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Salmo 23:1-3 NVI: El SEÑOR es mi pastor, nada me falta; [2] en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; [3] me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia haciendo honor a su nombre.
Normalmente pasamos la mayoría del tiempo haciendo inventarios de lo que nos hace falta, y si lo miramos en detalle, siempre estamos con la necesidad de algo. No sé si es recurrente esa sensación que dice: «Me hace falta algo, pero no sé qué…» Y cuando pasa esto, es porque nos hemos acostumbrado a la insatisfacción y a mirar siempre el vaso vacío o medio lleno, en vez de contemplar que lo tenemos todo y más que todo, lo tenemos en abundancia.
La verdad es que cuando en realidad nos falta alguien o algo realmente necesario, ahí sí podemos identificar que todo lo anterior en nuestras vidas no era más que queja y reproche. Por eso el verso de hoy nos invita a reconocer que toda esa completud que necesitamos solo puede provenir de Dios, pues Él es nuestro pastor, y nos guía, y quiere que descansemos en Él, y que saciemos nuestra sed, nuestra debilidad y nuestra impaciencia o tristeza, solamente en Él.
Dios no tardará en buscar la manera de infundir en nuestra vida nuevas fuerzas y en guiarnos por sendas de justicia, por amor a su bendito nombre.
Vamos a orar.
Perdóname, Dios, mi incredulidad, mi duda, mi insatisfacción y mi queja. Hoy reconozco que eres tú quien me guía y me alimenta, me guardas y me muestras el camino que debo recorrer. Tuya es mi vida, Señor, y tuyo es todo lo que existe. Contigo me basta y es más que suficiente. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 7 de junio. Lo que me hace falta.
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Salmo 23:1-3 NVI: El SEÑOR es mi pastor, nada me falta; [2] en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; [3] me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia haciendo honor a su nombre.
Normalmente pasamos la mayoría del tiempo haciendo inventarios de lo que nos hace falta, y si lo miramos en detalle, siempre estamos con la necesidad de algo. No sé si es recurrente esa sensación que dice: «Me hace falta algo, pero no sé qué…» Y cuando pasa esto, es porque nos hemos acostumbrado a la insatisfacción y a mirar siempre el vaso vacío o medio lleno, en vez de contemplar que lo tenemos todo y más que todo, lo tenemos en abundancia.
La verdad es que cuando en realidad nos falta alguien o algo realmente necesario, ahí sí podemos identificar que todo lo anterior en nuestras vidas no era más que queja y reproche. Por eso el verso de hoy nos invita a reconocer que toda esa completud que necesitamos solo puede provenir de Dios, pues Él es nuestro pastor, y nos guía, y quiere que descansemos en Él, y que saciemos nuestra sed, nuestra debilidad y nuestra impaciencia o tristeza, solamente en Él.
Dios no tardará en buscar la manera de infundir en nuestra vida nuevas fuerzas y en guiarnos por sendas de justicia, por amor a su bendito nombre.
Vamos a orar.
Perdóname, Dios, mi incredulidad, mi duda, mi insatisfacción y mi queja. Hoy reconozco que eres tú quien me guía y me alimenta, me guardas y me muestras el camino que debo recorrer. Tuya es mi vida, Señor, y tuyo es todo lo que existe. Contigo me basta y es más que suficiente. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes