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Isaías 43:11 NVI: Yo, yo soy el SEÑOR, fuera de mí no hay ningún otro salvador.
Qué impresionante es darse cuenta de que a nuestro alrededor podemos ver personas buscando su salvación en ángeles, en imágenes construidas por manos humanas, en santos, vírgenes, en piedrecitas, en amuletos, en romerías y cuantas cosas puedan aparecer que tengan apariencia de piedad y prometan la salvación que solo Dios nos puede dar.
La Biblia dice en este verso que el Señor es Dios y que fuera de Él no hay otro salvador. Así mismo, Oseas 13:4 NTV: «He sido el SEÑOR tu Dios desde que te saqué de Egipto. No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí, porque no hay otro salvador». Y continúa la Biblia diciendo en Éxodo 20:2-4 NTV: «Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. [3] »No tengas ningún otro dios aparte de mí. [4] »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar».
Y además de esto dice Isaías 45:21 NTV: «Consulten entre ustedes, defiendan su causa; reúnanse y resuelvan qué decir. ¿Quién dio a conocer estas cosas desde hace mucho? ¿Cuál de los ídolos alguna vez les dijo que iban a suceder? ¿Acaso no fui yo, el SEÑOR? Pues no hay otro Dios aparte de mí, un Dios justo y Salvador; fuera de mí no hay otro».
Yo creo que con estos versos y las decenas de ellos que lo explican en la Biblia, en el diario de Dios, no hay más inútiles razonamientos que nos mantengan anclados a la mentira de una salvación que ningún otro dios, ni ningún santo, ni ángel, ni cosa sobre la tierra y debajo de ella nos puede dar, pues dice el verso (Isaías 43:11 NVI): Yo, yo soy el SEÑOR, fuera de mí no hay ningún otro salvador.
Vamos a orar.
Perdón Señor por nuestra ignorancia de ti, por la costumbre que se vuelve simplemente repetitiva y cultural, sin que realmente conozcamos tu palabra, tu voluntad y tu poder. Hoy te pido perdón por todas aquellas prácticas y ritos en los que pretendiendo buscar la salvación, más bien encuentro ausencia y desconocimiento de ti como Señor y Salvador. Enséñame Señor a conocerte más y a reconocer en el espíritu mi equivocación. Hoy te entrego mi vida y te confieso como mi Señor y mi Salvador, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 12 de octubre. No hay otro salvador.
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Isaías 43:11 NVI: Yo, yo soy el SEÑOR, fuera de mí no hay ningún otro salvador.
Qué impresionante es darse cuenta de que a nuestro alrededor podemos ver personas buscando su salvación en ángeles, en imágenes construidas por manos humanas, en santos, vírgenes, en piedrecitas, en amuletos, en romerías y cuantas cosas puedan aparecer que tengan apariencia de piedad y prometan la salvación que solo Dios nos puede dar.
La Biblia dice en este verso que el Señor es Dios y que fuera de Él no hay otro salvador. Así mismo, Oseas 13:4 NTV: «He sido el SEÑOR tu Dios desde que te saqué de Egipto. No debes reconocer a ningún otro Dios aparte de mí, porque no hay otro salvador». Y continúa la Biblia diciendo en Éxodo 20:2-4 NTV: «Yo soy el SEÑOR tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. [3] »No tengas ningún otro dios aparte de mí. [4] »No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar».
Y además de esto dice Isaías 45:21 NTV: «Consulten entre ustedes, defiendan su causa; reúnanse y resuelvan qué decir. ¿Quién dio a conocer estas cosas desde hace mucho? ¿Cuál de los ídolos alguna vez les dijo que iban a suceder? ¿Acaso no fui yo, el SEÑOR? Pues no hay otro Dios aparte de mí, un Dios justo y Salvador; fuera de mí no hay otro».
Yo creo que con estos versos y las decenas de ellos que lo explican en la Biblia, en el diario de Dios, no hay más inútiles razonamientos que nos mantengan anclados a la mentira de una salvación que ningún otro dios, ni ningún santo, ni ángel, ni cosa sobre la tierra y debajo de ella nos puede dar, pues dice el verso (Isaías 43:11 NVI): Yo, yo soy el SEÑOR, fuera de mí no hay ningún otro salvador.
Vamos a orar.
Perdón Señor por nuestra ignorancia de ti, por la costumbre que se vuelve simplemente repetitiva y cultural, sin que realmente conozcamos tu palabra, tu voluntad y tu poder. Hoy te pido perdón por todas aquellas prácticas y ritos en los que pretendiendo buscar la salvación, más bien encuentro ausencia y desconocimiento de ti como Señor y Salvador. Enséñame Señor a conocerte más y a reconocer en el espíritu mi equivocación. Hoy te entrego mi vida y te confieso como mi Señor y mi Salvador, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes