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2 Pedro 1:5-6 NVI
Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; [6] al entendimiento, dominio propio;
Como nos cuesta en la vida contenernos de la ira, de las palabras que hacen daño, de murmurar o de hablar mal de los demás, de meternos fácilmente en conversaciones que así sea que nos quedemos callados, sabemos que están llenas de chismes, peleas, y divisiones.
Así mismo, nos cuesta mucho trabajo contener las ganas de mirar lo que no debemos, para otras personas, dejar de tomar, de drogarse, de ser infieles, promiscuos, busca pleitos, o sencillamente dejar de hacer esas cosas que tanto daño nos hacen y que finalmente nos apartan De Dios y nos conducen a la muerte.
El dominio propio, es precisamente lo contrario; es abstenerse, resistir, pelear la buena batalla frente a tantas y tantas provocaciones que nos pueden venir en la vida, la provocación de las mujeres, del placer, de los hombres, de las riquezas, del papayaso, de la trampa y del engaño…
hay una sola manera de comenzar a experimentar el dominio propio, y consiste en entregarnos a la voluntad De Dios, a obedecer su palabra, a entenderla y en medio de ese entender su palabra, dejar que su Santo Espíritu nos ponga a hacer cosas que sin El, nunca podríamos hacer, y esas cosas son, en medio de la provocación, huir, salir corriendo de ese lugar donde las cosas no van a salir bien y nos vamos meter en problemas, en otros casos nuestra relación consiente con Dios, nos llevará a responder de maneras que tampoco habríamos planeado, llenos de paz, descanso, y la seguridad que solo su palabra nos puede dar.
Señor, enséñame el dominio propio, transforma mi carácter, mis debilidades, mis respuestas groseras, mis ganas de controlarlo todo y lléname de tu amor, de tu paciencia y ternura, para ser luz en medio de mi oscuridad.
Te necesito, ven a mi vida, y enséñame a pasar mas tiempo a tu lado.
Tu Tiempo con el Número Uno…5 Enero Lista de Materiales para construir una casa para Dios. Dominio Propio
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2 Pedro 1:5-6 NVI
Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; [6] al entendimiento, dominio propio;
Como nos cuesta en la vida contenernos de la ira, de las palabras que hacen daño, de murmurar o de hablar mal de los demás, de meternos fácilmente en conversaciones que así sea que nos quedemos callados, sabemos que están llenas de chismes, peleas, y divisiones.
Así mismo, nos cuesta mucho trabajo contener las ganas de mirar lo que no debemos, para otras personas, dejar de tomar, de drogarse, de ser infieles, promiscuos, busca pleitos, o sencillamente dejar de hacer esas cosas que tanto daño nos hacen y que finalmente nos apartan De Dios y nos conducen a la muerte.
El dominio propio, es precisamente lo contrario; es abstenerse, resistir, pelear la buena batalla frente a tantas y tantas provocaciones que nos pueden venir en la vida, la provocación de las mujeres, del placer, de los hombres, de las riquezas, del papayaso, de la trampa y del engaño…
hay una sola manera de comenzar a experimentar el dominio propio, y consiste en entregarnos a la voluntad De Dios, a obedecer su palabra, a entenderla y en medio de ese entender su palabra, dejar que su Santo Espíritu nos ponga a hacer cosas que sin El, nunca podríamos hacer, y esas cosas son, en medio de la provocación, huir, salir corriendo de ese lugar donde las cosas no van a salir bien y nos vamos meter en problemas, en otros casos nuestra relación consiente con Dios, nos llevará a responder de maneras que tampoco habríamos planeado, llenos de paz, descanso, y la seguridad que solo su palabra nos puede dar.
Señor, enséñame el dominio propio, transforma mi carácter, mis debilidades, mis respuestas groseras, mis ganas de controlarlo todo y lléname de tu amor, de tu paciencia y ternura, para ser luz en medio de mi oscuridad.
Te necesito, ven a mi vida, y enséñame a pasar mas tiempo a tu lado.
MIguel Montes