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Salmos 25:5 NTV: Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.
Cuando queremos tomar decisiones sobre algo en particular, todo el mundo va a opinar y entre las muchas opiniones, evidentemente vamos a poder distinguir cuáles de ellas vienen del Espíritu Santo de Dios y cuáles vienen del mundo. La dirección que viene de parte de Dios siempre nos va a encaminar a la vida y no a la muerte, a luchar y no a desfallecer, a buscar la luz y no la oscuridad, y a escoger lo bueno y no lo malo.
La dirección de Dios nos va a poner siempre en el lugar correcto y en ese lugar va a prevalecer lo que no se puede comprar en ningún supermercado, como el amor, la alegría, la paz, la seguridad, la familia y la unión, que lo que simplemente se puede resolver con dinero.
Por eso el verso de hoy dice: (Salmos 25:5 NTV) «Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza». Y la verdad es que necesitamos que Dios nos guíe con su verdad, pues en la multitud de consejos que podemos recibir de todas las personas a nuestro alrededor, el más acertado y el único que prevalece para siempre es el que viene directamente de Dios.
Vamos a orar.
Amado Dios, te necesito en mi vida, como la guía que me lleva a la verdad y como el único que me puede enseñar a reconocer lo que debo cambiar para ser la persona que quieres que yo sea. Enséñame Señor, pues tú eres mi salvación, mi descanso, mi libertad y mi lugar más seguro para vivir. En el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 17 de agosto. La dirección de Dios.
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Salmos 25:5 NTV: Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.
Cuando queremos tomar decisiones sobre algo en particular, todo el mundo va a opinar y entre las muchas opiniones, evidentemente vamos a poder distinguir cuáles de ellas vienen del Espíritu Santo de Dios y cuáles vienen del mundo. La dirección que viene de parte de Dios siempre nos va a encaminar a la vida y no a la muerte, a luchar y no a desfallecer, a buscar la luz y no la oscuridad, y a escoger lo bueno y no lo malo.
La dirección de Dios nos va a poner siempre en el lugar correcto y en ese lugar va a prevalecer lo que no se puede comprar en ningún supermercado, como el amor, la alegría, la paz, la seguridad, la familia y la unión, que lo que simplemente se puede resolver con dinero.
Por eso el verso de hoy dice: (Salmos 25:5 NTV) «Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza». Y la verdad es que necesitamos que Dios nos guíe con su verdad, pues en la multitud de consejos que podemos recibir de todas las personas a nuestro alrededor, el más acertado y el único que prevalece para siempre es el que viene directamente de Dios.
Vamos a orar.
Amado Dios, te necesito en mi vida, como la guía que me lleva a la verdad y como el único que me puede enseñar a reconocer lo que debo cambiar para ser la persona que quieres que yo sea. Enséñame Señor, pues tú eres mi salvación, mi descanso, mi libertad y mi lugar más seguro para vivir. En el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes