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Santiago 5:7 NTV: Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos.
Así como un agricultor prepara el terreno para la siembra, de la misma manera debemos preparar nuestro corazón y nuestra vida entera para la llegada del Señor. Y no solo eso, sino que además, mientras esperamos debemos tener paciencia como lo dice el verso, pues no todas las cosas en nuestra vida van a dar fruto ni a florecer en el tiempo que nosotros decidamos, sino en el tiempo que el Señor tenga preparado para ello.
Por eso dice el verso que de la misma manera debemos esperar con paciencia la venida del Señor, con ansias, pero con paciencia, pues Dios mismo está esperando que todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le conozcan y no solo eso, sino que lo elijan como su Señor y Salvador. Una vez cumplido esto, el Señor regresará, y aunque no sabemos el día ni la hora, debemos estar siempre preparados para su venida.
Vamos a orar.
Gracias Señor por la promesa de tu venida, gracias por la salvación, por tu gracia, por tu perdón y por la dicha de la vida eterna contigo. Ven pronto Señor, y mientras lo haces, llénanos de esa paciencia alegre de saber que tú eres el absoluto, fiel, soberano y Señor sobre toda la creación. Atentos a tu venida, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 13 de octubre. Como un agricultor.
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Santiago 5:7 NTV: Amados hermanos, tengan paciencia mientras esperan el regreso del Señor. Piensen en los agricultores, que con paciencia esperan las lluvias en el otoño y la primavera. Con ansias esperan a que maduren los preciosos cultivos.
Así como un agricultor prepara el terreno para la siembra, de la misma manera debemos preparar nuestro corazón y nuestra vida entera para la llegada del Señor. Y no solo eso, sino que además, mientras esperamos debemos tener paciencia como lo dice el verso, pues no todas las cosas en nuestra vida van a dar fruto ni a florecer en el tiempo que nosotros decidamos, sino en el tiempo que el Señor tenga preparado para ello.
Por eso dice el verso que de la misma manera debemos esperar con paciencia la venida del Señor, con ansias, pero con paciencia, pues Dios mismo está esperando que todos, desde el más pequeño hasta el más grande, le conozcan y no solo eso, sino que lo elijan como su Señor y Salvador. Una vez cumplido esto, el Señor regresará, y aunque no sabemos el día ni la hora, debemos estar siempre preparados para su venida.
Vamos a orar.
Gracias Señor por la promesa de tu venida, gracias por la salvación, por tu gracia, por tu perdón y por la dicha de la vida eterna contigo. Ven pronto Señor, y mientras lo haces, llénanos de esa paciencia alegre de saber que tú eres el absoluto, fiel, soberano y Señor sobre toda la creación. Atentos a tu venida, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes