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Salmo 4:8 NVI: «En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado».
Yo creo que a la mayoría de las personas y la mayoría del tiempo lo que nos hace falta es un buen descanso. Dormir, reposar, dejar la carrera, dejar el celular, las redes, la saturación de información que nos abruma y nos drena completamente la vida.
No hay mayor descanso que vivir sin peleas, sin cuentas por cobrar, sin riñas ni resquemores en el corazón, pues todo ello nos permite, como lo dice el verso, dormir tranquilos y confiados en el Señor.
Necesitamos poner en orden nuestra vida, nuestro pensamiento y nuestro corazón, y llenarlo de la presencia de Dios, con vidas perdonadas y libres de amarguras, comparaciones, quejas e insatisfacción.
El placer de dormir lo podemos tener si estamos en paz con Dios, pues mientras tengas contradicción, dudas, pleitos e insatisfacción en tu corazón, no lo podrás hacer y no tendrás verdadero descanso.
Vamos a orar.
Gracias Dios por tu gran amor y fidelidad, gracias por llevarme de nuevo a perdonar y a dejar todo aquello que para mí se ha vuelto una carga, pues solo tú me puedes dar nuevas fuerzas y renovar en mí lo que se encuentra caído, derrumbado y lastimándome. Hoy decido volver a ti, conocerte más y hacer nada más que tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 23 de septiembre. Duerme.
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Salmo 4:8 NVI: «En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, SEÑOR, me haces vivir confiado».
Yo creo que a la mayoría de las personas y la mayoría del tiempo lo que nos hace falta es un buen descanso. Dormir, reposar, dejar la carrera, dejar el celular, las redes, la saturación de información que nos abruma y nos drena completamente la vida.
No hay mayor descanso que vivir sin peleas, sin cuentas por cobrar, sin riñas ni resquemores en el corazón, pues todo ello nos permite, como lo dice el verso, dormir tranquilos y confiados en el Señor.
Necesitamos poner en orden nuestra vida, nuestro pensamiento y nuestro corazón, y llenarlo de la presencia de Dios, con vidas perdonadas y libres de amarguras, comparaciones, quejas e insatisfacción.
El placer de dormir lo podemos tener si estamos en paz con Dios, pues mientras tengas contradicción, dudas, pleitos e insatisfacción en tu corazón, no lo podrás hacer y no tendrás verdadero descanso.
Vamos a orar.
Gracias Dios por tu gran amor y fidelidad, gracias por llevarme de nuevo a perdonar y a dejar todo aquello que para mí se ha vuelto una carga, pues solo tú me puedes dar nuevas fuerzas y renovar en mí lo que se encuentra caído, derrumbado y lastimándome. Hoy decido volver a ti, conocerte más y hacer nada más que tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes