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Proverbios 30:7-9 NTV: Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera. [8] Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. [9] Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios.
Qué oración más contundente y clara encontramos en este verso. Es un ruego que puede habitar en nuestra oración cada mañana, y de la misma manera que Salomón lo escribe, podemos decirle a Dios: (Proverbios 30:7-9 NTV) «Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera. [8] Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. [9] Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios».
Yo creo que todos estos favores los necesitamos con urgencia: ayúdame a no mentir jamás, y dame lo suficiente para satisfacer mis necesidades, no sea que si tengo mucho te niegue y si tengo poco pueda llegar a robar y así ofender tu nombre.
Vamos a orar.
Tuyo soy, Señor. Conoces mi necesidad y la pobreza de mi espíritu sin ti. Hoy te ruego que no me dejes mentir jamás y que seas tú mi sustento. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 26 de mayo. Dos favores.
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Proverbios 30:7-9 NTV: Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera. [8] Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. [9] Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios.
Qué oración más contundente y clara encontramos en este verso. Es un ruego que puede habitar en nuestra oración cada mañana, y de la misma manera que Salomón lo escribe, podemos decirle a Dios: (Proverbios 30:7-9 NTV) «Oh Dios, te ruego dos favores; concédemelos antes de que muera. [8] Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades. [9] Pues si me hago rico, podría negarte y decir: «¿Quién es el Señor?». Y si soy demasiado pobre, podría robar y así ofender el santo nombre de Dios».
Yo creo que todos estos favores los necesitamos con urgencia: ayúdame a no mentir jamás, y dame lo suficiente para satisfacer mis necesidades, no sea que si tengo mucho te niegue y si tengo poco pueda llegar a robar y así ofender tu nombre.
Vamos a orar.
Tuyo soy, Señor. Conoces mi necesidad y la pobreza de mi espíritu sin ti. Hoy te ruego que no me dejes mentir jamás y que seas tú mi sustento. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes