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Proverbios 12:19, 22 NTV: «Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren. El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad».
Nunca nos imaginamos que la prueba más grande que pudiéramos tener en la vida fuera algo tan sencillo, pero al mismo tiempo tan difícil, como decir la verdad. Decirnos la verdad, sincerarnos con lo que somos, con lo que hacemos, con el porqué lo hacemos y con los demás.
Oh, por Dios… impresionante darnos cuenta de que a nuestro alrededor, en las redes, el trabajo, las relaciones, lo que hacemos, lo que pensamos y finalmente decimos, hay un puente borroso llamado mentira que nos roba la paz, la genuinidad, la transparencia y la vida plena que Dios planeó para nosotros desde la eternidad.
Dios es el padre de la verdad y en Él no cabe la mentira, por lo tanto, no puedo decir que amo a Dios y al mismo tiempo permitir que la mentira reine en mi vida. Y como lo dice el verso de hoy (Proverbios 12:19, 22 NTV): «Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren. El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad».
Primera cosa: si dices la verdad, podrán pasar los años, y las personas verán en ti alguien transparente y en quien se puede confiar. Segundo, las mentiras tarde o temprano salen a la luz y en la mayoría del tiempo vendrán para desmoronar lo que supuestamente construimos y nos inventamos, pero que en realidad no lo es. Tercero, el Señor detesta, como lo dice este verso, los labios mentirosos. Y cuarto, no hay nada que le guste, le agrade y le traiga dicha a Dios que digamos la verdad, hablemos con la verdad y nos obliguemos a mantenernos en la verdad, pues solo Dios es el padre de toda verdad.
Finalmente, decir la verdad es importante. Es una prueba de fuego para revelar si estamos modelando nuestras vidas según el Dios de la verdad, y por eso Dios exige que digamos la verdad porque es la única manera de tener relaciones sanas, caracterizadas por el amor y la confianza.
Vamos a orar.
Otra vez, yo, Señor, escarbando más en mi vida y tratando contigo de encontrar la verdad que me lleve a la libertad. Tuyo soy, y solo tú me puedes enseñar y modelar en mí un espíritu de verdad que me conduzca a vivir en la verdad. Hoy decido renunciar a toda mentira en mi vida y te ruego me llenes de la pureza que solo proviene de ti y que me impulsa a vivir en tu verdad. Hoy decido pasar la prueba contigo y hablar con la verdad, pues de manera categórica decido cerrar definitivamente las puertas a toda mentira y falsedad, en el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 13 de mayo. Tu prueba de hoy es decir la verdad.
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Proverbios 12:19, 22 NTV: «Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren. El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad».
Nunca nos imaginamos que la prueba más grande que pudiéramos tener en la vida fuera algo tan sencillo, pero al mismo tiempo tan difícil, como decir la verdad. Decirnos la verdad, sincerarnos con lo que somos, con lo que hacemos, con el porqué lo hacemos y con los demás.
Oh, por Dios… impresionante darnos cuenta de que a nuestro alrededor, en las redes, el trabajo, las relaciones, lo que hacemos, lo que pensamos y finalmente decimos, hay un puente borroso llamado mentira que nos roba la paz, la genuinidad, la transparencia y la vida plena que Dios planeó para nosotros desde la eternidad.
Dios es el padre de la verdad y en Él no cabe la mentira, por lo tanto, no puedo decir que amo a Dios y al mismo tiempo permitir que la mentira reine en mi vida. Y como lo dice el verso de hoy (Proverbios 12:19, 22 NTV): «Las palabras veraces soportan la prueba del tiempo, pero las mentiras pronto se descubren. El SEÑOR detesta los labios mentirosos, pero se deleita en los que dicen la verdad».
Primera cosa: si dices la verdad, podrán pasar los años, y las personas verán en ti alguien transparente y en quien se puede confiar. Segundo, las mentiras tarde o temprano salen a la luz y en la mayoría del tiempo vendrán para desmoronar lo que supuestamente construimos y nos inventamos, pero que en realidad no lo es. Tercero, el Señor detesta, como lo dice este verso, los labios mentirosos. Y cuarto, no hay nada que le guste, le agrade y le traiga dicha a Dios que digamos la verdad, hablemos con la verdad y nos obliguemos a mantenernos en la verdad, pues solo Dios es el padre de toda verdad.
Finalmente, decir la verdad es importante. Es una prueba de fuego para revelar si estamos modelando nuestras vidas según el Dios de la verdad, y por eso Dios exige que digamos la verdad porque es la única manera de tener relaciones sanas, caracterizadas por el amor y la confianza.
Vamos a orar.
Otra vez, yo, Señor, escarbando más en mi vida y tratando contigo de encontrar la verdad que me lleve a la libertad. Tuyo soy, y solo tú me puedes enseñar y modelar en mí un espíritu de verdad que me conduzca a vivir en la verdad. Hoy decido renunciar a toda mentira en mi vida y te ruego me llenes de la pureza que solo proviene de ti y que me impulsa a vivir en tu verdad. Hoy decido pasar la prueba contigo y hablar con la verdad, pues de manera categórica decido cerrar definitivamente las puertas a toda mentira y falsedad, en el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes