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Isaías 43:4 NTV: Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya, porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo.
Aun cuando somos tan rebeldes y tan arrogantes, pensando que podemos contradecir y criticar a Dios y su palabra, la verdad es que si nos damos a la tarea de comprender lo que dice el diario de la vida, la Biblia, sobre nosotros, nos podemos dar cuenta de que Dios lo ha dado todo por nosotros como su creación.
Además de todas nuestras rebeliones e injusticias, Dios dice en su palabra que aun así, para Él, somos preciosos y nos ama y nos da honra. Qué bueno sería que de nuestra parte viniera de manera consciente honra hacia Dios y amor verdadero hacia el Creador, de tal manera que fuera mutua la manera como nos amamos.
No puede ser que dejemos solo a Dios la tarea de amarnos, cuando Él mismo es la fuente de todo amor. Y si amamos a Dios, vamos a amar de verdad a quienes nos rodean y a nosotros mismos.
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu infinito amor, por verme, a pesar de mi pecado, como digno de honra, como algo precioso y digno de tu amor. Hoy quiero reconocerte como mi Dios y mi Salvador y comprometerme a darte mi amor, mi pasión, mi tiempo, mis decisiones y todo lo que soy, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 16 de octubre. Lo que no merezco.
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Isaías 43:4 NTV: Entregué a otros a cambio de ti. Cambié la vida de ellos por la tuya, porque eres muy precioso para mí. Recibes honra, y yo te amo.
Aun cuando somos tan rebeldes y tan arrogantes, pensando que podemos contradecir y criticar a Dios y su palabra, la verdad es que si nos damos a la tarea de comprender lo que dice el diario de la vida, la Biblia, sobre nosotros, nos podemos dar cuenta de que Dios lo ha dado todo por nosotros como su creación.
Además de todas nuestras rebeliones e injusticias, Dios dice en su palabra que aun así, para Él, somos preciosos y nos ama y nos da honra. Qué bueno sería que de nuestra parte viniera de manera consciente honra hacia Dios y amor verdadero hacia el Creador, de tal manera que fuera mutua la manera como nos amamos.
No puede ser que dejemos solo a Dios la tarea de amarnos, cuando Él mismo es la fuente de todo amor. Y si amamos a Dios, vamos a amar de verdad a quienes nos rodean y a nosotros mismos.
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu infinito amor, por verme, a pesar de mi pecado, como digno de honra, como algo precioso y digno de tu amor. Hoy quiero reconocerte como mi Dios y mi Salvador y comprometerme a darte mi amor, mi pasión, mi tiempo, mis decisiones y todo lo que soy, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes