Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 21 Septiembre. La tarea de la Iglesia.

Isaías 35:3-4 NVI

Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas temblorosas; [4] digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos».

Con este verso ya podemos entender y apropiar un marco inicial que nos ilustra la tarea principal de la iglesia y si esto sucede de esta manera, sigue diciendo el verso, (Isaías 35:5-10 NVI) Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos; [6] saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal. Y todas estas cosas en la mayoría de los casos somos nosotros: tercos, ciegos, imprudentes, mudos, secos, indiferentes y muchas cosas mas; sigue diciendo el verso [7] La arena ardiente se convertirá en estanque, la tierra sedienta en manantiales burbujeantes. Las guaridas donde se tendían los chacales serán morada de juncos y papiros. [8] Habrá allí una calzada que será llamada Camino de santidad. No viajarán por ella los impuros, ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen el camino. [9] No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡Allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos! [10] Y volverán los rescatados por el SEÑOR, y entrarán en Sión con cantos de alegría, coronados de una alegría eterna. Los alcanzarán la alegría y el regocijo, y se alejarán la tristeza y el gemido.

Esta es la tarea de la iglesia; fortalecer las manos débiles, afirmar las rodillas temblorosas, decir a los de corazón temeroso,  «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con perdón, con ternura y con gracia que es lo que mas necesitas en este momento; con retribución divina vendrá a salvarlos».

Vamos a orar..

Amado Señor, enséñanos a entender que la iglesia es ese lugar donde llegamos rotos, débiles, imperfectos, enfermos, y sedientos de ti para ser restaurados, arreglados, consolados de nuestra debilidad, de nuestra lujuria, nuestra maldad, nuestra inconformidad, nuestra burla, nuestro carácter disparatado, nuestros ojos ciegos y cerrados y nuestros oídos sordos y dispersos. Hoy reconozco que te necesito Señor y que necesito de ti y de tu gracia que me perdona y me limpia. Perdónanos Señor por nuestros esfuerzos humanos que aun no alcanzan a comprender tu perfecto amor por la humanidad y tu bendita gracia; en el nombre de Jesús, amen.

Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 20 Septiembre. Nuestro gobernante
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 22 Septiembre. ¿En que se basa tu confianza?

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *