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Gálatas 5:22-26 NVI: En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, [23] humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. [24] Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. [25] Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. [26] No dejemos que la vanidad nos lleve a provocarnos y a envidiarnos unos a otros.
Cuando leemos este verso, posiblemente nos puedan surgir muchas preguntas, y una de ellas es: ¿En realidad tengo todas estas cosas en mi vida? ¿Tengo amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad y dominio propio? Y además de esta pregunta, me puedo hacer otra más profunda todavía: ¿He crucificado mis pasiones y deseos y en realidad ando guiado por el Espíritu? O será que la vanidad, como lo dice el verso, me lleva a situaciones de provocación y de comparación con otras personas y a querer a como dé lugar hacer mi voluntad.
Son tantas las maneras como podemos evaluar si estamos en el Espíritu, que si queremos entender si tenemos el amor a la manera de Dios, lo podemos confrontar con la descripción hecha en (1 Corintios 13:4-8) y si queremos saber si en realidad tenemos alegría, lo podemos cotejar con la descripción hecha en (Habacuc 3:17-19) y en el Salmo (119:162). Además de ello, si quieres saber si tienes la verdadera paz, puedes cotejarlo con lo que dice (Filipenses 4:7) y de esta misma manera lo puedes hacer para evaluar tu paciencia (Santiago 1:12) y la amabilidad en (Filipenses 4:5), la bondad (Efesios 4:32), la fidelidad (Salmo 108:4), la humildad (1 Pedro 5:5) y el dominio propio (Salmo 108:4).
Yo creo que después de conversar este test espiritual con Jesús, las respuestas para tu vida van a estar más que claras, realmente explícitas. Y con ello, las preguntas iniciales que nos hemos hecho ya estarán más que resueltas en la presencia del Señor.
Ahora sí, para finalizar, ¿En realidad tengo todas estas cosas en mi vida? ¿Tengo amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad y dominio propio, tal como las ha diseñado Dios para mi vida? Y además de esto, puedo decir que ¿He crucificado mis pasiones y deseos y que en realidad ando guiado por el Espíritu? O será más bien que la vanidad, como lo dice el verso, me lleva a pensar que lo tengo todo cuando en realidad para mí mismo es un espejismo, pues cualquier situación de provocación y de comparación con otras personas me lleva, como siempre, a querer a como dé lugar hacer mi voluntad.
Vamos a orar.
Amado Dios, hoy reconozco que sin ti nada puedo hacer, que te necesito más que a cualquier otra cosa en mi vida, y que solo tú me puedes dar la libertad y el descanso que necesito para vivir. Hoy te pido que me permitas experimentar el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fidelidad, la humildad y el dominio propio completamente y a tu manera, pues estoy seguro que todas estas características y maneras de vivir son las que quieres para mí. No me permitas engañarme en mis propias cavilaciones y percepciones, pues estoy seguro que a mi manera no lo voy a lograr. Ayúdame a crucificar toda pasión y deseo que me aparte de hacer tu voluntad y permíteme ser completamente guiado por tu Espíritu, en el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 5 de agosto. «Sin Vanidad» Necesitas leer, para poder entender.
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Gálatas 5:22-26 NVI: En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, [23] humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. [24] Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. [25] Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. [26] No dejemos que la vanidad nos lleve a provocarnos y a envidiarnos unos a otros.
Cuando leemos este verso, posiblemente nos puedan surgir muchas preguntas, y una de ellas es: ¿En realidad tengo todas estas cosas en mi vida? ¿Tengo amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad y dominio propio? Y además de esta pregunta, me puedo hacer otra más profunda todavía: ¿He crucificado mis pasiones y deseos y en realidad ando guiado por el Espíritu? O será que la vanidad, como lo dice el verso, me lleva a situaciones de provocación y de comparación con otras personas y a querer a como dé lugar hacer mi voluntad.
Son tantas las maneras como podemos evaluar si estamos en el Espíritu, que si queremos entender si tenemos el amor a la manera de Dios, lo podemos confrontar con la descripción hecha en (1 Corintios 13:4-8) y si queremos saber si en realidad tenemos alegría, lo podemos cotejar con la descripción hecha en (Habacuc 3:17-19) y en el Salmo (119:162). Además de ello, si quieres saber si tienes la verdadera paz, puedes cotejarlo con lo que dice (Filipenses 4:7) y de esta misma manera lo puedes hacer para evaluar tu paciencia (Santiago 1:12) y la amabilidad en (Filipenses 4:5), la bondad (Efesios 4:32), la fidelidad (Salmo 108:4), la humildad (1 Pedro 5:5) y el dominio propio (Salmo 108:4).
Yo creo que después de conversar este test espiritual con Jesús, las respuestas para tu vida van a estar más que claras, realmente explícitas. Y con ello, las preguntas iniciales que nos hemos hecho ya estarán más que resueltas en la presencia del Señor.
Ahora sí, para finalizar, ¿En realidad tengo todas estas cosas en mi vida? ¿Tengo amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad y dominio propio, tal como las ha diseñado Dios para mi vida? Y además de esto, puedo decir que ¿He crucificado mis pasiones y deseos y que en realidad ando guiado por el Espíritu? O será más bien que la vanidad, como lo dice el verso, me lleva a pensar que lo tengo todo cuando en realidad para mí mismo es un espejismo, pues cualquier situación de provocación y de comparación con otras personas me lleva, como siempre, a querer a como dé lugar hacer mi voluntad.
Vamos a orar.
Amado Dios, hoy reconozco que sin ti nada puedo hacer, que te necesito más que a cualquier otra cosa en mi vida, y que solo tú me puedes dar la libertad y el descanso que necesito para vivir. Hoy te pido que me permitas experimentar el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad, la fidelidad, la humildad y el dominio propio completamente y a tu manera, pues estoy seguro que todas estas características y maneras de vivir son las que quieres para mí. No me permitas engañarme en mis propias cavilaciones y percepciones, pues estoy seguro que a mi manera no lo voy a lograr. Ayúdame a crucificar toda pasión y deseo que me aparte de hacer tu voluntad y permíteme ser completamente guiado por tu Espíritu, en el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes