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Salmos 128:6 NTV: «Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz!»
Si para algo Dios nos ha dado la vida, es para disfrutarla, como lo dice el verso; Quiero que vivas para disfrutar de tus nietos, de tus hijos, de sus maneras de ser y de lo que en cada época de la vida puedan experimentar, sin prejuicios y sin juicios de valor, que más que alentarlos, los pueden resentir y estigmatizar por comportamientos y modas que no son más que pasajeros y propios de la época en la que están viviendo.
Seguramente la lía de las generaciones siempre va a ser la comparación y, en algunos casos, la intransigencia que nos lleva a pensar que todo el mundo se debe adaptar a nuestro propio molde, y eso hace que dejemos de disfrutar lo que la experiencia de la vida nos da para vivir, así, en bruto, como viene y como está.
Por eso, finalmente, como lo dice el verso, si logramos disfrutar de los hijos y de los nietos así como son, sin tratar de acomodarlos a nuestro molde y a nuestra manera de ver la vida, tendremos paz, pues sabremos en el momento oportuno descansar en el Señor y en el plan de vida que Él tiene para cada uno de nosotros.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por mis nietos y por mis hijos, por la manera múltiple y variada como los has hecho: unos callados, otros extrovertidos, otros ayudadores, otros llenos de ternura, pero al fin y al cabo, diseños perfectos de tu creación. Hoy descanso en el propósito que Tú tienes para cada uno de ellos y decido alegrarme y disfrutar de cada uno de ellos, sin tratar de moldear ni cambiar lo que de antemano Tú has hecho de manera especial en cada uno de ellos. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª Temporada, 12 de noviembre. Vivir para disfrutar.
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Salmos 128:6 NTV: «Que vivas para disfrutar de tus nietos. ¡Que Israel tenga paz!»
Si para algo Dios nos ha dado la vida, es para disfrutarla, como lo dice el verso; Quiero que vivas para disfrutar de tus nietos, de tus hijos, de sus maneras de ser y de lo que en cada época de la vida puedan experimentar, sin prejuicios y sin juicios de valor, que más que alentarlos, los pueden resentir y estigmatizar por comportamientos y modas que no son más que pasajeros y propios de la época en la que están viviendo.
Seguramente la lía de las generaciones siempre va a ser la comparación y, en algunos casos, la intransigencia que nos lleva a pensar que todo el mundo se debe adaptar a nuestro propio molde, y eso hace que dejemos de disfrutar lo que la experiencia de la vida nos da para vivir, así, en bruto, como viene y como está.
Por eso, finalmente, como lo dice el verso, si logramos disfrutar de los hijos y de los nietos así como son, sin tratar de acomodarlos a nuestro molde y a nuestra manera de ver la vida, tendremos paz, pues sabremos en el momento oportuno descansar en el Señor y en el plan de vida que Él tiene para cada uno de nosotros.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por mis nietos y por mis hijos, por la manera múltiple y variada como los has hecho: unos callados, otros extrovertidos, otros ayudadores, otros llenos de ternura, pero al fin y al cabo, diseños perfectos de tu creación. Hoy descanso en el propósito que Tú tienes para cada uno de ellos y decido alegrarme y disfrutar de cada uno de ellos, sin tratar de moldear ni cambiar lo que de antemano Tú has hecho de manera especial en cada uno de ellos. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes