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Romanos 7:14 NTV. «Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado.»
Muchas personas tienen problemas con lo que en la Biblia se le llama la ley, y es porque piensan que ella en sí misma solo condena, señala, y trae privaciones y exigencias que no se pueden cumplir y que para algunos, hace la vida aburrida y sin sentido.
Yo creo que la verdad para leer la bendita palabra de Dios, necesitamos, como ella misma lo dice, acercarnos con el espíritu, pero también con el entendimiento, y reconocer que en este maravilloso libro, encontramos la radiografía perfecta del ser humano, en donde podemos ver lo malvados que podemos llegar a ser y lo sanos, lo saludables y también lo hermosos que podemos ser si adherimos la palabra de Dios hasta el tuétano de los huesos, como una manera de ser y de existir.
Como lo dice el verso, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual y nos muestra, como en un espejo, lo que verdaderamente somos, lo que nos falta, lo que no hemos hecho y lo que podemos llegar a ser. Más bien, el problema, como lo dice Pablo, está en mí, porque soy demasiado humano, imperfecto, pretencioso, egoísta y débil para lograrlo solo, pues el pecado que me hace esclavo, no me deja libre y mucho menos lo va a hacer si no conozco y reconozco lo que me está pasando y lo que estoy viviendo.
Esta sí que es una manera de entender la gracia, y en medio de lo indefensos que nos podemos sentir, pedir el auxilio de Dios, pues él nos hizo y conoce a la perfección el manual.
Vamos a orar.
Amado Señor, cuánto te necesito, en medio de mi pecado y de mi egoísmo, en medio de mi orgullo que no me deja ver. Necesito tu gracia, necesito tu perdón y tu libertad. Enséñame, Señor, ayúdame a conocerte completamente y a parecerme a ti, pues eso quiero, Señor, y te lo ruego. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 2 de febrero. ¿Algún problema?
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Romanos 7:14 NTV. «Por lo tanto, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual. El problema está en mí, porque soy demasiado humano, un esclavo del pecado.»
Muchas personas tienen problemas con lo que en la Biblia se le llama la ley, y es porque piensan que ella en sí misma solo condena, señala, y trae privaciones y exigencias que no se pueden cumplir y que para algunos, hace la vida aburrida y sin sentido.
Yo creo que la verdad para leer la bendita palabra de Dios, necesitamos, como ella misma lo dice, acercarnos con el espíritu, pero también con el entendimiento, y reconocer que en este maravilloso libro, encontramos la radiografía perfecta del ser humano, en donde podemos ver lo malvados que podemos llegar a ser y lo sanos, lo saludables y también lo hermosos que podemos ser si adherimos la palabra de Dios hasta el tuétano de los huesos, como una manera de ser y de existir.
Como lo dice el verso, el problema no es con la ley, porque la ley es buena y espiritual y nos muestra, como en un espejo, lo que verdaderamente somos, lo que nos falta, lo que no hemos hecho y lo que podemos llegar a ser. Más bien, el problema, como lo dice Pablo, está en mí, porque soy demasiado humano, imperfecto, pretencioso, egoísta y débil para lograrlo solo, pues el pecado que me hace esclavo, no me deja libre y mucho menos lo va a hacer si no conozco y reconozco lo que me está pasando y lo que estoy viviendo.
Esta sí que es una manera de entender la gracia, y en medio de lo indefensos que nos podemos sentir, pedir el auxilio de Dios, pues él nos hizo y conoce a la perfección el manual.
Vamos a orar.
Amado Señor, cuánto te necesito, en medio de mi pecado y de mi egoísmo, en medio de mi orgullo que no me deja ver. Necesito tu gracia, necesito tu perdón y tu libertad. Enséñame, Señor, ayúdame a conocerte completamente y a parecerme a ti, pues eso quiero, Señor, y te lo ruego. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes