Devocional. Tu Tiempo con el Número Uno….¿Y la casa para Dios?……. 18 Junio

Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar

Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | RSS

Cuando la luz del sol nos despierta en una nueva mañana y un nuevo día llena de esplendor nuestra casa, podemos sentir que es la mirada de Dios la que nos llena de calma, y son sus palabras los cimientos de nuestra casa,… Dios mismo nos regala madera fina para que podamos reforzar los cimientos y así mismo podamos reconstruir lo que ya se había caído…. El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera —dice el Señor Todopoderoso—. Y en este lugar concederé la *paz», afirma el Señor Todopoderoso.» Hageo 2:9 NVI

Es solo Dios el que cambia nuestra vida con su amor y con su gracia, y lo hizo con cada clavo de la cruz que ganó la victoria sobre la enfermedad, la tristeza, el desamor, la soledad, y la mentira y nos entrego redención, provisión, perdón, justificación, alegría y seguridad,… construyó una casa nueva para cada uno de nosotros,… una casa llena de su Espíritu Santo, llena de su amor, llena de esperanza y llena de su gracia…Ohhh Señor….¡Cuánto amo yo tu ley! Todo el día medito en ella. Salmos 119:97 NVI

Así mismo, nosotros estamos llamados a construir una casa para Dios en nuestro corazón, pues su palabra dice que mientras queremos construir casas para nosotros mismos, su casa esta en ruinas.. y es tiempo de dejar a un lado tanto egoísmo y tanta exigencia de nuestra parte y dedicarnos a construir una casa para Dios, que lo busque, lo anhele, y habite para siempre en Él….. »Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. [25] Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. [26] Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. [27] Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» Mateo 7:24-27 NVI