Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 9 de abril. Juzgamos por las apariencias. 

1 Samuel 16:7 NVI: «Pero el SEÑOR le dijo a Samuel: —No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón».

La verdad es que juzgar a los demás se ha vuelto algo habitual para la mayoría de las personas, sin reconocer que cuando lo hacemos, somos nosotros los perjudicados. Espiritualmente nos atamos cuando juzgamos a los demás, pues usurpamos un lugar que solo le corresponde a Dios, al querer arbitrar la vida de los demás.

Existen también muchas maneras de juzgar, y una de ellas es tomar distancia de las personas por nuestra incapacidad para dejar de juzgarlas, o también juzgar en positivo, que se traduce en envidia. El juicio de la comparación.

Nos pasa que vemos a un hijo haciendo pataleta a sus papás y lo que hacemos es juzgar a los papás por la falta de disciplina. Así mismo lo hacemos con la apariencia de las personas, por su peinado, su ropa o su manera de hablar. Y qué decir de la manera como categorizamos a las personas por su cultura o su creencia.

El problema de juzgar a los demás es que vemos sus palabras y acciones a través de un filtro negativo y una perspectiva limitada, que es la propia y que seguramente está velada por nuestra propia comparación o el auto juicio que nos lleva a verlo todo con ironía, rabia, descontento e incomodidad, pensando que lo que hacemos está bien y los otros no lo están.

Por eso, el verso de hoy nos muestra que Dios no quiere que juzguemos a las personas por su apariencia exterior, porque Él se fija en lo que hay detrás, en nuestra historia de manera individual y personal, y verdaderamente ve lo que hay en nuestro corazón.

Vamos a orar.

Amado Dios, cuánto te necesito para dejar de juzgar y de mirar a los demás como si yo fuera mucho mejor que ellos. Hoy reconozco que el juicio me distancia de ti y me hace pecar contra el mandamiento de amarnos los unos a los otros como tú nos has amado.

Enséñame a amar verdaderamente, te lo ruego, Señor, sin miramientos, sin juicios, ni prejuicios. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 8 de abril. Juzgar, una manera de ser hipócrita. 
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 10 de abril. Juzga con imparcialidad e integridad. 

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