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Lucas 6:37 NVI: «No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará».
Yo creo que esta palabra, severidad, es la más precisa para definir las maneras como juzgamos a los demás, pues cuando lo hacemos, yo creo que la mayoría del tiempo se nos va la mano, y en vez de ser ayuda y soporte, terminamos siendo verdugos de la debilidad de los demás.
Por eso, otra de las consecuencias de juzgar a los demás es que seremos juzgados con el mismo criterio que usamos. Por lo tanto, ser misericordioso y perdonar es mejor que ser severo y crítico.
Por eso, el verso dice: «No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará».
Yo creo que hoy sería un buen día para pedirle a Dios que no se vuelvan en nuestra contra todos los juicios que hemos impartido de manera mordaz y descarnada, y que más bien podamos recibir el perdón para que seamos también perdonados.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, por mis juicios y mis críticas llenas de mordacidad, severidad y crítica, incluso aquellas que hago para mí mismo. Yo te pido que me enseñes a experimentar la compasión y a perdonar, pues no quiero recibir nunca ningún juicio como los que yo mismo he proferido. Y esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 12 de abril. Es mejor perdonar y tener compasión, que ser severo y crítico.
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Lucas 6:37 NVI: «No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará».
Yo creo que esta palabra, severidad, es la más precisa para definir las maneras como juzgamos a los demás, pues cuando lo hacemos, yo creo que la mayoría del tiempo se nos va la mano, y en vez de ser ayuda y soporte, terminamos siendo verdugos de la debilidad de los demás.
Por eso, otra de las consecuencias de juzgar a los demás es que seremos juzgados con el mismo criterio que usamos. Por lo tanto, ser misericordioso y perdonar es mejor que ser severo y crítico.
Por eso, el verso dice: «No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará».
Yo creo que hoy sería un buen día para pedirle a Dios que no se vuelvan en nuestra contra todos los juicios que hemos impartido de manera mordaz y descarnada, y que más bien podamos recibir el perdón para que seamos también perdonados.
Vamos a orar.
Perdóname, Señor, por mis juicios y mis críticas llenas de mordacidad, severidad y crítica, incluso aquellas que hago para mí mismo. Yo te pido que me enseñes a experimentar la compasión y a perdonar, pues no quiero recibir nunca ningún juicio como los que yo mismo he proferido. Y esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes