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Salmos 15:1-2 NTV
SEÑOR, ¿quién puede adorar en tu santuario? ¿Quién puede entrar a tu presencia en tu monte santo? [2] Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero.
Una de las maneras de obtener nuestra sanidad física, definitivamente es estar sano del alma, mejor dicho, si no sanamos el alma, los rencores, la amargura, el resentimiento, la lujuria, el dolor que nos causaron y las cuentas pendientes por cobrar, no vamos a tener un cuerpo sano…
Por eso No puedes tener odio, resentimiento ni rencor, pues nuestro corazón debe estar limpio..
y a veces podemos decir cosas como yo he estado limpio, yo he sido usado por Dios, pero nos descuidamos y resultamos apartados, es por eso que debemos cuidar nuestra santidad y lo que habita en el corazón, para recibir la sanidad de todas nuestras dolencias.
vamos a orar…
Señor, tu me conoces y tu me examinas, sabes cuando me acuesto y cuando me levanto….aun en la distancia me lees el pensamiento y no me llega la palabra a la boca cuando tu Señor ya la sabes toda….ven Señor, sana mi corazón y mi alma de la comparación, la ira, el enojo, y del considerarme mejor que los demás… límpiame Señor….quiero tener un corazón puro para ti, en el nombre de Jesús te lo pido, amen.
Tu Tiempo con el Número Uno. 4a Temporada. 21 Febrero, Sana tu dolor, sanando tu alma…
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SEÑOR, ¿quién puede adorar en tu santuario? ¿Quién puede entrar a tu presencia en tu monte santo? [2] Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero.
Una de las maneras de obtener nuestra sanidad física, definitivamente es estar sano del alma, mejor dicho, si no sanamos el alma, los rencores, la amargura, el resentimiento, la lujuria, el dolor que nos causaron y las cuentas pendientes por cobrar, no vamos a tener un cuerpo sano…
Por eso No puedes tener odio, resentimiento ni rencor, pues nuestro corazón debe estar limpio..
y a veces podemos decir cosas como yo he estado limpio, yo he sido usado por Dios, pero nos descuidamos y resultamos apartados, es por eso que debemos cuidar nuestra santidad y lo que habita en el corazón, para recibir la sanidad de todas nuestras dolencias.
vamos a orar…
Señor, tu me conoces y tu me examinas, sabes cuando me acuesto y cuando me levanto….aun en la distancia me lees el pensamiento y no me llega la palabra a la boca cuando tu Señor ya la sabes toda….ven Señor, sana mi corazón y mi alma de la comparación, la ira, el enojo, y del considerarme mejor que los demás… límpiame Señor….quiero tener un corazón puro para ti, en el nombre de Jesús te lo pido, amen.
MIguel Montes