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Isaías 35:3-4 NVI
Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; [4] digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos».
Con este verso ya podemos entender y apropiar un marco inicial que nos ilustra la tarea principal de la iglesia y si esto sucede de esta manera, sigue diciendo el verso, (Isaías 35:5-10 NVI) Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; [6] saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. Y todas estas cosas en la mayoría de los casos somos nosotros: tercos, ciegos, imprudentes, mudos, secos, indiferentes y muchas cosas mas; sigue diciendo el verso [7] La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros. [8] Habrá allí una calzada que será llamada Camino de santidad. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen el camino. [9] No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡Allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos! [10] Y volverán los rescatados por el SEÑOR, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.
Esta es la tarea de la iglesia; fortalecer las manos débiles, afirmar las rodillas temblorosas, decir a los de corazón temeroso, «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con perdón, con ternura y con gracia que es lo que mas necesitas en este momento; con retribución divina vendrá a salvarlos».
Vamos a orar..
Amado Señor, enséñanos a entender que la iglesia es ese lugar donde llegamos rotos, débiles, imperfectos, enfermos, y sedientos de ti para ser restaurados, arreglados, consolados de nuestra debilidad, de nuestra lujuria, nuestra maldad, nuestra inconformidad, nuestra burla, nuestro carácter disparatado, nuestros ojos ciegos y cerrados y nuestros oídos sordos y dispersos. Hoy reconozco que te necesito Señor y que necesito de ti y de tu gracia que me perdona y me limpia. Perdónanos Señor por nuestros esfuerzos humanos que aun no alcanzan a comprender tu perfecto amor por la humanidad y tu bendita gracia; en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 21 Septiembre. La tarea de la Iglesia.
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Isaías 35:3-4 NVI
Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; [4] digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos».
Con este verso ya podemos entender y apropiar un marco inicial que nos ilustra la tarea principal de la iglesia y si esto sucede de esta manera, sigue diciendo el verso, (Isaías 35:5-10 NVI) Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; [6] saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. Y todas estas cosas en la mayoría de los casos somos nosotros: tercos, ciegos, imprudentes, mudos, secos, indiferentes y muchas cosas mas; sigue diciendo el verso [7] La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros. [8] Habrá allí una calzada que será llamada Camino de santidad. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen el camino. [9] No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡Allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos! [10] Y volverán los rescatados por el SEÑOR, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.
Esta es la tarea de la iglesia; fortalecer las manos débiles, afirmar las rodillas temblorosas, decir a los de corazón temeroso, «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con perdón, con ternura y con gracia que es lo que mas necesitas en este momento; con retribución divina vendrá a salvarlos».
Vamos a orar..
Amado Señor, enséñanos a entender que la iglesia es ese lugar donde llegamos rotos, débiles, imperfectos, enfermos, y sedientos de ti para ser restaurados, arreglados, consolados de nuestra debilidad, de nuestra lujuria, nuestra maldad, nuestra inconformidad, nuestra burla, nuestro carácter disparatado, nuestros ojos ciegos y cerrados y nuestros oídos sordos y dispersos. Hoy reconozco que te necesito Señor y que necesito de ti y de tu gracia que me perdona y me limpia. Perdónanos Señor por nuestros esfuerzos humanos que aun no alcanzan a comprender tu perfecto amor por la humanidad y tu bendita gracia; en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes