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Mateo 16:23 NTV. Jesús se dirigió a Pedro y le dijo: -¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.
Cuando vemos las cosas desde el punto de vista que nos conviene o que nos lleva la línea con el capricho del momento, indudablemente no vamos a querer que Dios intervenga, ni como dicen por ahí que entre en ese lugar.
Fácilmente y más de lo que nos podemos imaginar el rumbo se nos puede extraviar; y esto pasa porque nos dejamos llevar por las emociones o por las ganas de recibir aprobación, amor, dinero, amigos, placer y quién sabe cuántas cosas más.
Lo cierto es que como le sucedió a Pedro, pensando que estaba en lo correcto, a nosotros también nos puede suceder, que nos llenemos de niebla y bruma que no nos deje ver el peligro o que más bien enmascare lo que estamos haciendo, como algo bueno, cuando en realidad no lo es.
Jesús le dijo a Pedro en ese momento. Pedro, «representas una trampa peligrosa para mí.» Pues no ves las cosas desde el punto de vista de Dios y su voluntad, sino desde tu punto de vista que siempre será simplemente humano.
Ahora bien, ¿Cuál es tu punto de vista?, y ¿Cuál de todos ellos quieres escoger?
Vamos a orar.
Ayúdame Señor, en medio de mi confusión y lejanía de ti y tu perfecto amor. Yo sé que tú me amas y más de lo que me puedo imaginar y por eso mismo tú sabes lo que es mejor para mí. Muéstrame el camino que has planeado para mí y enséñame a hacer tu voluntad y a mirar desde tu punto de vista cada día de mi vida. Yo te lo ruego, confiado y tranquilo de que sigues obrando tu perfecta voluntad en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 27 de noviembre. ¿Cuál es tu punto de vista?
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Mateo 16:23 NTV. Jesús se dirigió a Pedro y le dijo: -¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.
Cuando vemos las cosas desde el punto de vista que nos conviene o que nos lleva la línea con el capricho del momento, indudablemente no vamos a querer que Dios intervenga, ni como dicen por ahí que entre en ese lugar.
Fácilmente y más de lo que nos podemos imaginar el rumbo se nos puede extraviar; y esto pasa porque nos dejamos llevar por las emociones o por las ganas de recibir aprobación, amor, dinero, amigos, placer y quién sabe cuántas cosas más.
Lo cierto es que como le sucedió a Pedro, pensando que estaba en lo correcto, a nosotros también nos puede suceder, que nos llenemos de niebla y bruma que no nos deje ver el peligro o que más bien enmascare lo que estamos haciendo, como algo bueno, cuando en realidad no lo es.
Jesús le dijo a Pedro en ese momento. Pedro, «representas una trampa peligrosa para mí.» Pues no ves las cosas desde el punto de vista de Dios y su voluntad, sino desde tu punto de vista que siempre será simplemente humano.
Ahora bien, ¿Cuál es tu punto de vista?, y ¿Cuál de todos ellos quieres escoger?
Vamos a orar.
Ayúdame Señor, en medio de mi confusión y lejanía de ti y tu perfecto amor. Yo sé que tú me amas y más de lo que me puedo imaginar y por eso mismo tú sabes lo que es mejor para mí. Muéstrame el camino que has planeado para mí y enséñame a hacer tu voluntad y a mirar desde tu punto de vista cada día de mi vida. Yo te lo ruego, confiado y tranquilo de que sigues obrando tu perfecta voluntad en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes