Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music |
Juan 4:22 NVI: «Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos…»
No sé por qué nos pasa de manera tan recurrente que, por desconocimiento de Dios, resultamos adorando cosas, personas, prácticas, ideologías y situaciones que de ninguna manera deberíamos adorar, ni mucho menos idolatrar. Y todo esto nos pasa por desconocer quién es la persona de Jesús y quién es Dios mismo como Padre.
Resultamos siendo tan primarios espiritualmente que, sin conocer el libro de texto, la Biblia, pretendemos tener la razón sobre todos los temas espirituales y además, nos llenamos de argumentos mentirosos que solo desdibujan el nombre de Jesús, su poder y su obra en la cruz.
Como lo he dicho desde hace mucho tiempo, el conocimiento de Dios no puede resumirse en un padre nuestro y dos ave marías y necesita ir más allá de lo que nos ufanamos como vida espiritual.
Definitivamente, la ignorancia de Dios nos lleva todo el tiempo a depositar nuestra confianza y nuestra valía y nuestra aprobación en quien no la debemos depositar, y por eso resultamos perdidos en amuletos, santería, horóscopos, meditaciones artificiales y prácticas espirituales que lo único que hacen es alejarnos del Dios verdadero.
Por eso el verso de hoy nos muestra lo que hizo Jesús con la mujer samaritana en el pozo de Jacob, pues necesitamos reconocer y saber con respecto a nosotros mismos, nuestras costumbres y nuestras prácticas espirituales, que solo hay un objeto de adoración y reverencia, y es Jesús como Señor y Salvador.
Qué hermoso es ver cómo Jesús simplemente le hizo saber con todo el amor a esta mujer que, en ese momento, ellos adoraban algo que no conocían y que en verdad deberían conocer en realidad y a profundidad lo que están adorando.
Dios busca que le conozcamos y le adoremos en espíritu y en verdad, y eso significa con un entendimiento profundo de quién es Él como Señor y Salvador.
Vamos a orar.
Amado Dios, realmente estamos perdidos si no conocemos tu nombre, tu poder, tu gracia y tu incomparable amor. Si no conocemos quién eres, no lo vamos a lograr y no vamos a tener una experiencia real de un Dios real y vivo. Yo te ruego que me permitas conocerte cada día más y avanzar hacia ti con el espíritu pero también con el entendimiento. No me permitas tener una espiritualidad mediocre, ni mucho menos llena de prácticas y rituales que no se entienden, sino más bien permíteme conocerte, reconocerte y adorarte como el Dios de toda la creación y el dueño de todo lo que tengo y lo que puedo ser. Enséñame Señor a conocerte y a hacer solo tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 7 de septiembre. La falsa adoración viene de no conocer a Dios.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Suscríbete: Apple Podcasts | Spotify | Correo electrónico | YouTube Music | RSS
Juan 4:22 NVI: «Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos…»
No sé por qué nos pasa de manera tan recurrente que, por desconocimiento de Dios, resultamos adorando cosas, personas, prácticas, ideologías y situaciones que de ninguna manera deberíamos adorar, ni mucho menos idolatrar. Y todo esto nos pasa por desconocer quién es la persona de Jesús y quién es Dios mismo como Padre.
Resultamos siendo tan primarios espiritualmente que, sin conocer el libro de texto, la Biblia, pretendemos tener la razón sobre todos los temas espirituales y además, nos llenamos de argumentos mentirosos que solo desdibujan el nombre de Jesús, su poder y su obra en la cruz.
Como lo he dicho desde hace mucho tiempo, el conocimiento de Dios no puede resumirse en un padre nuestro y dos ave marías y necesita ir más allá de lo que nos ufanamos como vida espiritual.
Definitivamente, la ignorancia de Dios nos lleva todo el tiempo a depositar nuestra confianza y nuestra valía y nuestra aprobación en quien no la debemos depositar, y por eso resultamos perdidos en amuletos, santería, horóscopos, meditaciones artificiales y prácticas espirituales que lo único que hacen es alejarnos del Dios verdadero.
Por eso el verso de hoy nos muestra lo que hizo Jesús con la mujer samaritana en el pozo de Jacob, pues necesitamos reconocer y saber con respecto a nosotros mismos, nuestras costumbres y nuestras prácticas espirituales, que solo hay un objeto de adoración y reverencia, y es Jesús como Señor y Salvador.
Qué hermoso es ver cómo Jesús simplemente le hizo saber con todo el amor a esta mujer que, en ese momento, ellos adoraban algo que no conocían y que en verdad deberían conocer en realidad y a profundidad lo que están adorando.
Dios busca que le conozcamos y le adoremos en espíritu y en verdad, y eso significa con un entendimiento profundo de quién es Él como Señor y Salvador.
Vamos a orar.
Amado Dios, realmente estamos perdidos si no conocemos tu nombre, tu poder, tu gracia y tu incomparable amor. Si no conocemos quién eres, no lo vamos a lograr y no vamos a tener una experiencia real de un Dios real y vivo. Yo te ruego que me permitas conocerte cada día más y avanzar hacia ti con el espíritu pero también con el entendimiento. No me permitas tener una espiritualidad mediocre, ni mucho menos llena de prácticas y rituales que no se entienden, sino más bien permíteme conocerte, reconocerte y adorarte como el Dios de toda la creación y el dueño de todo lo que tengo y lo que puedo ser. Enséñame Señor a conocerte y a hacer solo tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes