Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music |
Romanos 5:8 NVI: Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
El mensaje directo y crudo de la bendita palabra de Dios es que Cristo, Hijo de Dios, murió por nosotros para redimirnos y perdonarnos de nuestros pecados y con ello, Dios demostró su amor por nosotros.
Por esto mismo, el evangelio no puede ser resumido a simples fórmulas de salvación que en sí mismas reemplazan el poder regenerador del Espíritu y terminan aislando del conocimiento de Dios y el estudio de la palabra a quienes apenas buscan un respiro espiritual para sus almas, pues al aplicar dichas fórmulas, parece que toda la tarea ya estuviera hecha, cuando la realidad es que apenas comienza.
Se enseña entonces a repetir una oración que equivale a nacer de nuevo, cuando la verdadera regeneración es obra divina y no humana. Por esto necesitamos conocer adrede la palabra de Dios y su naturaleza como Santo y justo y reconocer en ello el gran dilema del perdón que solo Dios nos ha podido dar por gracia.
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu perdón, por tu cuidado y tu presencia en mi vida. Enséñame Señor y guíame cada día más hacia ti, pues tuyo soy y quiero más de ti. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 7 de noviembre. Apenas comienza.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music | RSS
Romanos 5:8 NVI: Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.
El mensaje directo y crudo de la bendita palabra de Dios es que Cristo, Hijo de Dios, murió por nosotros para redimirnos y perdonarnos de nuestros pecados y con ello, Dios demostró su amor por nosotros.
Por esto mismo, el evangelio no puede ser resumido a simples fórmulas de salvación que en sí mismas reemplazan el poder regenerador del Espíritu y terminan aislando del conocimiento de Dios y el estudio de la palabra a quienes apenas buscan un respiro espiritual para sus almas, pues al aplicar dichas fórmulas, parece que toda la tarea ya estuviera hecha, cuando la realidad es que apenas comienza.
Se enseña entonces a repetir una oración que equivale a nacer de nuevo, cuando la verdadera regeneración es obra divina y no humana. Por esto necesitamos conocer adrede la palabra de Dios y su naturaleza como Santo y justo y reconocer en ello el gran dilema del perdón que solo Dios nos ha podido dar por gracia.
Vamos a orar.
Gracias Señor por tu perdón, por tu cuidado y tu presencia en mi vida. Enséñame Señor y guíame cada día más hacia ti, pues tuyo soy y quiero más de ti. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes