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1 Juan 5:14 NTV Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada.
Hace muchos días, decidí hacer un listado de las maneras en que podemos orar la mayoría del tiempo. Al hacer ese listado, simplemente me preguntaba por los tipos de oración que a veces escuchamos o hacemos, y cómo eso refleja en nosotros lo que entendemos y vivimos como espiritualidad y como relación con Dios.
Por eso, me encontré con un tipo de oración que es de intercesión, de clamor; otro tipo de oración que es para agradecer, y otras oraciones que hacemos solo para pedir y pedir, y la verdad creo que siempre estamos pidiendo y pidiendo. ¿Y qué tal si nuestra oración de aquí en adelante se transforma y se hace verdaderamente desinteresada, y más bien la nutrimos con lo que espiritualmente verdaderamente importa?
Más allá de las cosas que necesitamos, debemos entender que si buscamos primero el reino de Dios, todas las demás cosas serán añadidas y por eso, encontré en este listado de modos de oración, una oración más profunda, más consciente; en espíritu, con la verdad, llena de la palabra de Dios, con fe, llena de esa convicción que Dios nos advierte que le agrada, para poder recibir todo lo que necesitamos, y no oraciones egoístas, llenas de incredulidad y llenas de quejas ante el Padre celestial.
¿Te imaginas una oración que pida el fruto del Espíritu Santo, o los dones del Espíritu Santo? ¿Será que este año nuestra oración pidió al Señor de manera vehemente amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio? ¿Será que nuestra oración durante ese año ha pedido el don de fe, de hablar en lenguas, de profetizar, sanar enfermos, discernimiento, palabra de sabiduría y poder para hacer milagros?
Todas estas preguntas solo van dirigidas a nuestra verdadera intención de ser discípulos y de una vez por todas dejar de ser de los del montón que solo nos dedicamos a pedir cosas.
Vamos a orar:
Perdóname, Señor, mi oración aislada, egoísta, materialista, llena de queja y tan vacía de ti y de tu palabra. Hoy te pido que me permitas conocerte más y enamorarme más de ti, de tal manera que cuando pueda orar, mi oración esté llena de ti y no de mí.
En el nombre de Jesús, te lo pido. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 20 de diciembre. Oración interesada.
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1 Juan 5:14 NTV Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada.
Hace muchos días, decidí hacer un listado de las maneras en que podemos orar la mayoría del tiempo. Al hacer ese listado, simplemente me preguntaba por los tipos de oración que a veces escuchamos o hacemos, y cómo eso refleja en nosotros lo que entendemos y vivimos como espiritualidad y como relación con Dios.
Por eso, me encontré con un tipo de oración que es de intercesión, de clamor; otro tipo de oración que es para agradecer, y otras oraciones que hacemos solo para pedir y pedir, y la verdad creo que siempre estamos pidiendo y pidiendo. ¿Y qué tal si nuestra oración de aquí en adelante se transforma y se hace verdaderamente desinteresada, y más bien la nutrimos con lo que espiritualmente verdaderamente importa?
Más allá de las cosas que necesitamos, debemos entender que si buscamos primero el reino de Dios, todas las demás cosas serán añadidas y por eso, encontré en este listado de modos de oración, una oración más profunda, más consciente; en espíritu, con la verdad, llena de la palabra de Dios, con fe, llena de esa convicción que Dios nos advierte que le agrada, para poder recibir todo lo que necesitamos, y no oraciones egoístas, llenas de incredulidad y llenas de quejas ante el Padre celestial.
¿Te imaginas una oración que pida el fruto del Espíritu Santo, o los dones del Espíritu Santo? ¿Será que este año nuestra oración pidió al Señor de manera vehemente amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio? ¿Será que nuestra oración durante ese año ha pedido el don de fe, de hablar en lenguas, de profetizar, sanar enfermos, discernimiento, palabra de sabiduría y poder para hacer milagros?
Todas estas preguntas solo van dirigidas a nuestra verdadera intención de ser discípulos y de una vez por todas dejar de ser de los del montón que solo nos dedicamos a pedir cosas.
Vamos a orar:
Perdóname, Señor, mi oración aislada, egoísta, materialista, llena de queja y tan vacía de ti y de tu palabra. Hoy te pido que me permitas conocerte más y enamorarme más de ti, de tal manera que cuando pueda orar, mi oración esté llena de ti y no de mí.
En el nombre de Jesús, te lo pido. Amén.
MIguel Montes