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Jeremías 7:9-10 NTV: ¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen, y luego venir y presentarse delante de mí en mi templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente todas las mismas maldades?
No sé cuántas veces sucede lo mismo en el pueblo que se dice llamar creyente, y la verdad creo que más bien quienes tenemos equivocado el término creyente somos muchos de nosotros. Cuando seguimos, como lo dice el verso, dándole cabida a las mentiras, las adulaciones, el adulterio, la fornicación, el robo, y a rendirle pleitesía a cuanta persona «supuestamente importante» aparezca, claramente no tenemos una relación con Dios y mucho menos lo respetamos y lo honramos como Señor y Salvador.
Por eso dice el verso: «¿De verdad ustedes piensan que pueden mantener todo ese tipo de conductas y después venir y presentarse delante de mí sin un arrepentimiento verdadero y solo para conseguir una excusa más que los devuelva como lo dice la palabra a su propio vómito?».
Yo creo que el autoengaño se debe terminar en nuestras vidas, y si decidimos vivir una vida conforme a la voluntad de Dios, que sea completamente una realidad y no meramente un engaño más y una idea falsa de que tenemos una salvación que nunca hemos recibido.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mis prácticas repugnantes de mentira, engaño, infidelidad, lujuria, manipulación, control, queja, envidia, arrogancia, orgullo, prepotencia, amargura, celos, adulterio, idolatría, apariencia, crítica y todas aquellas que me apartan de hacer tu voluntad. Hoy vengo arrepentido ante ti y te pido que me perdones y me limpies completamente para no volver a caer de nuevo en lo mismo. Lejos de ti. Hoy decido entregarte mi voluntad, mi pensamiento y mi corazón, y hacer de mi vida una vida nueva a tu lado. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 26 de octubre. Autoengaño.
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Jeremías 7:9-10 NTV: ¿De verdad piensan que pueden robar, matar, cometer adulterio, mentir y quemar incienso a Baal y a los otros nuevos dioses que tienen, y luego venir y presentarse delante de mí en mi templo a repetir: ‘¡Estamos a salvo!’, solo para irse a cometer nuevamente todas las mismas maldades?
No sé cuántas veces sucede lo mismo en el pueblo que se dice llamar creyente, y la verdad creo que más bien quienes tenemos equivocado el término creyente somos muchos de nosotros. Cuando seguimos, como lo dice el verso, dándole cabida a las mentiras, las adulaciones, el adulterio, la fornicación, el robo, y a rendirle pleitesía a cuanta persona «supuestamente importante» aparezca, claramente no tenemos una relación con Dios y mucho menos lo respetamos y lo honramos como Señor y Salvador.
Por eso dice el verso: «¿De verdad ustedes piensan que pueden mantener todo ese tipo de conductas y después venir y presentarse delante de mí sin un arrepentimiento verdadero y solo para conseguir una excusa más que los devuelva como lo dice la palabra a su propio vómito?».
Yo creo que el autoengaño se debe terminar en nuestras vidas, y si decidimos vivir una vida conforme a la voluntad de Dios, que sea completamente una realidad y no meramente un engaño más y una idea falsa de que tenemos una salvación que nunca hemos recibido.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mis prácticas repugnantes de mentira, engaño, infidelidad, lujuria, manipulación, control, queja, envidia, arrogancia, orgullo, prepotencia, amargura, celos, adulterio, idolatría, apariencia, crítica y todas aquellas que me apartan de hacer tu voluntad. Hoy vengo arrepentido ante ti y te pido que me perdones y me limpies completamente para no volver a caer de nuevo en lo mismo. Lejos de ti. Hoy decido entregarte mi voluntad, mi pensamiento y mi corazón, y hacer de mi vida una vida nueva a tu lado. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes