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Mateo 7:12 NTV: »Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas».
Cuando llevamos una vida egoísta y solo estamos atentos y diligentes para nuestras propias rutinas y para nuestros propios intereses, resultamos con un nivel de ceguera espiritual que no nos deja ver la necesidad del otro y de ninguna manera nos permite extender nuestro brazo de ayuda hacia los demás, y esto, sencillamente, porque nuestro egoísmo no nos lo permite ver.
En el verso de hoy podemos leer que la esencia de todo lo que se enseña en la bendita palabra de Dios nos debe llevar solamente a hacer con los demás y en los demás tal y cual nos gustaría que lo hicieran con nosotros. Y esto significa en alguna medida dar a los demás, estar atentos a sus necesidades, ser diligentes, dejar de mirar para adentro y dirigir la mirada a lo que pasa a nuestro alrededor y tratar de, en medio de la necesidad, ser útiles para los demás.
Finalmente, no se trata, como muchas personas lo pueden pensar, de decir «yo no me meto con nadie, así que nadie se meta conmigo», pues en ese momento solo estaremos sellando la condena del encierro egoísta y unipersonal en la que ni siquiera para nosotros mismos habrá generosidad.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mi egoísmo que no me deja ver la necesidad fuera de mí. Perdóname por estar encerrado en mí mismo e impedir con ello que mi propósito en la vida sea realizado a cabalidad. Siervo quiero ser, al igual que tú, y en esa tarea, renunciar a todo individualismo y actitud que me impida ser la persona que tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 7 de agosto. Interés verdadero
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Mateo 7:12 NTV: »Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas».
Cuando llevamos una vida egoísta y solo estamos atentos y diligentes para nuestras propias rutinas y para nuestros propios intereses, resultamos con un nivel de ceguera espiritual que no nos deja ver la necesidad del otro y de ninguna manera nos permite extender nuestro brazo de ayuda hacia los demás, y esto, sencillamente, porque nuestro egoísmo no nos lo permite ver.
En el verso de hoy podemos leer que la esencia de todo lo que se enseña en la bendita palabra de Dios nos debe llevar solamente a hacer con los demás y en los demás tal y cual nos gustaría que lo hicieran con nosotros. Y esto significa en alguna medida dar a los demás, estar atentos a sus necesidades, ser diligentes, dejar de mirar para adentro y dirigir la mirada a lo que pasa a nuestro alrededor y tratar de, en medio de la necesidad, ser útiles para los demás.
Finalmente, no se trata, como muchas personas lo pueden pensar, de decir «yo no me meto con nadie, así que nadie se meta conmigo», pues en ese momento solo estaremos sellando la condena del encierro egoísta y unipersonal en la que ni siquiera para nosotros mismos habrá generosidad.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mi egoísmo que no me deja ver la necesidad fuera de mí. Perdóname por estar encerrado en mí mismo e impedir con ello que mi propósito en la vida sea realizado a cabalidad. Siervo quiero ser, al igual que tú, y en esa tarea, renunciar a todo individualismo y actitud que me impida ser la persona que tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes