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Eclesiastés 7:21 NTV
No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice.
No se si a usted le ha pasado, pero sabemos de muchos casos en que al terminar las llamadas telefónicas, escuchamos conversaciones en donde se dicen cosas que revelarían las verdaderas motivaciones de quienes están a nuestro servicio o de aquellos con quien tenemos relaciones importantes.
Resultamos escuchando insultos, maledicencias, groserías, quejas, o reflexiones que mas que bendecir revelan que hay dolor, amargura, resentimiento, comparación o desdicha.
Es muy desafortunado escuchar directamente de la voz de aquellos con quienes «supuestamente» tenemos mucha confianza, insultos o quejas que no nos esperábamos, y eso viene por escuchar conversaciones ajenas a escondidas.
Por eso el verso nos dice literalmente (Eclesiastés 7:21 NTV) No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice.
Vamos a orar
Amado Señor, solo tu sabes que en ocasiones he sido yo quien ha fallado y quien se ha extralimitado en las palabras y consideraciones con las personas a mi alrededor. hoy yo te pido que me enseñes y me permitas ser coherente todo el tiempo entre lo que pienso, digo y hago. Así mismo perdono todo insulto y toda maledicencia que haya venido contra mi, y decido limpiar mi corazón de toda amargura y resentimiento, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 21 Octubre. Mas común de lo que imaginamos.
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Eclesiastés 7:21 NTV
No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice.
No se si a usted le ha pasado, pero sabemos de muchos casos en que al terminar las llamadas telefónicas, escuchamos conversaciones en donde se dicen cosas que revelarían las verdaderas motivaciones de quienes están a nuestro servicio o de aquellos con quien tenemos relaciones importantes.
Resultamos escuchando insultos, maledicencias, groserías, quejas, o reflexiones que mas que bendecir revelan que hay dolor, amargura, resentimiento, comparación o desdicha.
Es muy desafortunado escuchar directamente de la voz de aquellos con quienes «supuestamente» tenemos mucha confianza, insultos o quejas que no nos esperábamos, y eso viene por escuchar conversaciones ajenas a escondidas.
Por eso el verso nos dice literalmente (Eclesiastés 7:21 NTV) No escuches conversaciones ajenas a escondidas: podrías escuchar que tu siervo te maldice.
Vamos a orar
Amado Señor, solo tu sabes que en ocasiones he sido yo quien ha fallado y quien se ha extralimitado en las palabras y consideraciones con las personas a mi alrededor. hoy yo te pido que me enseñes y me permitas ser coherente todo el tiempo entre lo que pienso, digo y hago. Así mismo perdono todo insulto y toda maledicencia que haya venido contra mi, y decido limpiar mi corazón de toda amargura y resentimiento, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes