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Ezequiel 12:1-2 NVI
El Señor me dirigió la palabra: [2] «Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!
Que impresionante es darnos cuenta que reconocer nuestros errores, los de siempre…los comentarios que hacemos, y la manera como tratamos a las personas se hace tan difícil para nosotros mismos aceptarlos, pero sobre todo mucho mas difícil renunciar a ellos y cambiar…
muchas personas dicen, pues yo ya me morí así…yo no voy a cambiar y la verdad cuando decimos eso, no es mas que otra manera de negar a Dios, porque Dios es redención, cambio, arrepentimiento, nuevas oportunidades, pero sobre todo cambio…
nos puede pasar como lo dice esta palabra….tenemos ojos para ver, pero no nos importa cuidar lo que vemos ni las miradas que hacemos ni mucho menos entender que muchas cosas que vemos nos hacen daño y nos apartan De Dios, y así mismo, tenemos olidos que pueden escuchar y la mayoría del tiempo los andamos ocupando en chismes, mentiras y canciones que nos llevan a la depresión, a la infidelidad, a la lujuria, y no precisamente los usamos para que nos den la calma que tanto necesitamos….
hoy podemos tomar la decisión de no ser mas necios con las cosas que escuchamos y con las cosas que vemos…y dejar de una vez por todas esa actitud rebelde, que solo da cuenta de lo torpes que podemos llegar a ser, pues mientras tanto y mientras sigue pasando el tiempo no podemos oír ni ver a Dios esperándonos con los brazos abiertos para que vivamos la vida en abundancia que El planeó para nosotros desde la eternidad…
vamos a orar…
Perdóname Señor mi terquedad, mi falta de visión, pues veo, pero estoy mas ciego de lo que puedo imaginar si no te tengo a ti, si mi vida sigue llena de contradicción amargura cansancio y desprecio…..enseñame a ver con tus ojos…a despojarme de todo lo que me hace daño y me aparta de ti…ven a mi vida, pues te necesito mas de lo que yo mismo alcanzo a imaginar…y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús…Amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5 Octubre. Que yo no soy terco…
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Ezequiel 12:1-2 NVI
El Señor me dirigió la palabra: [2] «Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!
Que impresionante es darnos cuenta que reconocer nuestros errores, los de siempre…los comentarios que hacemos, y la manera como tratamos a las personas se hace tan difícil para nosotros mismos aceptarlos, pero sobre todo mucho mas difícil renunciar a ellos y cambiar…
muchas personas dicen, pues yo ya me morí así…yo no voy a cambiar y la verdad cuando decimos eso, no es mas que otra manera de negar a Dios, porque Dios es redención, cambio, arrepentimiento, nuevas oportunidades, pero sobre todo cambio…
nos puede pasar como lo dice esta palabra….tenemos ojos para ver, pero no nos importa cuidar lo que vemos ni las miradas que hacemos ni mucho menos entender que muchas cosas que vemos nos hacen daño y nos apartan De Dios, y así mismo, tenemos olidos que pueden escuchar y la mayoría del tiempo los andamos ocupando en chismes, mentiras y canciones que nos llevan a la depresión, a la infidelidad, a la lujuria, y no precisamente los usamos para que nos den la calma que tanto necesitamos….
hoy podemos tomar la decisión de no ser mas necios con las cosas que escuchamos y con las cosas que vemos…y dejar de una vez por todas esa actitud rebelde, que solo da cuenta de lo torpes que podemos llegar a ser, pues mientras tanto y mientras sigue pasando el tiempo no podemos oír ni ver a Dios esperándonos con los brazos abiertos para que vivamos la vida en abundancia que El planeó para nosotros desde la eternidad…
vamos a orar…
Perdóname Señor mi terquedad, mi falta de visión, pues veo, pero estoy mas ciego de lo que puedo imaginar si no te tengo a ti, si mi vida sigue llena de contradicción amargura cansancio y desprecio…..enseñame a ver con tus ojos…a despojarme de todo lo que me hace daño y me aparta de ti…ven a mi vida, pues te necesito mas de lo que yo mismo alcanzo a imaginar…y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús…Amen.
MIguel Montes