Proverbios 23:4 NTV. No te desgastes tratando de hacerte rico. Sé lo suficientemente sabio para saber cuándo detenerte.

Es impresionante cómo podemos perder fácilmente la cordura, cuando de conseguir dinero se trata, y la verdad yo creo que el ganar algo de dinero siempre nos va a llevar a querer conseguir mucho más, sin importar las consecuencias, sin importar los horarios, las personas, la salud, sin importar lo que piensen los demás, y sin importar el costo de un centavo más.

Ahora bien, ¿qué vale más que el dinero?, ¿acaso la paz, la alegría, la tranquilidad, el descanso, el tiempo compartido, el extrañarnos, el pasar tiempo juntos, compartir con los hijos, mantener la armonía del hogar, acaso podrá valer más que el dinero y unas cuantas ganancias más la salud, la tranquilidad y la unidad?

Qué impresionante Salomón, iluminado por el Espíritu Santo de Dios para advertirnos como lo dice el verso de hoy (Proverbios 23:4 NTV) No te desgastes tratando de hacerte rico. Sé lo suficientemente sabio para saber cuándo detenerte. Y el verso lo dice claramente: 1. no te desgastes, pues la verdad conseguir dinero y pensar solo en dinero, se vuelve más que una obsesión, un desgaste; que en últimas termina costando más que cualquier moneda más que podamos querer tener.

Finalmente debemos entender que nuestras necesidades estarán suplidas en Cristo Jesús y que debemos por eso, como lo dice el verso, ser sabios y saber cuando parar.

Vamos a orar.

Gracias Señor por tu palabra que trae dirección y libertad. Perdóname por querer en mis fuerzas hacer y hacer para conseguir, pues esto se ha vuelto una obsesión, sin importar los efectos que esto produzca a mi alrededor. Yo te necesito y necesito aprender a depender de ti completamente, de tal manera que descanse en ti y en tu perfecta voluntad y de esta manera te ponga a ti en el primer lugar y abandone toda obsesión por el dinero. En el nombre de Jesús, amén.

Isaías 17:7-8 NTV. Entonces, por fin el pueblo buscará a su Creador y volverá los ojos al Santo de Israel. [8] Ya no buscarán ayuda de sus ídolos, ni rendirán culto a lo que hicieron con sus propias manos. Nunca más se inclinarán ante los postes dedicados a la diosa Asera, ni rendirán culto en los santuarios paganos que construyeron.

Qué dicha que este verso se hiciera realidad plena en nuestras vidas hoy. Y por fin busquemos al Creador y volvamos nuestros ojos al Santo de Israel. Esta es la única manera de reconocer que necesitamos buscar el camino de la salvación y la vida eterna, en vez del camino de la destrucción y la muerte, pues como lo dice el verso, fácilmente nos podemos llenar de ídolos y podemos terminar rindiéndole culto a lo que hacemos con nuestras manos.

Termina el verso con una nueva promesa de redención, que nos dice que nunca más nos inclinaremos más ante dioses y diosas pasajeros y efímeros, ni rendiremos culto en los santuarios paganos que la era moderna ha construido y sigue levantando.

Altares a músicas, sonidos, personas, demonios, legiones, muerte, destrucción, consumo, sustancias psicoactivas, discursos y todas aquellas cosas que no agradan a Dios ni pertenecen al perfecto conjunto del amor de Dios y sí más bien al conjunto de la destrucción y la perdición de la humanidad.

Vamos a orar.

Amado Señor, hoy decido buscarte a ti como mi Creador y dueño de todo lo que tengo y lo que soy. Decido mirarte de nuevo y pedirte perdón por todas aquellas cosas que me han apartado de ti y tu perfecto amor. Renuncio a hacer de la música, la gente, los amigos, las cosas que veo, escucho y hago un ídolo en mi vida, y decido buscar entender y hacer tu perfecta voluntad para mi vida, en el nombre de Jesús, amén.

Isaías 12:2 NTV. Miren, Dios ha venido a salvarme. Confiaré en él y no tendré temor. El SEÑOR DIOS es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria.

Cuando nos preguntamos de qué podría salvarnos el Señor, las respuestas pueden ser muchas. De la frustración, del abuso, de la mentira, del engaño, de la muerte, de la enfermedad, de la locura, del orgullo, del caos, de una quiebra, de un divorcio, de una mala decisión y de cuantas cosas usted pueda encontrar motivo para decir: de esto me ha salvado el Señor.

Por eso el verso dice: «Dios ha venido a salvarme. Confiaré en él y no tendré temor» y la verdad es que cuando tenemos esta seguridad, todo temor desaparece, pues podemos descansar tranquilamente en el perfecto amor y cuidado de Dios para con nosotros.

Termina el verso diciendo: «El SEÑOR DIOS es mi fuerza y mi canción; él me ha dado la victoria». Y yo creo que ciertamente cuando nos sentimos sin fuerzas ni aliento, si se lo pedimos, el Señor nos renueva, nos empuja y nos levanta a como dé lugar de la situación en la que estemos. Y así mismo, se vuelve nuestra canción, pues es Él mismo el que nos permite verlo y reconocerlo como Señor de nuestras vidas, por lo que terminamos adorándole y dándole gracias.

Vamos a orar.

Gracias Señor por venir a salvarme, hoy yo confío en ti y te entrego todo lo que tengo y lo que soy. Decido abandonar todo temor y descansar completamente en ti. Tú eres mi fuerza Señor y mi más bella, eterna y constante canción. Gracias Señor por renovar mis fuerzas y llenarme de seguridad, aceptación e importancia. En el nombre de Jesús, amén.

Isaías 11:4 NTV. Hará justicia a los pobres y tomará decisiones imparciales con los que son explotados. La tierra temblará con la fuerza de su palabra, y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.

Cuando leemos un verso como este, podemos estar seguros de que una de las promesas más fieles y repetidas de Dios en su palabra, es la de, «yo te haré justicia» y como lo dice el verso, él lo hará con los pobres y tomará decisiones imparciales con los que son explotados.

Todo el tiempo andamos preocupados por las muchas injusticias que podemos percibir a nuestro alrededor y sin saberlo terminamos en la desesperanza, y es porque no conocemos que tenemos un Dios que en el momento preciso nos hará justicia.

Por eso es necesario que cada día conozcamos más a Dios y su voluntad para nuestras vidas, pues el hacerlo, nos traerá la seguridad que necesitamos para estar llenos de esperanza y seguridad en Dios. Finalmente, el verso dice, que no solo Dios hará justicia con los pobres y desamparados, sino que también se encargará de hacer justicia con los malvados y que al hacerlo la tierra temblará con la fuerza de su palabra y bastará un soplo de su boca para destruir a los malvados.

Vamos a orar.

Gracias Señor por hacer justicia donde nosotros no podemos hacer nada con nuestra propia fuerza. Gracias por la esperanza que ello trae a mi vida y a la de tantas personas pobres y humilladas en nuestra nación. Gracias Señor porque solo tú te puedes hacer cargo de los malvados y restituir a quienes te buscan y confían plenamente en tu voluntad, fuerza y poder. En el nombre de Jesús, amén.

Isaías 10:1-3 NTV. ¡Qué aflicción les espera a los jueces injustos y a los que emiten leyes injustas! [2] Privan a los pobres de la justicia y les niegan sus derechos a los necesitados de mi pueblo. Explotan a las viudas y se aprovechan de los huérfanos. [3] ¿Qué harán cuando yo los castigue, cuando envíe el desastre sobre ustedes desde una tierra lejana? ¿A quién acudirán en busca de ayuda? ¿Dónde estarán seguros sus tesoros?

Esta realidad, descrita por el profeta Isaías, casi tres mil años después, sigue siendo tan común que por esta época, muchas administraciones gubernamentales públicas y privadas cierran contratos, licitaciones y procesos, en los cuales, como lo dice el verso, se favorecen unos pocos en perjuicio de los más pobres.

Como lo dice la versión de la Biblia El Mensaje, (Isaías 10:1-4 MSG) Ay de los que legislan el mal, que establecen leyes que hacen víctimas; estatutos que hacen miserables a los pobres, que les roban la dignidad a mis desvalidos, que explotan a las viudas indefensas, y se aprovechan de los niños desamparados. ¿Qué dirán el día del juicio final, cuando llegue de imprevisto? ¿A quién pedirán ayuda? ¿De qué les servirá su dinero?

Dios todo el tiempo nos muestra en su bendita palabra, lo que debemos hacer para no pecar contra él y contra los más desfavorecidos y la verdad, nunca es tarde para recapacitar y empezar a hacer las cosas como Dios manda.

Vamos a orar.

Perdón Señor, solo tú ves lo que se hace en secreto y conoces las intenciones y los pensamientos del corazón. Yo te pido que me des dirección para actuar conforme a tu voluntad y no a mi parecer y te ruego que me permitas hacer nada más que tu voluntad en mi vida. Líbrame de hacer leyes que victimicen más y hagan más miserable al indefenso. Yo te lo ruego, en el nombre de Jesús, amén.

Efesios 5:18 NTV. No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo.

Creo que el mejor consejo de Dios para nuestras vidas y no solo en esta época del año, es como lo dice el verso de hoy (Efesios 5:18 NTV) No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo. Y cuando dice la palabra vino, se refiere a cualquier tipo de bebida embriagante, pues está claro que bajo los efectos del alcohol, nuestras vidas cambian y los riesgos aumentan.

A muchas personas en realidad les hace falta ser radicales con sus licencias con el alcohol y como lo dice el verso, más bien buscar la bendita voluntad de Dios para sus vidas y ser llenos del Espíritu Santo.

Vamos a orar.

Perdóname Señor por todos los momentos en que simplemente me dejo llevar por el alcohol y pierdo la vida abundante que tú me has dado, hoy reconozco que la bebida solo trae a mi vida división, engaño, separación, peleas y riesgos físicos y espirituales que no se pueden revertir. Te necesito Señor y te ruego en el nombre de Jesús que me des una nueva oportunidad de vivir sobrio y más bien completamente lleno de tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, amén.

Efesios 5:17 NTV. No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan.

Como lo dice el verso de hoy, así de claro nos habla Dios siempre, como un papá lo hace con sus hijos. Mijo, no actúes sin pensar, date un espacio para medir bien lo que vas a decir y para calcular bien los efectos de lo que vas a hacer. Y qué dicha que Dios nos pare así, en seco, pues sí que necesitamos todo el tiempo frenar el ímpetu que nos hace actuar de manera precipitada y violenta, y con ello, evitar catástrofes, prisiones, muertes y quién sabe cuántas cosas más.

Dios nos dice en este pequeño verso de Efesios: (Efesios 5:17 NTV) No actúen sin pensar, más bien procuren entender lo que el Señor quiere que hagan. Y eso es lo que debemos hacer, procurar y yo diría de manera obligatoria buscar entender lo que el Señor quiere que hagamos en todas las áreas de nuestra vida. Si lo hacemos de esta manera, nuestra vida seguramente será mucho más dichosa, fructífera y extremadamente feliz.

Vamos a orar.

Amado Dios, perdona el ímpetu que me lleva a actuar sin pensar y a arremeter contra los otros sin medir las consecuencias. Yo te pido, que domes mi lengua, mis ojos y mis pensamientos y me ayudes a entender lo que quieres que yo haga. Me entrego a ti y dejo la justicia en tus manos, en el nombre de Jesús, amén.

Juan 4:24 NTV. Pues Dios es Espíritu, por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.

Creo que, en nuestra condición humana, se nos dificulta mucho entender las cosas del espíritu y más aún, disponer nuestra mente y nuestra voluntad para adorar a Dios, de la manera como la Biblia nos indica que debemos hacerlo. A veces, de maneras equivocadas, pensamos que la mejor manera de adorar a Dios es con sacrificios, idolatrías, rezos y actos de caridad, cuando en realidad ninguna de estas acciones Dios las ve como actos de adoración.

Creo yo que lo que en realidad agrada a Dios es un corazón arrepentido y una vida de obediencia, sin vanidad, sin máscaras ni fachadas que a la larga no hacen más que desdibujar una verdadera relación con Dios. Por eso el verso de hoy dice que (Juan 4:24 NTV) Dios es Espíritu, y por eso todos los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad y esa convicción y esa claridad de que realmente lo estamos haciendo de esta manera, solo puede provenir de su presencia real en todas las cosas de nuestra vida. No por momentos oportunistas de necesidad, sino porque Él, es el todo de nuestras vidas.

Vamos a orar

Señor mío. Tú me conoces y me examinas, todo lo sabes de mí y nada te puedo esconder ni argumentar. Hoy como todos los días te necesito, más de lo que puedo expresar y decir. Ven a mi vida, quiero conocerte más y de esta manera completamente consciente, adorarte con el espíritu y también con todo mi entendimiento. En el nombre de Jesús, amén.

Génesis 1:3-4 NVI. Y dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir. [4] Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas.

Por esta época, sabemos que la costumbre es celebrar el día de las velitas y encender muchas de ellas en los balcones, los andenes de las casas, y en cuanto lugar se pueda. Ahora bien, más allá de la tarea de encender velas, faroles y bombillos de colores, ¿realmente estamos conscientes de que esa luz de Jesús brille en nuestros corazones, en nuestras relaciones y en cada segundo de nuestras vidas?

Pues el verso de hoy nos dice que la existencia de la luz proviene de Dios, pues (Génesis 1:3 NVI) dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir. Así que podemos estar seguros de que cualquier tipo de luz, destello, color, e imagen de lo que podemos ver, viene de Dios.

En segundo lugar, es claro entender también que lo que no es luz, pertenece al lugar de la oscuridad y bien lo precisa el verso cuando dice que (Génesis 1:4 NVI) Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas.

Así que finalmente podemos entender que esta celebración, más que encender luces, se trata de una elección que nos lleve a considerar habitar plenamente en la luz todos los días de nuestra vida, y categóricamente abandonar toda tiniebla de mentira, engaño, infidelidad, vicio, lujuria, envidia, comparación, queja, oportunismo, ambición y cuanta cosa nos dirija al mundo de las tinieblas en vez de la maravillosa luz que proviene de Dios.

Vamos a orar.

Amado Dios, te necesito y quiero de tu luz, perdona mi sequedad y mi indiferencia por ti, pues hoy puedo ver que todo lo tuyo está lleno de luz y en esa luz quiero vivir. Saca de mí toda emoción, pensamiento y acción de tinieblas y oscuridad y llévame a vivir en la luz plena que viene de habitar en la verdad de tu santo espíritu. En el nombre de Jesús, amén.

Mateo 6:5 NVI. »Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.

«Y cuando se presenten ante Dios», dice la versión de la Biblia El Mensaje, «tampoco conviertan la oración en una producción teatral. Hay personas que hacen de sus oraciones un espectáculo buscando su momento de gloria. No obstante, ¿creen que Dios se sienta en un palco a verlos?»

«Esto es lo que quiero que hagan: busquen un lugar tranquilo y apartado, para que no sean tentados a representar un papel ante Dios. Permanezcan allí con la mayor sencillez y franqueza que puedan. El centro de su atención se desplazará de ustedes a Dios y empezarán a sentir su gracia.»

«El mundo está lleno de supuestos expertos en oración que apenas saben de ella. Tienen muchas fórmulas, programas, consejos y técnicas para conseguir lo que quieren de Dios. No caigan en esas tonterías. Ustedes están tratando con su Padre, Él sabe mejor que ustedes lo que necesitan. Con un Dios que los ama así, pueden orar de forma muy sencilla.»

Yo creo que en la medida en que leemos más y comprendemos más lo que dice la bendita palabra de Dios, nos podemos dar cuenta de cuántas cosas hacemos sencillamente porque otros las hacen así, pero no por una verdadera convicción de lo hago a mi manera con Dios, en Él y para Él.

Vamos a orar.

Amado Dios, yo te pido que rompas todo molde de oración prefabricada y copiada que haya en mi vida y me permitas orar a ti con el espíritu pero también con el entendimiento y en ese momento de la oración descubrir tu amor, tu poder y tu gracia para conmigo. Te amo Señor y te necesito cada día más, de tal manera que pueda romper toda máscara, toda simulación y toda mentira en mi vida. Y esto te lo pido, en el nombre de Jesús, amén.

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