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Romanos 12:2 NTV: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Es claro que el desconocimiento de la palabra de Dios cada vez nos lleva como sociedad a normalizar fiestas que de ninguna manera honran el nombre de Dios y que directamente sí hacen honor a cultos paganos y celebraciones de trasfondo oscuro y maligno.
Todos estos eventos tienen orígenes en cultos antiguos relacionados con los muertos o la fertilidad, y aunque hoy se presentan como cultura o diversión, su raíz sigue siendo espiritual y demoniaca.
Como lo vimos en el estudio de ayer, 1 Juan 1:5 NVI: «Este es el mensaje que hemos oído de él y que anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad». Y qué dicha que al menos por una vez en la vida fuéramos radicales con lo que dice el verso de Primera de Juan y reconociéramos que Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad, y dejáramos por fin de levantar fiestas y celebraciones que se funden con ritos satánicos, asesinatos de niños, brujerías y conjuros que se hacen sobre las ciudades.
Necesitamos mirar a Dios y ya no participar más de las obras de la oscuridad, y como lo dice el verso de hoy: «No imitar las conductas ni las costumbres de este mundo, sino más bien dejar que Dios nos transforme en personas nuevas al cambiarnos la manera de pensar, pues entonces aprenderemos a conocer la voluntad de Dios para nosotros, la cual es buena, agradable y perfecta».
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu paciencia y amor. Perdónanos por acudir como borregos a participar de celebraciones que no honran tu nombre ni tu santidad. Hoy te pido perdón y renuncio a participar en cualquier evento que niegue tu nombre y exalte el mundo de las tinieblas. Tuyo soy Señor y decido no imitar las conductas y las costumbres de este mundo. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 30 de octubre. Halloween.
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Romanos 12:2 NTV: No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Es claro que el desconocimiento de la palabra de Dios cada vez nos lleva como sociedad a normalizar fiestas que de ninguna manera honran el nombre de Dios y que directamente sí hacen honor a cultos paganos y celebraciones de trasfondo oscuro y maligno.
Todos estos eventos tienen orígenes en cultos antiguos relacionados con los muertos o la fertilidad, y aunque hoy se presentan como cultura o diversión, su raíz sigue siendo espiritual y demoniaca.
Como lo vimos en el estudio de ayer, 1 Juan 1:5 NVI: «Este es el mensaje que hemos oído de él y que anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad». Y qué dicha que al menos por una vez en la vida fuéramos radicales con lo que dice el verso de Primera de Juan y reconociéramos que Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad, y dejáramos por fin de levantar fiestas y celebraciones que se funden con ritos satánicos, asesinatos de niños, brujerías y conjuros que se hacen sobre las ciudades.
Necesitamos mirar a Dios y ya no participar más de las obras de la oscuridad, y como lo dice el verso de hoy: «No imitar las conductas ni las costumbres de este mundo, sino más bien dejar que Dios nos transforme en personas nuevas al cambiarnos la manera de pensar, pues entonces aprenderemos a conocer la voluntad de Dios para nosotros, la cual es buena, agradable y perfecta».
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu paciencia y amor. Perdónanos por acudir como borregos a participar de celebraciones que no honran tu nombre ni tu santidad. Hoy te pido perdón y renuncio a participar en cualquier evento que niegue tu nombre y exalte el mundo de las tinieblas. Tuyo soy Señor y decido no imitar las conductas y las costumbres de este mundo. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes