Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music |
Salmos 119:35 NTV: Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad.
Gran parte de este salmo nos habla de la obediencia y sus beneficios. Nos dice, por ejemplo (Salmos 119:18 NTV): «Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas». (Salmos 119:17 NTV): «Sé bueno con este siervo tuyo, para que viva y obedezca tu palabra». (Salmos 119:20 NTV): «Siempre me conmueve el deseo de conocer tus ordenanzas». (Salmos 119:30 NTV): «He optado por ser fiel; estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas».
Y todo esto nos reafirma estos beneficios que vienen solo por el hecho de obedecer tus palabras y vivir conforme a tus amorosas instrucciones de cuidado que están escritas en tu diario. Por eso hoy, este verso nos lleva a decidir por el camino de la felicidad, que creo yo es el que todos queremos y anhelamos, ese camino descansado y protegido de Dios en el que sencillamente si hacemos lo que nos manda, podemos estar tranquilos y confiados de que se hará su perfecta voluntad en nuestras vidas.
Finalmente, el verso dice, como un ruego y una petición al corazón de Dios (Salmos 119:35 NTV): «Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad».
Vamos a orar.
Te amo, Señor, y solo tú sabes que necesito andar en tus caminos, conocerte más y seguir al pie de la letra tus instrucciones protectoras y de cuidado que has planeado para mí. Quiero vivir en tu voluntad y hacer tu voluntad y no la mía. Enséñame, Señor (Salmos 119:8 NTV): «Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!», en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 2 de junio. El camino de la felicidad.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music | RSS
Salmos 119:35 NTV: Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad.
Gran parte de este salmo nos habla de la obediencia y sus beneficios. Nos dice, por ejemplo (Salmos 119:18 NTV): «Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas». (Salmos 119:17 NTV): «Sé bueno con este siervo tuyo, para que viva y obedezca tu palabra». (Salmos 119:20 NTV): «Siempre me conmueve el deseo de conocer tus ordenanzas». (Salmos 119:30 NTV): «He optado por ser fiel; estoy decidido a vivir de acuerdo con tus ordenanzas».
Y todo esto nos reafirma estos beneficios que vienen solo por el hecho de obedecer tus palabras y vivir conforme a tus amorosas instrucciones de cuidado que están escritas en tu diario. Por eso hoy, este verso nos lleva a decidir por el camino de la felicidad, que creo yo es el que todos queremos y anhelamos, ese camino descansado y protegido de Dios en el que sencillamente si hacemos lo que nos manda, podemos estar tranquilos y confiados de que se hará su perfecta voluntad en nuestras vidas.
Finalmente, el verso dice, como un ruego y una petición al corazón de Dios (Salmos 119:35 NTV): «Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad».
Vamos a orar.
Te amo, Señor, y solo tú sabes que necesito andar en tus caminos, conocerte más y seguir al pie de la letra tus instrucciones protectoras y de cuidado que has planeado para mí. Quiero vivir en tu voluntad y hacer tu voluntad y no la mía. Enséñame, Señor (Salmos 119:8 NTV): «Obedeceré tus decretos; ¡por favor, no te des por vencido conmigo!», en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes