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Salmo 116:3-4 NVI
Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. [4] Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»
En muchas ocasiones vamos a sentirnos enredados, muriendo, sin esperanza, decaídos y como lo dice el verso sorprendidos de improviso por una angustia que no sabemos de donde viene y todo esto nos hace caer en la depresión, la aflicción y la ansiedad.
Sin embargo el salmista escribe, Entonces ¿qué voy a hacer?, echarme a la pena?, terminar con mi vida? encerrarme como lo hace todo el mundo?, darle mas cabida a lo que siento? o pedir la ayuda del Único que puede venir y sacarme del lugar donde me encuentro.
Por eso dice el verso, «Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»» para lo cual encontramos mas adelante que ante esta petición, (Salmo 116:5-7 NVI) El SEÑOR es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. le importa lo que me pasa; pues, [6] El SEÑOR protege a la gente sencilla;
Termina el verso diciendo, «estaba yo muy débil, y él me salvó. por eso, [7] ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno contigo!
Vamos a orar..
Gracias Señor, pues puedo acudir a ti en medio de mi debilidad y mi angustia, pues solo tu tienes palabras que me reconfortan y me dan la seguridad que necesito para seguir adelante. Te necesito Señor, enséñame a levantarme y a recuperar las fuerzas que necesito para vivir, tuyo soy, dueño mío, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 19 Septiembre. Pide ayuda.
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Salmo 116:3-4 NVI
Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. [4] Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»
En muchas ocasiones vamos a sentirnos enredados, muriendo, sin esperanza, decaídos y como lo dice el verso sorprendidos de improviso por una angustia que no sabemos de donde viene y todo esto nos hace caer en la depresión, la aflicción y la ansiedad.
Sin embargo el salmista escribe, Entonces ¿qué voy a hacer?, echarme a la pena?, terminar con mi vida? encerrarme como lo hace todo el mundo?, darle mas cabida a lo que siento? o pedir la ayuda del Único que puede venir y sacarme del lugar donde me encuentro.
Por eso dice el verso, «Entonces clamé al SEÑOR: «¡Te ruego, SEÑOR, que me salves la vida!»» para lo cual encontramos mas adelante que ante esta petición, (Salmo 116:5-7 NVI) El SEÑOR es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. le importa lo que me pasa; pues, [6] El SEÑOR protege a la gente sencilla;
Termina el verso diciendo, «estaba yo muy débil, y él me salvó. por eso, [7] ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el SEÑOR ha sido bueno contigo!
Vamos a orar..
Gracias Señor, pues puedo acudir a ti en medio de mi debilidad y mi angustia, pues solo tu tienes palabras que me reconfortan y me dan la seguridad que necesito para seguir adelante. Te necesito Señor, enséñame a levantarme y a recuperar las fuerzas que necesito para vivir, tuyo soy, dueño mío, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes