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Miqueas 7:7 NVI: Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!
Este capítulo de Miqueas tiene un inicio complicado, que muestra lo difíciles que podemos ser cuando estamos lejos de la voluntad de Dios. Por eso Miqueas observó cómo se pudría la sociedad que lo rodeaba, con la demanda de regalos por parte de los gobernantes, los sobornos y la corrupción universal.
Sin embargo, Dios prometió sacar a su pueblo de la oscuridad del pecado y llevarlo a su luz. Entonces el pueblo lo alabaría por su fidelidad, pues únicamente Dios es totalmente fiel. En este caso, el pecado había afectado a los líderes del gobierno y a la sociedad en general con engaño y deshonestidad, arruinando a la familia, el núcleo de la sociedad.
Como resultado, la única forma de purificar al pueblo era por medio del juicio de Dios. De esta manera la nación regresaría a Dios y él la restauraría de adentro hacia afuera. A pesar de sus circunstancias deplorables, Miqueas como atalaya de Dios, se dedicaría a buscar por todas partes evidencias de la obra de Dios, y tendría confianza en que Dios actuaría en su propio tiempo y modo.
Por eso, Miqueas mostró gran fe en Dios, cuando proclamó 1) que esperaría en Dios porque él escucha y salva cuando se requiere su ayuda, 2) que Dios llevaría a su pueblo a salvo durante los tiempos difíciles, 3) que Israel debía ser paciente durante su castigo porque Dios los sacaría de la oscuridad y 4) que los enemigos de Israel serían castigados.
Por eso nosotros también podemos tener una relación con Dios que nos permita confiar en él como lo hizo Miqueas, en medio de nuestra difícil situación y aun pensando que es un imposible, simplemente se necesita fe en Dios y estar dispuesto a actuar con base a esa fe, orando, creyendo y haciendo literalmente lo que dice el verso de hoy (Miqueas 7:7 NVI) «Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!».
Vamos a orar.
Amado Dios, estoy en tus manos y en tu bendita voluntad. Muéstrame en detalle el camino que debo tomar y no me permitas alejarme de ti y de tu palabra, pues solo tú me puedes dar la dirección precisa en la cual me debo mover y caminar, de tal manera que se haga tu perfecta voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 16 de agosto. Dios de mi salvación.
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Miqueas 7:7 NVI: Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!
Este capítulo de Miqueas tiene un inicio complicado, que muestra lo difíciles que podemos ser cuando estamos lejos de la voluntad de Dios. Por eso Miqueas observó cómo se pudría la sociedad que lo rodeaba, con la demanda de regalos por parte de los gobernantes, los sobornos y la corrupción universal.
Sin embargo, Dios prometió sacar a su pueblo de la oscuridad del pecado y llevarlo a su luz. Entonces el pueblo lo alabaría por su fidelidad, pues únicamente Dios es totalmente fiel. En este caso, el pecado había afectado a los líderes del gobierno y a la sociedad en general con engaño y deshonestidad, arruinando a la familia, el núcleo de la sociedad.
Como resultado, la única forma de purificar al pueblo era por medio del juicio de Dios. De esta manera la nación regresaría a Dios y él la restauraría de adentro hacia afuera. A pesar de sus circunstancias deplorables, Miqueas como atalaya de Dios, se dedicaría a buscar por todas partes evidencias de la obra de Dios, y tendría confianza en que Dios actuaría en su propio tiempo y modo.
Por eso, Miqueas mostró gran fe en Dios, cuando proclamó 1) que esperaría en Dios porque él escucha y salva cuando se requiere su ayuda, 2) que Dios llevaría a su pueblo a salvo durante los tiempos difíciles, 3) que Israel debía ser paciente durante su castigo porque Dios los sacaría de la oscuridad y 4) que los enemigos de Israel serían castigados.
Por eso nosotros también podemos tener una relación con Dios que nos permita confiar en él como lo hizo Miqueas, en medio de nuestra difícil situación y aun pensando que es un imposible, simplemente se necesita fe en Dios y estar dispuesto a actuar con base a esa fe, orando, creyendo y haciendo literalmente lo que dice el verso de hoy (Miqueas 7:7 NVI) «Pero yo he puesto mi esperanza en el SEÑOR; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!».
Vamos a orar.
Amado Dios, estoy en tus manos y en tu bendita voluntad. Muéstrame en detalle el camino que debo tomar y no me permitas alejarme de ti y de tu palabra, pues solo tú me puedes dar la dirección precisa en la cual me debo mover y caminar, de tal manera que se haga tu perfecta voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes