Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 4 de junio. Qué pobreza. 

Hebreos 13:5 NTV: No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré».

Yo creo que el contentamiento solo se puede instalar en el corazón cuando tenemos espacio y lugar permanente para Dios en nuestra cotidianidad, pues todo lo vamos a mirar a la luz de ese bendito espejo de la palabra de Dios. El dinero y los bienes son, a decir verdad, como un espejismo que nos puede apartar de lo que realmente vale y es irremplazable, y como lo dice el verso, por amar el dinero, nos podemos enfrentar los unos con los otros por lo que verdaderamente no vale.

El dinero y los bienes materiales nunca nos podrán ofrecer la paz y la satisfacción que provienen de una relación personal con Dios, pues las personas más ricas de la humanidad, en términos materiales, serán siempre pobres si no conocen a Dios. 

Aun así, en este verso de hoy hay una promesa de amor y fidelidad de Dios, que dice: «Nunca te fallaré, jamás te abandonaré», y es porque a Dios no le interesa nuestro dinero ni cuánto tengamos, sino lo que somos; Al igual que lo debemos hacer y pensar y llevar a la práctica entre nosotros mismos, amarnos por lo que somos y no por cuánto aportemos o demos o tengamos, pues más allá de eso ya nos tenemos los unos a los otros, que es el regalo eterno más importante y que no tiene precio.

Vamos a orar.

Señor, ayúdame a entender que lo mejor que tengo se llama familia, casa, estabilidad, lugar habitado y lleno de ti, y eso es mi familia para mí. Te necesito, Señor. Enséñame a no tropezar poniendo en primer lugar lo material en vez de mirar y agradecer lo que con ningún dinero del mundo puedo comprar. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 3 de junio. Tu problema es que piensas que no es suficiente. 
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 5 de junio. No necesito de Dios. 

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