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Juan 14:6 NVI: —Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Este verso podría ser uno de los más cortos de la Biblia, pero al mismo tiempo uno de los más profundos y reveladores, pues nos muestra la naturaleza de Jesús, el Hijo de Dios, y como lo muestra su pequeña estructura, dice entonces que Jesús es el camino, y eso significa la seguridad de una vía directa de salvación hacia la eternidad, en la que no necesitas de ningún GPS adicional, sino solamente del Espíritu Santo de Dios para dejarte guiar.
Sigue diciendo el verso que Jesús es la verdad, y como lo hemos venido estudiando, sabemos que Dios es el padre de la verdad y por eso en Él no puede habitar mentira alguna. Con lo que podemos entender que si le damos cabida a la mentira en nuestras vidas, estaremos abriendo puertas espirituales que serán muy difíciles de cerrar, pues no forman parte del conjunto de Dios y lo único que provocan es alejarnos completamente de su presencia.
Continúa diciendo el verso que Jesús es la vida, y es maravilloso, pues todo lo que proviene de Dios conduce a la vida, al perdón, a las nuevas oportunidades, al volver a nacer de nuevo, al cambio, a ser una persona diferente, y es que en la presencia de Jesús eso es lo que podemos encontrar: vida y vida en abundancia.
Finalmente, el verso nos dice «Nadie llega al Padre sino por mí», y con esto se resuelve la vía directa que en el camino espiritual es necesario transitar, y que solo se puede hacer, como lo dice este verso, a través de la persona de Jesús, creyendo en Él y entregándole tu vida como Señor y Salvador.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, mi necedad y mi sequedad espiritual. ¿Cómo no reconocer que tú eres el camino, la verdad y la vida? Te pido perdón por pretender encontrar el camino de salvación por fuera de ti, perdón por pretender encontrar la paz que necesito por fuera de tu nombre y de tu presencia, perdón por pensar que la vida la puedo experimentar sin reconocer que eres tú quien me la ha dado.
Por eso hoy vuelvo a ti y te confieso como mi Señor y mi Salvador. Te pido perdón por mis pecados y te ruego entres para siempre en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 16 de mayo. ¿De verdad?
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Juan 14:6 NVI: —Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Este verso podría ser uno de los más cortos de la Biblia, pero al mismo tiempo uno de los más profundos y reveladores, pues nos muestra la naturaleza de Jesús, el Hijo de Dios, y como lo muestra su pequeña estructura, dice entonces que Jesús es el camino, y eso significa la seguridad de una vía directa de salvación hacia la eternidad, en la que no necesitas de ningún GPS adicional, sino solamente del Espíritu Santo de Dios para dejarte guiar.
Sigue diciendo el verso que Jesús es la verdad, y como lo hemos venido estudiando, sabemos que Dios es el padre de la verdad y por eso en Él no puede habitar mentira alguna. Con lo que podemos entender que si le damos cabida a la mentira en nuestras vidas, estaremos abriendo puertas espirituales que serán muy difíciles de cerrar, pues no forman parte del conjunto de Dios y lo único que provocan es alejarnos completamente de su presencia.
Continúa diciendo el verso que Jesús es la vida, y es maravilloso, pues todo lo que proviene de Dios conduce a la vida, al perdón, a las nuevas oportunidades, al volver a nacer de nuevo, al cambio, a ser una persona diferente, y es que en la presencia de Jesús eso es lo que podemos encontrar: vida y vida en abundancia.
Finalmente, el verso nos dice «Nadie llega al Padre sino por mí», y con esto se resuelve la vía directa que en el camino espiritual es necesario transitar, y que solo se puede hacer, como lo dice este verso, a través de la persona de Jesús, creyendo en Él y entregándole tu vida como Señor y Salvador.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, mi necedad y mi sequedad espiritual. ¿Cómo no reconocer que tú eres el camino, la verdad y la vida? Te pido perdón por pretender encontrar el camino de salvación por fuera de ti, perdón por pretender encontrar la paz que necesito por fuera de tu nombre y de tu presencia, perdón por pensar que la vida la puedo experimentar sin reconocer que eres tú quien me la ha dado.
Por eso hoy vuelvo a ti y te confieso como mi Señor y mi Salvador. Te pido perdón por mis pecados y te ruego entres para siempre en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes