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Juan 2:6, 9 NTV. Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco a ciento trece litros. [9] Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio.
En muchas ocasiones, nos es difícil reconocer que tenemos las tinajas vacías, y no lo vemos, ni nos damos cuenta, aunque todos a nuestro alrededor lo saben y lo ven; nosotros no nos damos cuenta.
La verdad es que si reconocemos que tenemos un problema, solo de esa manera vamos a poder ver y entender que hay alguien que nos puede sacar de él. El problema es cuando pensamos que toda nuestra vida está perfecta y no lo está; ahí no hay modo de encontrar un salvador, un resucitador, un abogado, un consejero ni mucho menos un redentor, pues si seguimos negando que tenemos las tinajas de la resistencia vacías, no vamos a encontrar quien las llene y las llene de un vino nuevo.
Creo que todos necesitamos ser lavados completamente por dentro, de tal manera que podamos ser llenos del vino nuevo que proviene de Dios.
Vamos a orar.
Señor mío y Dios mío, solo tú sabes cómo está mi tinaja del corazón, de la mente y de mi voluntad; solo tú conoces lo resquebrajada que está mi tinaja, aporreada, dañada, rota quizás, o solamente llena de agua. Hoy te pido que me laves y me limpies y me transformes completamente en una nueva persona, pues vino nuevo quiero tener y de vino nuevo quiero ser lleno. Lléname, Señor, te lo ruego, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 5 de Enero. Tinajas vacías.
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Juan 2:6, 9 NTV. Cerca de allí había seis tinajas de piedra, que se usaban para el lavado ceremonial de los judíos. Cada tinaja tenía una capacidad de entre setenta y cinco a ciento trece litros. [9] Cuando el maestro de ceremonias probó el agua que ahora era vino, sin saber de dónde provenía (aunque, por supuesto, los sirvientes sí lo sabían), mandó a llamar al novio.
En muchas ocasiones, nos es difícil reconocer que tenemos las tinajas vacías, y no lo vemos, ni nos damos cuenta, aunque todos a nuestro alrededor lo saben y lo ven; nosotros no nos damos cuenta.
La verdad es que si reconocemos que tenemos un problema, solo de esa manera vamos a poder ver y entender que hay alguien que nos puede sacar de él. El problema es cuando pensamos que toda nuestra vida está perfecta y no lo está; ahí no hay modo de encontrar un salvador, un resucitador, un abogado, un consejero ni mucho menos un redentor, pues si seguimos negando que tenemos las tinajas de la resistencia vacías, no vamos a encontrar quien las llene y las llene de un vino nuevo.
Creo que todos necesitamos ser lavados completamente por dentro, de tal manera que podamos ser llenos del vino nuevo que proviene de Dios.
Vamos a orar.
Señor mío y Dios mío, solo tú sabes cómo está mi tinaja del corazón, de la mente y de mi voluntad; solo tú conoces lo resquebrajada que está mi tinaja, aporreada, dañada, rota quizás, o solamente llena de agua. Hoy te pido que me laves y me limpies y me transformes completamente en una nueva persona, pues vino nuevo quiero tener y de vino nuevo quiero ser lleno. Lléname, Señor, te lo ruego, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes