Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 1 de agosto. Los dos necesitan volver al padre

Lucas 15:21 NVI: El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo”. Mientras que el otro dijo (Lucas 15:29 NTV) «Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos.

Todo el tiempo no hago más que asombrarme con el legalismo que hay en cada uno de nosotros y que todavía no nos permite entender la gracia de Dios y el único propósito que hay detrás de ella y consiste en que le amemos, le amemos y le amemos más y más cada día y todos los días de nuestra vida y nada más, por un lado sin interés por lo que nos pueda dar y por el otro lado con un arrepentimiento genuino, verdadero y completamente real que nos permita abandonar lo malo, nuestra autoconfianza, nuestros pecados y regresar a Él completamente para entregarle de manera total nuestro corazón, nuestra voluntad y todo nuestro ser.

En este caso, como lo dice el título de este mensaje, los dos necesitan volver a Dios y creo que ellos son la muestra clara de que cada uno de nosotros necesita regresar al padre, por legalista, por ambicioso o por lo hipócritas que podemos llegar a ser cuando decimos amar a Dios, pero si nos da, porque de lo contrario si no nos da lo que queremos, como que más bien nos deja de servir y lo abandonamos.

Finalmente, nuestro servicio a Dios debe estar desprovisto de toda ambición o de toda condición, pues ¿quiénes somos nosotros para delimitar una relación condicional con Dios y exigirle cosas o pagos por lo que hacemos?

Creo yo que ya Dios nos ha dado más de lo que podemos imaginar y que con eso es más que suficiente. Su palabra, su presencia, su gracia, y su amor incondicional.

Vamos a orar.

Te amo Señor y te pido perdón por mi ambición, por alejarme de ti y por pensar que de ti solo se pueden obtener beneficios caprichosos de lo que necesito. Hoy reconozco tu amor y reconozco que ya lo tengo todo al tenerte a ti y que contigo me basta y es más que suficiente. Tú eres mi pastor y nada me falta, me haces descansar en verdes praderas y me conduces junto a aguas tranquilas, y más allá me guías por sendas de justicia y restauras mi alma solo por amor de tu nombre.

¿Qué más le puedo pedir a la vida? Pues aunque vaya por el valle de sombra y de muerte no temeré mal alguno porque tú estás conmigo y tu vara y tu cayado me infunden aliento y no haces más que preparar mesa para mí en presencia de mis enemigos y para completar unges mi cabeza con aceite y mi copa rebosa con bondad y misericordia todos los días de mi vida, para habitar en tu casa para siempre. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 31 de julio. Hijos asalariados
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 2 de agosto. El sabe que son absurdos

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *