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Jonás 1:3 NTV: Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del SEÑOR. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del SEÑOR.
No sé cómo puede pasar todo esto, pero lo cierto es que conozco muchas personas que se la pasan huyendo de la voluntad de Dios y además de ello, quieren hacer su propia voluntad y acomodar sus vidas a la versión propia que se han querido inventar de ellos mismos.
Y resulta que huir de los planes de Dios no solo es un error, sino también inútil, pues dondequiera que intentemos ir, él ya está allí, delante de nosotros. Huir del llamado de Dios solo hará nuestro camino más difícil y nos mantendrá en etapas empinadas de ida sin retorno, pues nos quedaremos allí dando vueltas y vueltas en el mismo lugar.
Y ese lugar puede ser el licor, el juego, las relaciones espontáneas, la duda, el aplazamiento, nuestro egoísmo, nuestra terquedad, o de pronto nuestra manera de pensar que toda la vida nos vamos a quedar jóvenes y que el cuerpo y la vida no nos va a pasar factura por ello.
No podemos seguir como Jonás, tomando el rumbo que queramos, pretendiendo en ello encontrar la felicidad y la paz que necesitamos. Y yo creo que por eso, lo más sensato en la vida es preguntarle a Dios qué es lo que hay que hacer y además de ello, hacerlo.
Vamos a orar.
Cuánto te amo y te necesito Señor, hoy yo te pido que me ayudes a planear y a decidir hacer mi vida conforme a tu voluntad y no la mía, pues después de tanto tropiezo, me doy cuenta que escoger hacer mi vida y delinear mi camino a mi manera, no trae para mí los mejores resultados sino sufrimiento y dolor.
Perdóname y límpiame Señor de tanto orgullo y terquedad en el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 13 de julio. Tienes que dejar de huir.
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Jonás 1:3 NTV: Entonces Jonás se levantó y se fue en dirección contraria para huir del SEÑOR. Descendió al puerto de Jope donde encontró un barco que partía para Tarsis. Compró un boleto, subió a bordo y se embarcó rumbo a Tarsis con la esperanza de escapar del SEÑOR.
No sé cómo puede pasar todo esto, pero lo cierto es que conozco muchas personas que se la pasan huyendo de la voluntad de Dios y además de ello, quieren hacer su propia voluntad y acomodar sus vidas a la versión propia que se han querido inventar de ellos mismos.
Y resulta que huir de los planes de Dios no solo es un error, sino también inútil, pues dondequiera que intentemos ir, él ya está allí, delante de nosotros. Huir del llamado de Dios solo hará nuestro camino más difícil y nos mantendrá en etapas empinadas de ida sin retorno, pues nos quedaremos allí dando vueltas y vueltas en el mismo lugar.
Y ese lugar puede ser el licor, el juego, las relaciones espontáneas, la duda, el aplazamiento, nuestro egoísmo, nuestra terquedad, o de pronto nuestra manera de pensar que toda la vida nos vamos a quedar jóvenes y que el cuerpo y la vida no nos va a pasar factura por ello.
No podemos seguir como Jonás, tomando el rumbo que queramos, pretendiendo en ello encontrar la felicidad y la paz que necesitamos. Y yo creo que por eso, lo más sensato en la vida es preguntarle a Dios qué es lo que hay que hacer y además de ello, hacerlo.
Vamos a orar.
Cuánto te amo y te necesito Señor, hoy yo te pido que me ayudes a planear y a decidir hacer mi vida conforme a tu voluntad y no la mía, pues después de tanto tropiezo, me doy cuenta que escoger hacer mi vida y delinear mi camino a mi manera, no trae para mí los mejores resultados sino sufrimiento y dolor.
Perdóname y límpiame Señor de tanto orgullo y terquedad en el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes