Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 7 de diciembre. Luces. 

Juan 9:5 NTV. Pero mientras estoy aquí en el mundo, yo soy la luz del mundo. 

La Navidad siempre viene con imágenes hermosas y luces de diferentes colores que se instalan en las ciudades, atractivos que alegran el corazón y la vida. Sabemos que la Navidad es un tiempo de celebración especial donde nos podemos reconciliar con lo que somos, con nuestras familias y con todo aquello que Dios nos ha permitido hacer en un año más de vida.

Lo que muchas veces se nos pasa por alto es que, en medio de la carrera y el estímulo visual de esta época del año, más allá de las luces que decoran la ciudad, hay una luz que necesitamos ver y detenernos a contemplar. Es la luz que necesitamos para vivir y tomar mejores decisiones y para cambiar nuestra vida.

Esa luz, como lo dice el verso, es la luz de Jesús, quien es la luz del mundo. Él nos da la vida y nos mantiene con oportunidades para que, aunque sea débilmente, le miremos, le conozcamos y le entreguemos nuestra vida entera.

Por eso como lo dice el verso de hoy, él habita en este mundo con nosotros y nunca nos ha dejado. Más bien, sí, todo el tiempo ha estado conquistando nuestro corazón para que le sigamos y, por fin, llenemos nuestra vida de la luz que permanece para siempre y de esta manera, nos permita ser la persona que él diseñó para que fuéramos desde la eternidad.

Vamos a orar.

Amado Dios, más que ver luces de las ciudades, quiero ver tu luz, conocer tu luz y quedarme encandilado con ella. Necesito tu luz en mi vida, Señor, en cada rincón de mi vida que anda en oscuridad y tinieblas. háblame Señor, alúmbrame y enséñame a permanecer a tu lado. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 6 de diciembre. Si tienes para dar, da. 
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 8 de diciembre. Alumbrados. 

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