nombre de Jesús, amén.
Escuchanos en tu plataforma favorita
Déjanos tu testimonio