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Mateo 7:1-3 NTV: «No juzguen a los demás, y no serán juzgados. [2] Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes. [3] »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo?
Yo sé que la mayoría del tiempo, estamos excusando lo que decimos con la falsa idea de que es una crítica constructiva y no, no es verdad, pues la mayor parte de «críticas constructivas» terminan siendo juicios deliberados de valor en los que le ponemos calificación a lo que Dios nos dice que no.
Por eso, el diario de Dios en Colosenses 3:13 NTV dice: «Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros».
Y aunque a nadie le gustan las críticas, ni siquiera las constructivas, la verdad es que a veces también las necesitamos. Yo creo que recibir críticas es mucho más fácil cuando se ofrecen con amabilidad y cariño, en lugar de con dureza y para humillar, pues juzgar a alguien simplemente es criticar sin esforzarse por verle prosperar o mejorar.
Finalmente, ofrecer críticas constructivas es invertir en otra persona con el propósito de construir una relación y ayudarla a convertirse en la persona que Dios quería que fuera. Por eso, antes de abordar un problema con alguien, debemos examinar con oración nuestras propias motivaciones y pensar en la mejor manera de expresar nuestro amor y cariño por esa persona, así como de animarla en lugar de desanimarla, como lo dice (Santiago 4:11 NTV) Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.
Y en otra versión termina diciendo: «Y, si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez». NVI.
Vamos a orar.
Amado Señor, te necesito. Sella mi boca antes de juzgar y mi corazón antes de contaminarme con el juicio, la crítica y la murmuración. Descanso en ti y en la manera como paso a paso, me sigues enseñando a ser la persona que tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 13 de abril. Juicio o crítica constructiva.
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Mateo 7:1-3 NTV: «No juzguen a los demás, y no serán juzgados. [2] Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes. [3] »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo, cuando tú tienes un tronco en el tuyo?
Yo sé que la mayoría del tiempo, estamos excusando lo que decimos con la falsa idea de que es una crítica constructiva y no, no es verdad, pues la mayor parte de «críticas constructivas» terminan siendo juicios deliberados de valor en los que le ponemos calificación a lo que Dios nos dice que no.
Por eso, el diario de Dios en Colosenses 3:13 NTV dice: «Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros».
Y aunque a nadie le gustan las críticas, ni siquiera las constructivas, la verdad es que a veces también las necesitamos. Yo creo que recibir críticas es mucho más fácil cuando se ofrecen con amabilidad y cariño, en lugar de con dureza y para humillar, pues juzgar a alguien simplemente es criticar sin esforzarse por verle prosperar o mejorar.
Finalmente, ofrecer críticas constructivas es invertir en otra persona con el propósito de construir una relación y ayudarla a convertirse en la persona que Dios quería que fuera. Por eso, antes de abordar un problema con alguien, debemos examinar con oración nuestras propias motivaciones y pensar en la mejor manera de expresar nuestro amor y cariño por esa persona, así como de animarla en lugar de desanimarla, como lo dice (Santiago 4:11 NTV) Amados hermanos, no hablen mal los unos de los otros. Si se critican y se juzgan entre ustedes, entonces critican y juzgan la ley de Dios. En cambio, les corresponde obedecer la ley, no hacer la función de jueces.
Y en otra versión termina diciendo: «Y, si juzgas la ley, ya no eres cumplidor de la ley, sino su juez». NVI.
Vamos a orar.
Amado Señor, te necesito. Sella mi boca antes de juzgar y mi corazón antes de contaminarme con el juicio, la crítica y la murmuración. Descanso en ti y en la manera como paso a paso, me sigues enseñando a ser la persona que tú quieres que yo sea. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes