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2 Corintios 3:16-17 NTV En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. [17] Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
En este verso podemos entender que todos aquellos que intentaban salvarse mediante la obediencia a las leyes del Antiguo Testamento pronto quedaron enredados en las reglas y ceremonias, pero ahora, como lo dice su palabra, por medio del Espíritu Santo, Dios provee libertad del pecado y de la condenación, (Romanos 8:1 NTV) y Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;
Cuando confiamos en Cristo para nuestra salvación, él nos quita la pesada carga de intentar agradarlo, al igual que la culpa que sentimos por no poder lograrlo por cuenta propia.
Y finalmente, al confiar en Cristo somos amados, aceptados, perdonados y liberados para poder vivir para él, pues «Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad». Por eso dice el verso, vuélvete al Señor para que El habite en ti y una vez habitando aquí adentro, puedas experimentar la libertad que de ninguna otra manera vas a poder experimentar.
Vamos a orar…
Señor mío, dueño de mi vida y de todo lo que soy, yo te pido que entres en mi vida y que te hagas completamente dueño de todo mi ser….límpiame Señor, pues solo tu sabes que necesito ser limpiado y renovado completamente….hoy te recibo como mi Señor y Salvador, agradecido y confiado de que estas obrando lo mejor en mi vida, en el nombre de Jesús, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 11 Mayo. Solo Dios te da la libertad
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2 Corintios 3:16-17 NTV En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. [17] Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
En este verso podemos entender que todos aquellos que intentaban salvarse mediante la obediencia a las leyes del Antiguo Testamento pronto quedaron enredados en las reglas y ceremonias, pero ahora, como lo dice su palabra, por medio del Espíritu Santo, Dios provee libertad del pecado y de la condenación, (Romanos 8:1 NTV) y Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;
Cuando confiamos en Cristo para nuestra salvación, él nos quita la pesada carga de intentar agradarlo, al igual que la culpa que sentimos por no poder lograrlo por cuenta propia.
Y finalmente, al confiar en Cristo somos amados, aceptados, perdonados y liberados para poder vivir para él, pues «Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad». Por eso dice el verso, vuélvete al Señor para que El habite en ti y una vez habitando aquí adentro, puedas experimentar la libertad que de ninguna otra manera vas a poder experimentar.
Vamos a orar…
Señor mío, dueño de mi vida y de todo lo que soy, yo te pido que entres en mi vida y que te hagas completamente dueño de todo mi ser….límpiame Señor, pues solo tu sabes que necesito ser limpiado y renovado completamente….hoy te recibo como mi Señor y Salvador, agradecido y confiado de que estas obrando lo mejor en mi vida, en el nombre de Jesús, amen.
MIguel Montes