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Deuteronomio 11:13-14 NTV: »Si obedeces cuidadosamente los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.
Cuando nos enamoramos, sabemos que podemos comenzar a disfrutar de beneficios que ninguna otra persona puede tener, pues en los terrenos del amor siempre van a existir beneficios que solo se pueden desagregar de una relación de fidelidad, entrega, compromiso y dedicación. Y por eso sabemos que no hay amor, sin dedicación de tiempo, de atención, y mucho menos habrá amor, sin entrega, compromiso, y fidelidad.
Por eso es que las gramáticas del amor, necesitan un orden que solo Dios nos puede ayudar a sostener y mantener, pues si se tratara de nosotros, simplemente de manera egoísta buscaríamos nuestro provecho y pare de contar. Y en esa medida, el verso de hoy nos dice «si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.»
Qué impresionante la manera exorbitante como Dios, por el simple hecho de que le amemos, nos provee de tantas cosas y nos ayuda a sanar el corazón y la vida, solo para regresarnos incluso las bendiciones de las lluvias tardías. Todo esto indica esa condición de correspondencia mutua que solo viene de Dios cuando le amamos, le buscamos, y nos comprometemos con Él, en entrega compromiso y fidelidad.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mi infidelidad y mi ausencia, pues la verdad creo que en mi corazón y en todo mi ser no existe esa entrega plena y total a tu amor. Yo anhelo y quiero enamorarme más de ti y llegar al punto de no entender mi vida si no estás tú. Completamente enamorado y no por lo que me puedas dar, sino por lo que eres en mi vida. Y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús. Amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 27 de junio. Mutualidad
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Deuteronomio 11:13-14 NTV: »Si obedeces cuidadosamente los mandatos que te entrego hoy y si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.
Cuando nos enamoramos, sabemos que podemos comenzar a disfrutar de beneficios que ninguna otra persona puede tener, pues en los terrenos del amor siempre van a existir beneficios que solo se pueden desagregar de una relación de fidelidad, entrega, compromiso y dedicación. Y por eso sabemos que no hay amor, sin dedicación de tiempo, de atención, y mucho menos habrá amor, sin entrega, compromiso, y fidelidad.
Por eso es que las gramáticas del amor, necesitan un orden que solo Dios nos puede ayudar a sostener y mantener, pues si se tratara de nosotros, simplemente de manera egoísta buscaríamos nuestro provecho y pare de contar. Y en esa medida, el verso de hoy nos dice «si amas al SEÑOR tu Dios y lo sirves con todo tu corazón y con toda tu alma, [14] él mandará las lluvias propias de cada estación -las tempranas y las tardías-, para que puedas juntar las cosechas de granos, el vino nuevo y el aceite de oliva.»
Qué impresionante la manera exorbitante como Dios, por el simple hecho de que le amemos, nos provee de tantas cosas y nos ayuda a sanar el corazón y la vida, solo para regresarnos incluso las bendiciones de las lluvias tardías. Todo esto indica esa condición de correspondencia mutua que solo viene de Dios cuando le amamos, le buscamos, y nos comprometemos con Él, en entrega compromiso y fidelidad.
Vamos a orar.
Perdóname Señor por mi infidelidad y mi ausencia, pues la verdad creo que en mi corazón y en todo mi ser no existe esa entrega plena y total a tu amor. Yo anhelo y quiero enamorarme más de ti y llegar al punto de no entender mi vida si no estás tú. Completamente enamorado y no por lo que me puedas dar, sino por lo que eres en mi vida. Y todo esto te lo pido, en el nombre de Jesús. Amén.
MIguel Montes