Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 12 de mayo. No intentes aparentar, no lo necesitas. 

1 Juan 4:20 NTV: «Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa, pues si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?».

Yo creo que una de las mejores cosas que puede venir de conocer al Señor es que Él mismo va moldeando en nosotros, o más bien esculpiendo en nuestro ser, la verdadera persona que Él diseñó para que fuéramos, pues de algo estoy seguro: a Dios no le gustan las copias de nada ni de nadie.

Por eso, la necesidad de ser auténtico se va volviendo un imperativo en quienes realmente quieren que Dios saque de ellos su mejor versión. Y en este caso, la pregunta puede ser: ¿realmente estoy buscando ser la versión propia que Dios diseñó para mí desde que me creó? O simplemente estoy tratando de ser algo que no soy, algo que no siento o simplemente un disfraz de algo, una simulación de lo que debo ser.

Qué dura tarea es la de mirarse en el espejo de Dios, pues cuando lo hacemos, podemos detectar de inmediato cuántas mentiras y falsedades hay en nuestra manera de ser y de interactuar con los demás, y cuánto amor nos falta por nosotros mismos y por los demás.

Por eso dice el verso de hoy (1 Juan 4:20 NTV): «Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa, pues si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver?».

Es muy difícil reconocerlo, pero la verdad es que no amamos a todo el mundo como lo deberíamos amar, ni mucho menos. Y en muchas ocasiones, a los mismos hermanos de la iglesia, o del trabajo o de nuestra propia casa. Y esa es la muestra de que en realidad lo estamos haciendo mal, que nos amemos los unos a los otros indistintamente de lo que pase con cada una de sus vidas.

Mentimos cuando intentamos engañar a Dios, a los demás o incluso a nosotros mismos sobre nuestro pecado, y eso nos lleva a reconocer que el engaño no necesita palabras para funcionar, pues siempre que intentamos aparentar ser alguien que no somos, mentimos.

Vamos a orar.

Perdóname, Señor, mi doble vida, mi mentira y mi engaño, pues si cavo más hondo, me doy cuenta de que en vez de luz puedo encontrar oscuridad y que yo mismo no soy lo que me imagino que soy ni soy lo que debería ser. Necesito de tu amor para poder amar, necesito enamorarme más de ti para poder enamorarme más de los demás y de la compasión que viene de vernos como tú nos ves. Quita toda ceguera de mi corazón y permíteme ser la persona que tú diseñaste para que fuera, libre de mentira, de engaño, de apariencias y de maquillajes. Yo te lo pido, en el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 11 de mayo. Conoces la diferencia. 
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 13 de mayo. Tu prueba de hoy es decir la verdad. 

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *