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1 Samuel 14:6 NTV «Crucemos hasta la avanzada de esos paganos», le dijo Jonatán a su escudero. «Tal vez el SEÑOR nos ayude, porque nada puede detener al SEÑOR. ¡Él puede ganar la batalla ya sea que tenga muchos guerreros o solo unos cuantos!»
Nada puede detener al Señor, dice este verso. Muchos de nosotros enfrentamos pruebas y dificultades, sintiéndonos rodeados y sin salida. Sin embargo, Jonatán y su escudero confiaron en Dios, seguros de que su tamaño no restringiría la capacidad de Dios para ayudarlos.
De la misma manera debemos ver lo que nos pasa. Por muy grande que sea nuestro enemigo o nuestra dificultad, eso no restringe el poder de Dios para salvarnos y ayudarnos. Dios honró la fe y la valentía de Jonatán y su escudero dándoles una victoria impresionante.
Si te has sentido rodeado por el enemigo o estás pasando por dificultades, recuerda que Dios no se perturba por el poderío del enemigo ni por la complejidad de los problemas. Con él, siempre hay suficientes recursos para resistir la presión y ganar la batalla.
Por eso, si Dios te ha llamado a hacer algo, encomienda a Dios los recursos que tienes a la mano y confía en él para que te dé la victoria.
Vamos a orar:
Amado Dios, pelea por mí. Ayúdame en mi poca fe. No sé qué más hacer ni decir, pues solo tú sabes el para dónde voy y cómo lo voy a lograr. De una cosa estoy seguro, Señor: soy tu hijo y me proteges, me guardas, me cuidas, me das lo mejor y me llevas por el camino que tú planeaste para mi desde la eternidad. Me entrego a ti, guía y dirección de mi alma. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 14 de diciembre. Él puede ganar la batalla.
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1 Samuel 14:6 NTV «Crucemos hasta la avanzada de esos paganos», le dijo Jonatán a su escudero. «Tal vez el SEÑOR nos ayude, porque nada puede detener al SEÑOR. ¡Él puede ganar la batalla ya sea que tenga muchos guerreros o solo unos cuantos!»
Nada puede detener al Señor, dice este verso. Muchos de nosotros enfrentamos pruebas y dificultades, sintiéndonos rodeados y sin salida. Sin embargo, Jonatán y su escudero confiaron en Dios, seguros de que su tamaño no restringiría la capacidad de Dios para ayudarlos.
De la misma manera debemos ver lo que nos pasa. Por muy grande que sea nuestro enemigo o nuestra dificultad, eso no restringe el poder de Dios para salvarnos y ayudarnos. Dios honró la fe y la valentía de Jonatán y su escudero dándoles una victoria impresionante.
Si te has sentido rodeado por el enemigo o estás pasando por dificultades, recuerda que Dios no se perturba por el poderío del enemigo ni por la complejidad de los problemas. Con él, siempre hay suficientes recursos para resistir la presión y ganar la batalla.
Por eso, si Dios te ha llamado a hacer algo, encomienda a Dios los recursos que tienes a la mano y confía en él para que te dé la victoria.
Vamos a orar:
Amado Dios, pelea por mí. Ayúdame en mi poca fe. No sé qué más hacer ni decir, pues solo tú sabes el para dónde voy y cómo lo voy a lograr. De una cosa estoy seguro, Señor: soy tu hijo y me proteges, me guardas, me cuidas, me das lo mejor y me llevas por el camino que tú planeaste para mi desde la eternidad. Me entrego a ti, guía y dirección de mi alma. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes