Romanos 1:31 NTV: No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen compasión.

Cuando nos preguntamos por el tema de la corrupción, también sabemos que existen múltiples maneras de llegar a ella, y en este caso, lo podemos ver como lo dice el verso, cuando prometemos y prometemos e ilusionamos e ilusionamos y al fin de cuentas no cumplimos con lo que habíamos prometido. 

Eso es corrupción, demorar respuestas, aplazar, enredar, justificar y envolver en el mar de los argumentos lo que sin la corrupción del mundo se hubiera podido hacer.

Termina el verso diciendo que eso nos hace crueles y sin compasión y eso sí que define la impresionante corrupción que abunda en cada uno de nosotros.

Vamos a orar… 

Perdona Señor mi corrupción y mi pecado, perdóname por aplazar lo que sin demora debo hacer y por no cumplir lo que prometo. Quita de mí toda crueldad y lléname de compasión y ayúdame a hacer completamente tu voluntad sin demora. En el nombre de Jesús, amén.

Romanos 12:11 NVI: Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu.

Como nos podemos dar cuenta a lo largo de la vida, existen muchísimas maneras de untarnos de mediocridad, y de pronto se nos puede volver más habitual de lo que parece. Una de esas maneras es habituándonos al mundo actual y condescendiendo con los vicios del sistema y con nuestra propia incapacidad para resolver, y con carácter, destruir todo argumento que se levante contra el conocimiento de Dios, y en este caso, contra cualquier principado o potestad que nos impida hacer la voluntad de Dios.

Si hemos sido llamados, debemos corresponder a ese llamado y como lo dice el verso debemos ser más que diligentes, presurosos para hacer las tareas que el Señor mande, llenos de ese fervor que solo el Espíritu Santo de Dios nos puede dar.

Vamos a orar. 

Amado Dios, enséñame a ser diligente y a actuar con insistencia en cada tarea y propósito para el cual tú me hayas enviado. No quiero entrar en la mediocridad, ni mucho menos enredarme en agradar a los hombres, antes que cumplir tu perfecta y buena voluntad para mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

Deuteronomio 11:13-14 NTV: »Si obedeces cuidadosamente los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.

Cuando nos enamoramos, sabemos que podemos comenzar a disfrutar de beneficios que ninguna otra persona puede tener, pues en los terrenos del amor siempre van a existir beneficios que solo se pueden desagregar de una relación de fidelidad, entrega, compromiso y dedicación. Y por eso sabemos que no hay amor, sin dedicación de tiempo, de atención, y mucho menos habrá amor, sin entrega, compromiso, y fidelidad.

Por eso es que las gramáticas del amor, necesitan un orden que solo Dios nos puede ayudar a sostener y mantener, pues si se tratara de nosotros, simplemente de manera egoísta buscaríamos nuestro provecho y pare de contar. Y en esa medida, el verso de hoy nos dice «si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.»

Qué impresionante la manera exorbitante como Dios, por el simple hecho de que le amemos, nos provee de tantas cosas y nos ayuda a sanar el corazón y la vida, solo para regresarnos incluso las bendiciones de las lluvias tardías. Todo esto indica esa condición de correspondencia mutua que solo viene de Dios cuando le amamos, le buscamos, y nos comprometemos con Él, en entrega compromiso y fidelidad.

Vamos a orar.

Perdóname Señor por mi infidelidad y mi ausencia, pues la verdad creo que en mi corazón y en todo mi ser no existe esa entrega plena y total a tu amor. Yo anhelo y quiero enamorarme más de ti y llegar al punto de no entender mi vida si no estás tú. Completamente enamorado y no por lo que me puedas dar, sino por lo que eres en mi vida. Y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús. Amén.

Romanos 12:2 NTV: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Como lo podemos ver en este verso y estudiar detenidamente, Pablo, en su carta a los Romanos, les pone en una bandeja a escoger entre dos opciones, que serían las mismas que hoy en día tenemos para decidir. Una de ellas es la de imitar las conductas y las costumbres de este mundo y de esta época y en esta opción nos podemos dar cuenta de lo fácil que es caer en cualquier tipo de tendencia y en cualquier corriente que en la época actual nos impulsa a detenernos y a contemplar el parecernos a ella o el adherirnos a su movimiento.

Por otra parte, Pablo les muestra como una oportunidad para ser diferentes, que en vez de seguir a las corrientes de este mundo y lo que en esta época podríamos llamar las tendencias, dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar, pues de esta manera, aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Hay dos opciones y siempre han existido, o seguimos los modelos del mundo y de esta época o dejamos que Dios nos transforme, al cambiarnos la manera de pensar, de tal manera que podamos conocer su voluntad, que siempre, siempre, será buena, perfecta y agradable.

Vamos a orar.

Amado Dios, cuánto te necesito y qué fácil me puedo dejar llevar por las corrientes de este mundo, de las redes, del que dirán, de la moda, de las apariencias, del dinero la fama, el poder y la seducción, que más que acercarme a ti, me engañan y me destruyen. Hoy yo te pido que me permitas conocerte cada día más y que me ayudes a transformar tantos patrones de pensamiento erróneos que a lo largo de mi vida han hecho nido dentro de mí. Quiero ser transformado Señor y definitivamente conocer tu voluntad para mi vida que es buena perfecta y agradable, en el nombre de Jesús, amén.

Salmo 119:105 NTV: Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.

Como seres humanos, pensantes, relacionales, sentientes y emocionales, todo el tiempo necesitamos resolver situaciones prácticas de la vida diaria que necesitan de nuestra parte una acción, una determinación, o una decisión, que sí o sí, demuestren que estamos vivos y que como personas estamos haciéndonos responsables de nuestra vida.

Y en medio de las tensiones propias de la vida, necesitamos reconocer como lo dice el verso de hoy, que para descubrir nuestro llamado, necesitamos conocer a Dios, leyendo su palabra y que al comunicarnos con Él, a través de la biblia, Dios nos mostrará lo que quiere que hagamos y el lugar a donde quiere que vayamos, pues la biblia es el mensaje de Dios para ti.

Cuando leemos y estudiamos la bendita palabra de Dios con el Espíritu, pero también con el entendimiento, y al plantearle a Dios cada situación de la vida como la estamos viviendo, Dios promete respondernos y guiarnos, pues Él es lámpara que guía nuestros pies y nos ofrece la luz justa para los próximos pasos que tengamos que dar. 

Probablemente no veas todo el camino de una sola vez, pero ese pequeño tramo que Dios te puede mostrar será el comienzo para seguir adelante.

Vamos a orar.

Gracias Señor por ser mi guía y mi dirección y esa lámpara que guía mis pies. Hoy te presento mis dudas, mi temor, mi inseguridad y mis luchas y te pido que me dejes ver el camino por donde debo transitar y seguir. Y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús, amén.

Éxodo 33:14 NVI: —Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el SEÑOR.

La verdad cuando no podemos descansar correctamente, no solo se altera nuestro metabolismo, sino también nuestro carácter, nuestros días y todo a nuestro alrededor se pone difícil y lleno de tropiezos. 

Una de esas acciones imprescindibles que el Señor nos recetó para el buen descanso es el sueño y cuando no lo logramos conciliar, nuestra mente se desordena completamente y no podemos funcionar equilibradamente.

Por eso el verso de hoy nos dice que no estamos solos y que es Dios quien nos da el descanso que necesitamos, y como siempre de manera directa Dios nos dice: descansa que yo iré contigo. Duerme, dale a tu cuerpo el reposo que necesita, suelta las redes y permanece en mi palabra.

Vamos a orar.

Perdóname Señor por creer que en mis manos está el resolver todas las situaciones y los problemas a mi alrededor. Hoy te pido perdón. Gracias por renovar mis fuerzas y por darme el descanso que necesito. Yo sé que estás obrando tu perfecta voluntad en mi vida, y en ella espero Señor, confiado, agradecido y tranquilo. En el nombre de Jesús, amén.

Eclesiastés 11:9 NTV: Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada! Pero recuerden que tendrán que rendirle cuentas a Dios de cada cosa que hagan.

No solo la juventud es hermosa, sino cada etapa de la vida en la que nos encontremos. Ese es uno de los secretos que nos permiten disfrutar de la vida y de lo que somos y hacemos. Sentirnos plenos en la etapa en la que estemos, pues de cada una de ellas indudablemente necesitamos aprender.

El verso de hoy dice «Gente joven: ¡la juventud es hermosa! Disfruten de cada momento de ella. Hagan todo lo que quieran hacer, ¡no se pierdan nada!» Y eso es lo que debemos hacer en nuestra juventud, mientras tengamos sueños, vida, fuerza y propósitos, pues no hay nada mejor que disfrutar de esa hermosura como lo dice el verso, de cada uno de los momentos de la vida que vamos viviendo.

Pero esto no termina aquí, pues Dios como buen papá nos dice disfruta «Pero recuerden que tendrán que rendirme cuentas de cada cosa que hagan.» Así que es necesario recordar siempre que lo que hacemos hoy, nos puede pasar factura el día de mañana, por eso debemos cuidar el cuerpo, las amistades, las decisiones y mirar hacia el frente, pues en el aquí y en el ahora es donde estamos labrando lo que será de nuestras vidas mañana.

Vamos a orar.

Te amo Señor, gracias por enseñarme a disfrutar la vida y a reconocer que debo tener cuidado de lo que hago, de lo que pienso, de las decisiones que tomo y de cada paso que doy. Yo te doy gracias por tu compañía incondicional, pues sé que siempre estas ahí para mí, rodeándome y recordándome que debo medirme, controlarme y guardarme, pues de todo lo que haga y decida ser debo darte cuentas a ti. Redentor mío y dueño mío, oro a ti, en el nombre de Jesús, amén.

Gálatas 5:16 NTV: Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.

Como se hace en los aeropuertos, en repetidas ocasiones se le informa a los pasajeros que ya sale el vuelo, de tal manera que no haya excusa para aquellos que distraídos pueden perder su viaje y sus respectivas conexiones. Así mismo hoy, el diario de Dios nos recuerda como segundo llamado, que dejemos que el Espíritu Santo nos guíe en la vida y que de esta manera no perderemos las conexiones divinas que solo el vuelo directo con Dios nos puede garantizar.

A veces queremos tomar muchos atajos y en otras ocasiones estamos tan distraídos que no nos damos cuenta que en realidad estamos andando para el lado equivocado. Y después decimos que por qué el itinerario de vuelo de la vida, no es el que esperamos. Así que ya lo sabes, señor pasajero. El Segundo llamado de Dios ya está anunciado. Es hora de levantarte de la silla y emprender el vuelo.

Vamos a orar.

Gracias Señor por invitarme a volar contigo y a ser tu pasajero. Quiero amarte con todas las fuerzas de mi alma, mi mente y mi corazón y amar a los demás como a mí mismo, sin dejar de ser guiado por el GPS de tu Santo Espíritu, pues tu voluntad quiero hacer Señor, todos los días de mi vida y por toda la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.

Efesios 5:18-19 NTV: No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo [19] cantando salmos e himnos y canciones espirituales entre ustedes, y haciendo música al Señor en el corazón.

En este momento, al leer este verso, puedo reconocer que hay tantas maneras de hacer música para Dios, que aún sin ser músico o compositor, la realidad es que cada una de nuestras maneras de vivir, se traducen en música para sus oídos. Ahora bien, ¿es tu música llena de caos, estruendosa, triste, alegre, peleona, insatisfecha o en realidad como lo dice el verso, es tu música todos los días un canto que viene de corazón en agradecimiento a Dios por todo lo que es en tu vida, o más bien un canto desbordante de su presencia, pues no dejas y no puedes parar de hablar con él y de componer juntos canciones?

Hay muchas maneras de hacer música para Dios, pero como lo dice el verso, emborracharnos con vino no es una de ellas, porque eso nos arruinará la vida, sí o sí, lo hará. Y de la mano del alcohol, viene muchas cosas más como peleas, divisiones, robos, pérdidas, infidelidades, enredos y destrucción. Termina el verso diciendo que la mejor manera de conectar con Dios en su invitación a componer música juntos, viene del corazón y de la llenura del Espíritu Santo que solo se puede combustionar en ti.

Vamos a orar.

Gracias Señor, cuánto te amo y te necesito y cuánto me haces feliz cuando me sorprendes de nuevo con tu palabra llena de amor y ternura. Qué más quisiera yo que componer todos los días de mi vida música contigo y que todo a mi alrededor estuviera lleno de acordes y melodías de agradecimiento y llenura de ti. Y eso quiero Señor, no quiero dejar de mirarte y no quiero dejar de estar completamente consciente de que tú eres, estás y que en ti vivo, me muevo y existo. Tuyo soy Señor, música, canción y orquesta de mi vida. Me entrego a ti, en el nombre de Jesús, amén.

Efesios 5:15-17 NTV: Así que tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. [16] Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos. [17] No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.

Yo creo que el diario de Dios no puede ser más explícito en el mensaje que tiene para nosotros. Sí, así de simple, con palabras entendibles para cada persona, indistintamente de su formación, de su edad, o de su nivel socioeconómico. En primer lugar Dios nos dice en su palabra: tengan cuidado de cómo viven. No vivan como necios sino como sabios. Y otra vez tenemos que reconocer nuestra necedad, terca necedad que nos vuelve de nuevo egoístas, voluntariosos y necios.

En segundo lugar dice el verso: «Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en estos días malos» y aquí nos podemos preguntar si en realidad lo estamos haciendo. Tenemos rutinas?, madrugamos?, ordenamos nuestros tiempos? Mi vida se ha vuelto lenta e improductiva por estar en las redes sociales perdiendo el tiempo? Lo que sale de mí, como contenido, conversaciones, acciones y demás, me acercan a Dios? O simplemente todo se trata de mí y de mi propio ego?

Finalmente el verso nos dice como si fuera lo que necesitamos para este día: «No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.» Y la verdad, cada que perdemos algo o a alguien o una oportunidad de vida dada por Dios, seguramente pasa porque hemos actuado sin pensar y sin querer entender lo que el Señor quiere que realmente hagamos.

Vamos a orar.

Enséñame Señor, reconozco que soy terco y que no he madurado como debería en muchas áreas de mi vida. Hoy decido tener cuidado de mi manera de vivir y de las decisiones que estoy tomando. No quiero sufrir ni sentir dolor Señor y solo tú hablándome de esta manera me puedes prevenir y advertir de lo que puede pasar si no te tengo en cuenta a ti. Quiero sacar el mayor provecho de mis días, pues cuando todo parece malo y difícil a mi alrededor, si te miro a ti, podré entender tu voluntad para mi vida y ser sensato. Ayúdame a pensar antes de actuar, pues quiero saber directamente de ti lo que tengo que hacer y lo que es mejor para mi vida y la de las personas que me rodean. Y esto te lo pido, en el nombre de Jesús, amén.

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