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1 Corintios 15:21 NVI: «De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos». (1 Corintios 15:22-23 NTV) «Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva; [23] pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese».
Cuando leemos el texto bíblico, nos podemos dar cuenta de que Adán, en su pecado, trajo muerte espiritual a su familia y a la humanidad. Y seguramente eso nos puede pasar a muchos de nosotros cuando pecamos, pues cada vez que lo hacemos, ese pecado representa una muerte espiritual para nosotros y también de manera impactante para nuestras familias, ya sean nuestros hijos, cónyuges, hermanos y la parentela en general, pues nuestro pecado siempre traerá consecuencias negativas a nuestro alrededor, lo cual significa muerte.
Aun así, el verso nos muestra que si bien Adán trajo la muerte, Cristo, por su parte, nos trajo de nuevo la vida, y con ello, la oportunidad de ser perdonados y rescatados de la oscuridad a la luz. Como lo dice el verso: «De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos».
Por eso, la buena noticia es que si usted cree en el Señor Jesucristo como su Señor y Salvador, será identificado por lo que es «en Cristo» y no por lo que fue «en Adán». De esta manera, Cristo resucita, en quien lo recibe, todo lo que había quedado muerto, para llenarlo de vida y de vida en abundancia.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por tu perdón y tu gracia. Gracias por darme la oportunidad de apartarme de todo aquello que para mí trae sequedad, muerte, desolación, angustia, precipitación y tristeza. Hoy me entrego a ti como mi Señor y Salvador y decido salir de mi oscuridad. Quiero la luz que proviene de ti, Señor, para vivir la vida en abundancia que planeaste para mí desde la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 23 de abril. Vivo o muerto.
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1 Corintios 15:21 NVI: «De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos». (1 Corintios 15:22-23 NTV) «Así como todos mueren porque todos pertenecemos a Adán, todos los que pertenecen a Cristo recibirán vida nueva; [23] pero esta resurrección tiene un orden: Cristo fue resucitado como el primero de la cosecha, luego todos los que pertenecen a Cristo serán resucitados cuando él regrese».
Cuando leemos el texto bíblico, nos podemos dar cuenta de que Adán, en su pecado, trajo muerte espiritual a su familia y a la humanidad. Y seguramente eso nos puede pasar a muchos de nosotros cuando pecamos, pues cada vez que lo hacemos, ese pecado representa una muerte espiritual para nosotros y también de manera impactante para nuestras familias, ya sean nuestros hijos, cónyuges, hermanos y la parentela en general, pues nuestro pecado siempre traerá consecuencias negativas a nuestro alrededor, lo cual significa muerte.
Aun así, el verso nos muestra que si bien Adán trajo la muerte, Cristo, por su parte, nos trajo de nuevo la vida, y con ello, la oportunidad de ser perdonados y rescatados de la oscuridad a la luz. Como lo dice el verso: «De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos».
Por eso, la buena noticia es que si usted cree en el Señor Jesucristo como su Señor y Salvador, será identificado por lo que es «en Cristo» y no por lo que fue «en Adán». De esta manera, Cristo resucita, en quien lo recibe, todo lo que había quedado muerto, para llenarlo de vida y de vida en abundancia.
Vamos a orar.
Gracias, Señor, por tu perdón y tu gracia. Gracias por darme la oportunidad de apartarme de todo aquello que para mí trae sequedad, muerte, desolación, angustia, precipitación y tristeza. Hoy me entrego a ti como mi Señor y Salvador y decido salir de mi oscuridad. Quiero la luz que proviene de ti, Señor, para vivir la vida en abundancia que planeaste para mí desde la eternidad. En el nombre de Jesús, amén.
MIguel Montes