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Hechos 20:24 NTV: Pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.
No estoy seguro de esto, pero creo que para quienes lo viven y lo experimentan en carne y hueso, el llamado de Dios transforma por completo nuestras prioridades y nuestra manera de vivir. Pablo, un erudito de su época, llegó a decir (Filipenses 3:8 NTV): «Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo».
En este caso, Pablo no permite que ningún apego y que ningún título ni ninguna otra cosa lo aparte de su propósito fundamental de obedecer lo que Dios le ha mandado a hacer. En este caso, el verso de hoy nos dice: «Mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios».
Por eso, creo yo que el hacer esta tarea no puede mezclarse de ninguna manera con negocios, ni mucho menos con asuntos políticos ni de ninguna otra clase, pues es tanta la tarea por hacer que realmente atender la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios merece de nuestra parte una entrega total.
Vamos a orar.
Amado Señor, yo te necesito más que al aire que respiro, pues tú eres quien me da mi respirar. Gracias por la vida que me das, pues ella no vale la pena a menos que la use para terminar la tarea que me has asignado. En tus manos está mi vida y todo lo que soy. Guíame, Señor, te lo ruego, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 8 de junio. No vale nada.
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Hechos 20:24 NTV: Pero mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios.
No estoy seguro de esto, pero creo que para quienes lo viven y lo experimentan en carne y hueso, el llamado de Dios transforma por completo nuestras prioridades y nuestra manera de vivir. Pablo, un erudito de su época, llegó a decir (Filipenses 3:8 NTV): «Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo».
En este caso, Pablo no permite que ningún apego y que ningún título ni ninguna otra cosa lo aparte de su propósito fundamental de obedecer lo que Dios le ha mandado a hacer. En este caso, el verso de hoy nos dice: «Mi vida no vale nada para mí a menos que la use para terminar la tarea que me asignó el Señor Jesús, la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios».
Por eso, creo yo que el hacer esta tarea no puede mezclarse de ninguna manera con negocios, ni mucho menos con asuntos políticos ni de ninguna otra clase, pues es tanta la tarea por hacer que realmente atender la tarea de contarles a otros la Buena Noticia acerca de la maravillosa gracia de Dios merece de nuestra parte una entrega total.
Vamos a orar.
Amado Señor, yo te necesito más que al aire que respiro, pues tú eres quien me da mi respirar. Gracias por la vida que me das, pues ella no vale la pena a menos que la use para terminar la tarea que me has asignado. En tus manos está mi vida y todo lo que soy. Guíame, Señor, te lo ruego, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes