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Eclesiastés 12:11 NTV: «Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado: dolorosas pero necesarias. El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor para guiar a sus ovejas».
Yo no sé si usted es de esos que dice: «Yo no olvido lo que mi mamá o mi papá me dijo, porque de allí aprendí que…». Y cuando viene el «porque de eso aprendí que», nos damos cuenta de que hemos tenido a nuestro lado personas que nos han amado y dado lo mejor, porque de ellos ha brotado sabiduría en el momento preciso y cuando más lo necesitamos.
Por eso, el verso dice: «Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado». Y yo creo que muchos de nosotros, en algún momento de la vida, hemos recibido palabras «dolorosas, pero necesarias» que en su momento fueron como un aguijón, pero que terminaron siendo lecciones de vida que nos llevaron a ser lo que ahora somos.
Termina diciendo el verso que «El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor para guiar a sus ovejas». Y así de fuertes, pero al mismo tiempo tiernas, son las palabras de guía y dirección que Dios todo el tiempo tiene para nosotros, pues su propósito final es el de guiarnos como las ovejas de su rebaño que somos. A veces va a doler, como una vara con clavos, pero si no es así, de pronto no obra los cambios que verdaderamente necesitamos. Solo sé que necesitamos una guía clara y en ocasiones un par de palabras bien puestas para retomar el itinerario de vuelo.
Vamos a orar.
Te necesito, Señor. Necesito tu dirección y tu palabra, que es lámpara para mis pies. Ilumíname, aconséjame, háblame y no me sueltes, te lo ruego. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 29 de abril. Palabras.
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Eclesiastés 12:11 NTV: «Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado: dolorosas pero necesarias. El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor para guiar a sus ovejas».
Yo no sé si usted es de esos que dice: «Yo no olvido lo que mi mamá o mi papá me dijo, porque de allí aprendí que…». Y cuando viene el «porque de eso aprendí que», nos damos cuenta de que hemos tenido a nuestro lado personas que nos han amado y dado lo mejor, porque de ellos ha brotado sabiduría en el momento preciso y cuando más lo necesitamos.
Por eso, el verso dice: «Las palabras de los sabios son como el aguijón para el ganado». Y yo creo que muchos de nosotros, en algún momento de la vida, hemos recibido palabras «dolorosas, pero necesarias» que en su momento fueron como un aguijón, pero que terminaron siendo lecciones de vida que nos llevaron a ser lo que ahora somos.
Termina diciendo el verso que «El conjunto de sus dichos es como la vara con clavos que usa el pastor para guiar a sus ovejas». Y así de fuertes, pero al mismo tiempo tiernas, son las palabras de guía y dirección que Dios todo el tiempo tiene para nosotros, pues su propósito final es el de guiarnos como las ovejas de su rebaño que somos. A veces va a doler, como una vara con clavos, pero si no es así, de pronto no obra los cambios que verdaderamente necesitamos. Solo sé que necesitamos una guía clara y en ocasiones un par de palabras bien puestas para retomar el itinerario de vuelo.
Vamos a orar.
Te necesito, Señor. Necesito tu dirección y tu palabra, que es lámpara para mis pies. Ilumíname, aconséjame, háblame y no me sueltes, te lo ruego. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes