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Mateo 5:4 NTV: Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.
Una de las certezas que podemos tener, en medio de la desolación y la tristeza que puede venir a nuestras vidas o que puede atacar y poner a tambalear a muchas personas llevándolas al llanto, es que en medio de esas lágrimas, Dios limpia, protege, acompaña, cuida, sana, libera, cambia y sobre todo, como lo dice el verso de hoy, consuela.
Indudablemente, el llanto es una de esas ayudas que Dios nos dejó para no reventar por dentro y con ella poder sacar toda la tristeza que nos produce un evento en particular. Lloramos cuando perdemos a alguien, o cuando nos sentimos amenazados en nuestra capacidad física y nuestra salud, cuando perdemos, pero también cuando ganamos, pues el llanto es ese contraste de emociones que contundentemente demuestra el extremo dolor o la extrema dicha.
Creo que hay cosas hermosas y buenas en el llorar, pues en ocasiones es la única manera de sacar de adentro algo que no se puede quedar allí. Lo mejor de todo es que Dios mismo promete en su palabra un consuelo sobrenatural, porque detrás de ello viene bendición, rendición y consuelo.
Vamos a orar.
Gracias Señor por todo lo que haces por mí, y por no dejarme solo en medio de la tristeza y el llanto. Sé que siempre has estado ahí y que detrás de cada lágrima está de manera explícita una bendición que tú me quieres dar. Gracias por tu consuelo, porque siempre lo has hecho y gracias por estar en mi vida de manera incondicional. Tuyo soy y agradecido estoy porque una vez más me has levantado y me has mostrado tu infinito amor. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 17 de octubre. Cuando alguien llora.
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Mateo 5:4 NTV: Dios bendice a los que lloran, porque serán consolados.
Una de las certezas que podemos tener, en medio de la desolación y la tristeza que puede venir a nuestras vidas o que puede atacar y poner a tambalear a muchas personas llevándolas al llanto, es que en medio de esas lágrimas, Dios limpia, protege, acompaña, cuida, sana, libera, cambia y sobre todo, como lo dice el verso de hoy, consuela.
Indudablemente, el llanto es una de esas ayudas que Dios nos dejó para no reventar por dentro y con ella poder sacar toda la tristeza que nos produce un evento en particular. Lloramos cuando perdemos a alguien, o cuando nos sentimos amenazados en nuestra capacidad física y nuestra salud, cuando perdemos, pero también cuando ganamos, pues el llanto es ese contraste de emociones que contundentemente demuestra el extremo dolor o la extrema dicha.
Creo que hay cosas hermosas y buenas en el llorar, pues en ocasiones es la única manera de sacar de adentro algo que no se puede quedar allí. Lo mejor de todo es que Dios mismo promete en su palabra un consuelo sobrenatural, porque detrás de ello viene bendición, rendición y consuelo.
Vamos a orar.
Gracias Señor por todo lo que haces por mí, y por no dejarme solo en medio de la tristeza y el llanto. Sé que siempre has estado ahí y que detrás de cada lágrima está de manera explícita una bendición que tú me quieres dar. Gracias por tu consuelo, porque siempre lo has hecho y gracias por estar en mi vida de manera incondicional. Tuyo soy y agradecido estoy porque una vez más me has levantado y me has mostrado tu infinito amor. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes