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Salmo 23:1-6 NVI: «El SEÑOR es mi pastor, nada me falta; [2] en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; [3] me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. [4] Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. [5] Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. [6] La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del SEÑOR habitaré para siempre».
Vamos a orar.
Amado Señor, solo tú me das todo lo que necesito y contigo nada me falta. Gracias por darme descanso y llevarme junto a aguas tranquilas en medio de las olas que se agitan a mi alrededor. Infúndeme fuerzas, Señor. Guíame por sendas de justicia. Aunque vaya por lugares tenebrosos y oscuros, guíame, Señor.
Hoy renuncio a todo temor porque estoy seguro de que tú estás a mi lado, y tu presencia me reconforta. Gracias por alimentarme, aun en presencia de mis enemigos. Perfumas mi cabeza, Señor, y eres para mí la copa llena a rebosar. Solo tu amor y tu bondad no tienen límites en mi vida, y mi gran deseo es permanecer a tu lado para siempre. En tu santo nombre, Jesús, amén.
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 20 de abril. Solo necesitas un pastor.
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Salmo 23:1-6 NVI: «El SEÑOR es mi pastor, nada me falta; [2] en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; [3] me infunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justicia por amor a su nombre. [4] Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. [5] Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. [6] La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del SEÑOR habitaré para siempre».
Vamos a orar.
Amado Señor, solo tú me das todo lo que necesito y contigo nada me falta. Gracias por darme descanso y llevarme junto a aguas tranquilas en medio de las olas que se agitan a mi alrededor. Infúndeme fuerzas, Señor. Guíame por sendas de justicia. Aunque vaya por lugares tenebrosos y oscuros, guíame, Señor.
Hoy renuncio a todo temor porque estoy seguro de que tú estás a mi lado, y tu presencia me reconforta. Gracias por alimentarme, aun en presencia de mis enemigos. Perfumas mi cabeza, Señor, y eres para mí la copa llena a rebosar. Solo tu amor y tu bondad no tienen límites en mi vida, y mi gran deseo es permanecer a tu lado para siempre. En tu santo nombre, Jesús, amén.
MIguel Montes